MEMBRESIA GENERACION 2024María de los Ángeles Londoño ZapataWilson AmadoLavidence Mateus QuitianJoyas para una tiara chbichaSerafin VelásquezMaya ChalézAlirio Fandiño AcuñaMartha Hilda Velandia GonzálezJulio Cesar ArdilaNauro Torres QuinteroCENTRO DE INVESTIGACIONES EDUCATIVAS Y CULTURALES CIECDoctor Ezhill VendhanANNA BANASIAKLucila Otilia Avella de Santisteban.GREMIO POETICO COLOMBIANOGALO ALARCON CONTRERASDORA LUZ MUÑOZ DE COBOLUCERO JORDAN MOLINADiana Yarenis Garzón EspinosaMUJER PALABRA Y POESIA HEROINAS DE LA PALABRA CANTO UNIVERSALSaúl Sánchez ToroRobin Germán Prieto OrtizMujer Palabra y Poesia Antologia BoyacenseMujer Palabra y PoesíaAura Inés Baron de AvilaBeatriz PinzónElba Rosa CamargoNelly Sol Gómez de OcampoCecilia Jiménez de SuárezCenén Porras VillatePostres para el AlmaAlba Martínez Pérez RiañoAlicia Bernal de MondragónBetulia Carrero de PinzónLuis Alfonso Espinosa MorenoHelida TellezNayra Alexsandra Martínez AnzolaMaría Rosa Cifuentes de López (Maram)DIA INTL. DEL MEDIO AMBIENTE, ANTOLOGIAAlejandra EtcheverryAlberto LampreaVarda BregerCarmen del Rosario Gómez Casco

TODO TITULO SUBRAYADO ES VÍNCULO A LA PÁGINA CORRESPONDIENTE

Nairo Torres Quintero

UNILETRAS/UNILETRASNEW.jpg

 
Nauro Torres Quintero 
 
Bienvenido  a la Paz para nuestro tiempo y el tiempo de nuestros hijos y los hijos de sus hijos  a través del cultivo de las Bellas Artes en los jardines de su mente y sus corazones

UNILETRAS/Nauro.jpg

 "Buscar la verdad de las cosas implica un compromiso con la realidad, con la esencia de lo que existe en la naturaleza y su interacción con otros seres. Basta observar la naturaleza para entender las causas y el desarrollo de lo que sucede. La verdad está ante nuestros ojos para ser descubierta".

Fiel a su voluntad de descubrir para nosotros, afortunados viajeros del mundo, éste de Nauro Torres Quintero, de valiosas narrativas infantiles, su obra bien puede ser catalogada como para adultos por sus observaciones profundas sobre la vida y la naturaleza humana. 

.

naurotorres@gmail.com

Ejemplares  disponibles en el autor y  editor

UNILETRAS/Caratula-el-Cielo-es-de-chocolate--.gif

El trasvasar humano es una colcha de retazos de historias vividas o contempladas en otros caminantes contemporáneos. En esta obra literaria, enhebré retazos vividos por niños, jóvenes y adultos con quien compartimos camino rumbo al punto final y los recreé textualmente con la intención de distraer estéticamente al lector, imaginando y urdiendo hechos en que podrían estar propensos los niños y jóvenes del hoy, pues el desprecio por el otro y el lenguaje de odio, persiste a pesar que hoy, hay más oportunidades para estudiar y autodeterminarse que en épocas pretéritas.


EL día sacaba la cabeza sobre el techo de mi casa. Mi madre me despertaba con amor para ir al Colegio. Mi padre recibió una llamada. Una llamada que transformó su rostro alegre de cada mañana, en una cara de tristeza, y en sus ajados ojos, se despeñaron lágrimas, muchas lágrimas disimuladas y silenciosas. De su boca oí, "Gracias Señor por la vida y obra de mi padre". Comprendí entonces que mi abuelo Miguel Agustín Torres Torres, había muerto, luego de tres meses en una agonía dilatada y dolorosa en un catre hospitalario en la capital colombiana distante de su vereda, a cuatro horas en automotor. En ese instante, no lloré. No pregunté. Simplemente regresé a mi habitación y di rienda suelta a mis recuerdos.Robin Prieto Ortiz, Coautor

UNILETRAS/Simbiosis.jpg

El hecho es que los pueblos, en todo momento, tienen oráculos que los interpretan y se convierten en voceros de su tiempo. En íntima simbiosis interpretativa de un sentimiento común, esta invocación ES la voz que llega directamente a la mente y al corazón y como Paul Muni; "Esta tierra es mía", en el film "La Buena tierra", Simbiosis, es la fuente natural de la sensibilidad de sus autores Nauro Torres Quintero y Robin Prieto Ortiz, dolientes sobre los surcos de su tierra. Ambos van deshojando sus emociones de amor, devoción y anhelos de restauración de "su tierra" de las garras de la rapiña, el libre albedrío, la maldad humana, el materialismo y egoísmo mediante el pensamiento dirigido a la tierra, la "tierrita", de Nauro; "Se amontona el breñal, se despiedra la parcela, se ara sin tardar, para lograr oxigenar y espolvorear;/ se zanjea para drenar, se hoya para abonar/ depositando las semillitas y tapando para abrigar". Y a la par, la declaración de Robin Prieto, "Esta es mi tierra / santandereana, colombiana / que contiene los restos del abuelo / que oculta con recelo las armas / de esclavitud e  independencia".

Sin duda que la tierra llama, por lo menos en mi caso, como anhelo estar subiendo a Peñalisa, y desde allí poder mirar mi pueblo, a sabiendas de que esa noche o al otro día, después de caminar por sus calles llenas de recuerdos, podré deleitarme con su deliciosa comida. O que decir de estar en Lucusguta, recostado en el césped mirando hacia el Cocuy, eso alerta más que cualquier tono de un celular.Robin Prieto Ortiz

UNILETRAS/relato.jpg

Asombra este paisaje hecho con letras y palabras de vieja usanza bien mezcladas con puras expresiones literarias para conducir al lector, muchas veces, unas, por el intrincado mundo que Nauro, como "hijo de labriego santandereano, arriero y cafetero y de una boyacense posadera y tendera", conoce de la historia casi que legendaria de personajes extraídos, parece, que de la fantasía de su imaginación pero que son de carne y hueso, dolorosamente acomodados en narrativas breves que bordean los abismos del desamor en un hilar constante de trágicos destinos y a veces, afortunados desenlaces.

Amor, seré la vela en las tempestades:
Si en nuestra relación llegasen vendavales, estamos preparados para romper los vientos y mantenernos de pie, juntos. Si brotan circunstancias desagradables que enloden nuestra relación, será el dialogo el germen de la conciliación. Desear un compartir existencial sin disgustos es ingenuo; pero el silencio y el escucharnos serán los escudos de nuestro amor. Si las dudas se anidan en alguno de los dos, el disiparlas es tarea de los dos. Que, en nuestro devenir juntos, ni la ironía ni el sarcasmo sean armas para agredirnos. En los 29 meses transcurridos amándonos a la distancia y en las semanas compartidas en vacaciones, han ocurridos mal entendidos y problemas que hemos sabido sortear con voluntad y empeño de las partes. En una vida compartida no todo será un jardín florido, pero los dos sabemos que el dialogo, la comprensión, son fuentes y abonos para la comprensión y la armonía.

UNILETRAS/CARATULA-SURCOS-EN-TU-PIEL-FINAL-SEPT-04-TD.jpg


Juntos, queridos lectores vamos a recorrer los senderos del mirto y la azucena, el clavel y la rosa. / "Cual guabina, viendo al Amor /danzar en el espejo del aljibe / tu desnuda humanidad / en arreboles iluminabas / el primaveral arcabuco"/, envueltos en el manto sutil de los encantos que como eras cultivadas por el más solicito de los quereres.
Surcos en tu Piel es un delicioso recorrido por los espacios del erotismo que no le quita un punto al seductor que hay en el poeta que se jacta de haber escrito: "Más de un millón de palabras (....) he enhebrado en prosa y en verso para traerte de regreso; / más de un millón de lágrimas (....) se han desmoronado por mi rostro para verte de nuevo".

Escribo estos versos,
cual gotas de rocío que acarician los follajes,
escuchando melodías diversas de las aves que,
expresivas y amorosas
musicalizan el bosque con sus canticas.
El cenit, el techo que me cubre;
las crestas de las cimas, paredes que me guarecen;
 el aroma de los árboles, el té mañanero de este viernes,
apropiado para compartir instantes
añorando el sol que acaricia con sus rayos 
calentando y fertilizando los suelos.


Transito abrazado por el sol camino sobre la madre tierra,
acariciado  por el horizonte, me regala el amanecer;
dormito en el ocaso que brilla en el poniente
mientras la oscurana me arrulla
asido a la vida que prodiga El Hacedor.

Continúa, el hechizo de las palabras

El hechizo de las palabras

 "La palabra es fuego, puede vivir hasta que quiera",
reconoció la nobel chilena, Gabriela Mistral.

"
Amo tanto las palabras, por lo inesperadas y glotonas,
...se esperan y escuchan"; predicó el nobel colombiano, Gabriel García Márquez.

 
Las palabras, correo con esperanzas o cerbatanas que envenenan; mediadoras en conflictos o brasas de guerra.
Las palabras; espejos de contrariedades, luchas, sombras e infortunios del poeta bogotano, José Asunción Silva.
 

 
A enamorados, las palabras camas nupciales son;
a críticos y guerreros,
severos retretes, son.
Anteceden a las palabras, los pensamientos, preceden a los hábitos
y se convierten en destino.
Magia tienen las palabras; edifican el ser, trascienden el pensamiento,
se convierten en memoria, sanan cuerpos y almas,
laceran y destruyen espíritus, atizan esperanzas.
Sofocan nostalgias, carbonizan la tristezas, extinguen soledades, aplacan el odio y
extinguen la violencia.
Las palabras son llamas, avivan el amor,
abrazan ilusiones, atizan esperanzas,
iluminan corazones,
cosechan paz, armonía y perdón.
Converse, dialogue, concilie, medie; las palabras, hechizan el corazón,
siembran la no violencia
y la comprensión con los otros con los semejantes.

Y brotó mi poesía

En breñas veleñas brotó mi poesía;
libre como la brisa, cálida como el sol,
verde como el zarzal,
dispar como el guayabal,
dulce como el cañaduzal, rítmica como la guabina,
telúrica como el requinto, melódica como el tiple,
erótica como las veleñas.
Y brotó mi poesía; en la casita de adobe, en el camino real,
en las riberas de Jarantivá,
en los parajes de Gambitas,
en tierras de Puente Nacional.
Santandereana mía,
te invito a los festivales del tiple,
del requinto, del moño y la guabina en los que afloró
mi poesía en agrestes parajes Muiscas.
Y emanó mi poesía en los mercadillos de panela, almojábanas y bocadillos;
en el destilar del chirrinche, la labranza
y la cosecha, ganadeando y beneficiando
el rastrojal, el arcabuco y el matorral.

Y nació mi poesía en el folclor veleño de mi tierra perdurable santandereana
como las riberas del Sarabita, las crestas de las serranías,
los guaduales en las riberas,
los arrayanes en las colinas,
en corazones de laboriosas paisanas,
en los sentimientos de recios veleños, persistentes laboriosos colombianos.
Y floreció mi poesía despertando sentidos, emociones mostrando la belleza
en quienes cultivan la palabra, la imaginación y la memoria
en lectores egregios y huroneos y en corazones ávidos y románticos.

Noche vieja

En el muñeco de año viejo:
sinsabores y disgustos, incinero,
mis pesares y penalidades, calcino;
carbonizo mis pesadumbres y angustias;
socarro mis amarguras y penas,
torro mis pesadumbres y contrariedades.
En las vísperas del monigote:
claman a la vida mis anhelos; mis deseos, mis afanes;
mis ansias y aspiraciones;
mis apetencias y empeños para el año nuevo.
En la noche vieja abrazo a mis seres amados,
les auguro mis mejores deseos,
me encomiendo al Todo Poderoso
y deposito mis anhelos en Dios, fuente de amor y vida.

Nauro Torres Quintero
(Puente Nacional, Santander, septiembre de 1952)
Ganador de dos premios "Verso Dorado 2023" del Gremio Poético Colombiano- GPC-
por ser el autor de "El mejor poema" y "El mejor poema indígena".
Fue distinguido con el premio internacional "William Faulkner"
en investigación literaria por su labor consultiva
sobre los regionalismos y colombianismos aportados al Diccionario de la Lengua Española,
en marzo de 2.024 que brotaron en las obras del nobel colombiano,
Gabriel García Márquez concedido por la Confederación mundial literaria Plumas y Letras de Curumaní.
En mayo de 2.024 le otorgaron el Premio Internacional "Manuel Equihua Estrella"
en reconocimiento a su quehacer literariofomento de la paz, unidad y armonía
de la humanidad, por el Colectivo cultural internacional Utopía Poética Universal, filial USA.
Narrador y poeta, nacido en la vereda Jarantivá, Puente Nacional, a la vera de un camino
indígena que unió a las etnias Muisca, Guane, Caribe, Opones, Chitareros y Laches,

quienes usaron el lenguaje chibcha para comunicarse e intercambiar productos. Sus ancestros,
los jarantivaes, se extinguieron enfrentando a los colonizadores españoles que treparon
por el mismo camino desde Barrancabermeja, rebautizando a Ubasá como Vélez,
a Hunza como Tunja y Bacatá por Bogotá.