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José Nauro Torres Quintero 
 
Bienvenido  a la Paz para nuestro tiempo y el tiempo de nuestros hijos y los hijos de sus hijos  a través del cultivo de las Bellas Artes en los jardines de su mente y sus corazones

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 "Buscar la verdad de las cosas implica un compromiso con la realidad, con la esencia de lo que existe en la naturaleza y su interacción con otros seres. Basta observar la naturaleza para entender las causas y el desarrollo de lo que sucede. La verdad está ante nuestros ojos para ser descubierta".

Fiel a su voluntad de descubrir para nosotros, afortunados viajeros del mundo, éste de Nauro Torres Quintero, de valiosas narrativas infantiles, su obra bien puede ser catalogada como para adultos por sus observaciones profundas sobre la vida y la naturaleza humana. 

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El trasvasar humano es una colcha de retazos de historias vividas o contempladas en otros caminantes contemporáneos. En esta obra literaria, enhebré retazos vividos por niños, jóvenes y adultos con quien compartimos camino rumbo al punto final y los recreé textualmente con la intención de distraer estéticamente al lector, imaginando y urdiendo hechos en que podrían estar propensos los niños y jóvenes del hoy, pues el desprecio por el otro y el lenguaje de odio, persiste a pesar que hoy, hay más oportunidades para estudiar y autodeterminarse que en épocas pretéritas.

El hechizo de las palabras

 "La palabra es fuego, puede vivir hasta que quiera",
reconoció la nobel chilena, Gabriela Mistral.

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Amo tanto las palabras, por lo inesperadas y glotonas,
...se esperan y escuchan"; predicó el nobel colombiano, Gabriel García Márquez.

 
Las palabras, correo con esperanzas o cerbatanas que envenenan; mediadoras en conflictos o brasas de guerra.
Las palabras; espejos de contrariedades, luchas, sombras e infortunios del poeta bogotano, José Asunción Silva.
 

 
A enamorados, las palabras camas nupciales son;
a críticos y guerreros,
severos retretes, son.
Anteceden a las palabras, los pensamientos, preceden a los hábitos
y se convierten en destino.
Magia tienen las palabras; edifican el ser, trascienden el pensamiento,
se convierten en memoria, sanan cuerpos y almas,
laceran y destruyen espíritus, atizan esperanzas.
Sofocan nostalgias, carbonizan la tristezas, extinguen soledades, aplacan el odio y
extinguen la violencia.
Las palabras son llamas, avivan el amor,
abrazan ilusiones, atizan esperanzas,
iluminan corazones,
cosechan paz, armonía y perdón.
Converse, dialogue, concilie, medie; las palabras, hechizan el corazón,
siembran la no violencia
y la comprensión con los otros con los semejantes.

Y brotó mi poesía

En breñas veleñas brotó mi poesía;
libre como la brisa, cálida como el sol,
verde como el zarzal,
dispar como el guayabal,
dulce como el cañaduzal, rítmica como la guabina,
telúrica como el requinto, melódica como el tiple,
erótica como las veleñas.
Y brotó mi poesía; en la casita de adobe, en el camino real,
en las riberas de Jarantivá,
en los parajes de Gambitas,
en tierras de Puente Nacional.
Santandereana mía,
te invito a los festivales del tiple,
del requinto, del moño y la guabina en los que afloró
mi poesía en agrestes parajes Muiscas.
Y emanó mi poesía en los mercadillos de panela, almojábanas y bocadillos;
en el destilar del chirrinche, la labranza
y la cosecha, ganadeando y beneficiando
el rastrojal, el arcabuco y el matorral.

Y nació mi poesía en el folclor veleño de mi tierra perdurable santandereana
como las riberas del Sarabita, las crestas de las serranías,
los guaduales en las riberas,
los arrayanes en las colinas,
en corazones de laboriosas paisanas,
en los sentimientos de recios veleños, persistentes laboriosos colombianos.
Y floreció mi poesía despertando sentidos, emociones mostrando la belleza
en quienes cultivan la palabra, la imaginación y la memoria
en lectores egregios y huroneos y en corazones ávidos y románticos.

Noche vieja

En el muñeco de año viejo:
sinsabores y disgustos, incinero,
mis pesares y penalidades, calcino;
carbonizo mis pesadumbres y angustias;
socarro mis amarguras y penas,
torro mis pesadumbres y contrariedades.
En las vísperas del monigote:
claman a la vida mis anhelos; mis deseos, mis afanes;
mis ansias y aspiraciones;
mis apetencias y empeños para el año nuevo.
En la noche vieja abrazo a mis seres amados,
les auguro mis mejores deseos,
me encomiendo al Todo Poderoso
y deposito mis anhelos en Dios, fuente de amor y vida.

Nauro Torres Quintero
(Puente Nacional, Santander, septiembre de 1952)
Ganador de dos premios "Verso Dorado 2023" del Gremio Poético Colombiano- GPC-
por ser el autor de "El mejor poema" y "El mejor poema indígena".
Fue distinguido con el premio internacional "William Faulkner"
en investigación literaria por su labor consultiva
sobre los regionalismos y colombianismos aportados al Diccionario de la Lengua Española,
en marzo de 2.024 que brotaron en las obras del nobel colombiano,
Gabriel García Márquez concedido por la Confederación mundial literaria Plumas y Letras de Curumaní.
En mayo de 2.024 le otorgaron el Premio Internacional "Manuel Equihua Estrella"
en reconocimiento a su quehacer literariofomento de la paz, unidad y armonía
de la humanidad, por el Colectivo cultural internacional Utopía Poética Universal, filial USA.
Narrador y poeta, nacido en la vereda Jarantivá, Puente Nacional, a la vera de un camino
indígena que unió a las etnias Muisca, Guane, Caribe, Opones, Chitareros y Laches,

quienes usaron el lenguaje chibcha para comunicarse e intercambiar productos. Sus ancestros,
los jarantivaes, se extinguieron enfrentando a los colonizadores españoles que treparon
por el mismo camino desde Barrancabermeja, rebautizando a Ubasá como Vélez,
a Hunza como Tunja y Bacatá por Bogotá.

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