______________________ Vanidad, orgullo, placer, exageración de plusvalía En este momento los gobiernos de casi todos los países toman medidas con la esperanza de aislar a su población
de los peligros del CORONAVIRUS. Con especial cariño, invitamos a reflexionar que el pecado, no obedecer la ley de Dios, obrar por vanidad, orgullo, placer, exageración de plusvalía
transformando y mutilando el cuerpo propio, actuando sexualmente contrala naturaleza, traen consecuencias no imaginadas,que se transmiten con la velocidad de virus en epidemiasy pandemias que afectan a todos los habitantes de la tierra.El olvido o desprecio de la moral en las costumbres, a través
de la historia, han dejado
grandes huellas y pérdidas de los avances de las diferentes civilizaciones.Sea este el momento de pensar que Dioses nuestra única esperanza y su misericordia no tiene fin.Oremos, mortifiquemos nuestra sed de placer. Compartamos saber y alegría con quienes lo necesitan,dentro de la prudencia y temor a ofender a Dios que como
PADRE MISERICORDIOSO,nos
mueve a pensar cómo nos comportamos con Él.Preparemos nuestro espíritu profundizando el conocimiento del mensaje del Evangelio,para recibir la plenitud de la gracia de Dios. Solo Él
conoce la verdad.Creamos
en lo que nos enseña el Evangelio.Hagamos de nuestra existencia, un testimonio de fe y confianza en Dios. Cecilia Lamprea de Guzmán
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¿EN DÓNDE ESTÁS, AMOR? Mi corazón, abierto a
la esperanza, se
pregunta. Un
coro de pájaros cantores, una nube brillante de arco iris, una tierra brotando capullos que mece suavemente el viento, centenares de niños que
corren a la escuela y miles de voces de todo continente... ¡ahí están! en el silencio del ruido que producen. en el fondo de mi alma que se
admira cada
segundo que pasa en
el eterno tictac de la memoria. Mi vida, cada segundo de mi vida, vibra de amor, de esperanza y de futuro. No me espantan fantasmas del
pasado. Tampoco
dudas del presente incierto. No cabe en mí, un pensamiento muerto que metalice el devenir del mundo. Hay
afecto que se encausa desde limpios manantiales y llega a mí, con emoción profunda. No me dan miedo enfermedad ni muerte. Sé que mi ángel
me protege y
que tu amor, por mí crucificado, se refleja en cada momento, en cada cosa que para mí y por amor... Tú has creado. Cecilia Lamprea de Guzmán
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