Buenos días audiencia. Escribe Elías Galati desde Moreno en la República Argentina.
En la Roma antigua, y después en el Imperio, existía el culto a muchos dioses, entre ellos el Lar o culto a los dioses
del hogar. En cada hogar romano había un altar en donde se rememoraba a los antepasados familiares, rindiéndoles culto de
deidad como protectores del hogar.
En la tradición judeo cristiana, el culto tiene que ver con el concepto de un alma inmortal y la esperanza de la vida
eterna y la resurrección de todos los cuerpos al final de los tiempos. El culto a los muertos tiene como principio reverenciar
un alma inmortal a imagen y semejanza de Dios.
El tema toma mayor fuerza, hoy, 2 de Noviembre,día de conmemoración de los muertos, también conocido como de los Fieles
Difuntos; y en particular, despierta un profundo sentimiento personal ante el fallecimiento reciente de mi madre.
Un poeta colombiano amigo, cuya madre también se fue, me ha preguntado, ¿Dónde están nuestros muertos?. Y cita del Padre
Bill. Capellán Católico del Hospital Holy Cross en Ft. Lauderdale, Florida, Estados Unidos: "No me digan que los se que
han ido y que nos amaron, ya no están con nosotros!-- no me digan que aquellos a quienes nosotros tocamos con nuestro corazón
y ya no son mortales, no siguen siendo parte de nuestra realidad humana.! "
POEMA
Nilda Domínguez de Benítez (1908-2006)
Nunca hablo de mis poemas
porque los llevo escondidos aquí,
muy dentro del alma
con dulce aletear de nidos.
A veces esconden penas,
otras reviven olvidos,
otras, notas musicales
y cánticos celestiales
que escapando de mi pecho
me reclaman el derecho
de conquistar ideales.
Mas, ¿a quién puedes hablar
de lo que tu alma encierra?
¿Quién te puede consolar
de tu soledad interna?
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Profundo concepto este revelador del credo católico de la comunión de los santos, que sostiene que tanto los fieles que viven
todavía encarnados en sus cuerpos, como las almas del purgatorio, como los que ya gozan del Paraíso están unidos íntimamente
e interactúan y se influyen mutuamente.--Pero hay algo más a nivel existencia y puramente humano.
Hemos dicho varias veces que el hombre no termina de constituirse sino en la alteridad y que se hace hombre en cuanto
tiene la conciencia del otro. Esto imprime una relación y marca profunda en cada uno de nosotros señalada por la presencia
real de quienes fueron y siguen siendo parte de nuestros afectos, aún sin su presencia física, a la distancia, sin contacto
y sin límite de tiempo.
Vivir el otro nos hace un poco ser el otro, y esta maravillosa dialéctica existencial entre dos seres, produce una síntesis
superadora que nos hace mejores, nos perfecciona, pero por sobre todas las cosas, nos incorpora al otro, como también el
otro se incorpora a nosotros. La permanencia de esta relación, y de este intercambio con cada uno de los seres con los cuales
nos identificamos, crea en nosotros una cierta similitud de sus propios gestos, actitudes y permanencia de sus propios ideales.
Dicen los biólogos que hay alguna compatibilidad química, entre los seres humanos. Tal como los elementos químicos, hay
seres que se atraen y seres que se repelen. Si hay compatibilidad se produce una síntesis química entre dos sujetos, que ya
no son los mismos, han sido modificados por dicha unión. Esta sensibilidad perdura en el organismo, más allá de la desaparición
física.-- Puesto que el crecimiento que me produce la alteridad de dicha unión está en mí, forma parte de mí, es quien soy.
Alguna vez pensé que nadie moría si había quien lo recordara de verdad en su corazón, pero con la vivencia de la vida,
he aprendido que hay una presencia efectiva, real en uno. Que uno siente esa presencia, y que se siente acompañado por el
otro. Es más que una experiencia mística, es una experiencia real, hay que vivirla con el corazón y sentirla con la profundidad
del amor.
¿Donde están nuestros "ausentes"? -- (no me gusta el término muertos)-- ¡ Están en nuestra sensibilidad, en
nuestra piel, en nuestros huesos, en nuestro espíritu y en nuestro corazón, nos acompañan hasta que nos ausentemos y quedemos
también nosotros con toda nuestra sensibilidad en quienes nos quieren.!
Extracto de la presentación en Radio Miami, que del tema hace su autor.
II
No importa que alrededor
siembres Amor y Cariño,
a veces el sembrador
es más incauto que un niño
pues piensa que al ir sembrando
ternura por dondequiera,
de tanta ternura dar
cree que ha de cosechar
manantiales de querer.
Mas muchas veces su amor
no llega a ser comprendido
y al recoger la cosecha
su pobre alma deshecha
solo recoge dolor,
incomprensión y olvido.
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Su paso por la tierra no fue en vano.
Aún queda la huella de su paso.
Escribe Vilma Muises, VP The CoveRincón. Miami. Fl. EE.UU. Su sentimiento refuerza, como lo demuestra todo lo dicho y por
decir, que nuestros Ausentes solo lo están fisicamente... Su paso por la tierra no fue en vano. Aún queda la huella de su
paso.
Asi opina Vilma. --Faltan mis padres. El último en partir fue papá hace ya 10 años. Pero, decir "faltan" es
una expresión errónea, por lo menos para mí. Ellos están y estarán presentes-- mientras se los recuerde, mientras perdure
una anécdota, una enseñanza suya, se evoquen sus caricias, sus canciones, sus besos, sus mimos-- estarán con nosotros.
En mi caso particular, no los lloro ni lamento su ausencia porque acepto la ley de la vida y porque tengo la certeza de que
ellos están juntos, siguiendo su camino de luz.
Bajo esta convicción, se que tuve, tengo, y seguiré teniendo, unos padres extraordinarios para la época que les tocó
vivir. Que nos dieron mucho amor, educación y enseñanzas que marcaron nuestras vidas. Ellos no me faltan . Vivo llena de orgullo
por haberlos tenido y agradecida evocándolos siempre por haber hecho de mi y de los suyos lo que soy y lo que somos.
vilmamuises@yahoo.com
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