Todo título subrayado es vínculo al tema
indicado
Naciones Unidas de las Letras & Semillas de Juventud Siglo XXI ENCUENTRO VIRTUAL INVITACION Y CONVOCATORIA VOCES DE ESPERANZA
III Octubre 18-22- 2022
Fanny Margarita Andrade Rivera
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Fanny Margarita Andrade Rivera Bienvenida a la Paz para nuestro
tiempo y el tiempo de nuestros hijos y los hijos de sus hijos a través del cultivo
de las Bellas Artes en los jardines de su mente y sus corazones Postulada por Mae de la Torre, Gestora de Semillas
de Juventud Siglo XXI Quito Ecuador o
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Corcel, soy corcel Corro, corro dentro de un
corcel... puedo tocar el viento
que se enardece de pasión, puedo pisar la hierba que
me lleva hacia la montaña azul. Me adentro a una espesura de ciprés, color a eucalipto, a tentaciones prohibidas que alientan
el interior de mi ser, y dejo atrás el aroma a pino y miel. Siento la tierra que penetra
en mí, por mis pies, por mi piel. Corro, corro contra el viento y él se introduce en mí, y soy del horizonte, del crepúsculo, que miran mi corcel correr.}
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Baúles¡Baúles!
Tengo baúles por abrir, por vivir por entrar... y jugar en ellos a ser su aroma que queda, que penetra como quena como savia. ¡Baúles!
Tengo baúles por soñar, por dormir, y renacer... y sonreír fuera, y llorar corriendo de bálsamos y sueños. ¡Baúles!
Tengo baúles para construir, para dar, para recibir... y abrirlos de grande para que salga en ellos el alma, la vida. ¡Baúles! Tengo
baúles por danzar, por sentir el misterio, la quimera... y ser el viento que corre con pino, con roble. ¡Baúles! Tengo baúles que pintan, que cantan, lo verde, la esperanza... como el Pintor eterno, que sumerge, que ama.
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Amanda Le
extrañaba ver los adornos de Navidad colgados sobre el espejo en el mes de abril. A decir verdad, no sabía qué
era más desconcertante si el tiempo que se había quedado atrapado en el dorado de las guirnaldas, o su aspecto cenizo
reflejado en el cristal de la pared, que la observaba de frente, como acusándola con desdén su terca altivez. Quizá el culpable era el cansancio que la había ultrajado su oxígeno, dejándole a pago la fatiga entremezclada
en sus huesos. Desde hace años, se había convertido no solo en su acompañante que la arrastraba y vejaba, sino en el artista que la maquillaba de ojeras,
haciendo que su palidez compitiera con el albor de cada mediodía. Alejada del
ruido de la cotidianidad, había llegado sin esperanza alguna a aquel lugar de pocas mesas y pintura desquebrajada,
apretujado, que impedía el caminar y los deslices de pasos entrecortados. Como un escondite que la protegía de
todos y de nadie, se sentó en un rincón apegado a la única ventana que existía, como un escape quizá,
o simplemente por falta de opciones. Agonizaba por
una taza de café con pan y queso, y mientras jugaba con sus manos que hacían eco al golpetear constante que los dedos
le daban a la mesa, pensaba que el lugar era una cantina de cabizbajos que la habitaban de noche; taciturnos, todos ellos la miraban
sin verla. Sedienta de calor, ansiaba acariciar su taza de café, más
que saborearlo, pues conocía ya de la amargura de su esencia, del hervir de sus raíces y del magnetismo de su aroma que,
muchas veces, la había envuelto en extraños desvaríos melancólicos. ¡Cómo atraía el pasado nostálgico
aquella bruma de infusiones que la provocaban taquicardia, cansancio y ensoñaciones. Miraba, entonces, la calle agazapada entre la
neblina, arrastrando a la gente que deambulaba como sin historia, como fotografías que se desvanecían de viejas, amarillentas y rotas,
hechas de rostros descoloridos no tanto por el pasar de los años
sino por las huellas de pena y olvido. Amanda recorría con su mente los ventanales
de las casas de campo y de los edificios de afuera, se veía toda ella vaporosa, cantando al son de violines y guitarras; bailando con
caballeros de corbatines y trajes de cola, entre brindis, risas, aplausos y, vestida de novia. Con luces que adornaban cipreses y pinos silvestres, lejana ella se desvaneció en el suelo embadurnado de brillos y llantos,
y tendida sobre tules blancos y guantes de seda, desfallecida, la llevaron después de la boda a su entierro. Fría, Amanda transita siempre calles y bares, nadie la mira, solo escuchan su traquetear de noche y de día,
y ella evoca guirnaldas, pasiones y cafetales.
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Adioses Ayer salió con su mochila y su alma en casa dormía... Camino de luces y ruido, sin nada que aliente, que llame. Y ella lo miraba sin saber que no volvería, sin tiempo que lo acoja con calor, con dolor sin agonía. Las nubes percibían, los cerros esperaban, el vacío lo atrapaba en el infinito, en la nada. Y ella sollozaba con sus manos y pupilas... Tejía sus
adioses con locura y suspiro, y entre túneles y quebranto, se moría,
se moría, entre olvidos y mortajas.
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Mantengo comno lema de vida y
ejecutorias, el compromiso de grupo y la fraternidad, atributos fundamentales para amar lo que uno
hace y hacerlo como reto y no como una carga. Me gusta el arte, en todas sus formas. Soy escritora y amo
la lectura como medio para descubrir infinidad de situaciones de mi entorno y de respeto, empatía y tolerancia
con la humanidad; Licenciada en Ciencias de la Educación, Universidad Técnica Particular de Loja,
tengo xxperiencia en la enseñanza y cuidado de niños y niñas de nivel inicial. Aptitud para guiarlos
con paciencia y empatía; y talento para conducirlos en actitudes de seguridad yautoestima. Comprometida y responsable
con las tareas encomendadas, así como con el entornoorganizacional,
prudente y perseverante; además de creativa, cortés y presta a ayudar en toda tarea requerida.Permanezco alerta
al conocimiento de nevos escenarios y tendencias de la comunicación en el umbral del tercer milenio. emal rmarriveraortiz@yahoo.es
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