DESPEDIDA DEL 2020 Y PROPÓSITOS PARA
EL 2021 Este año,
el coronavirus, que ha causado daño al mundo entero.En lo familiar tuvimos que alejarnos de nuestros seres queridos, en lo personal dejar la escuelay en lo social dejar de estar con las amigas.Fue bastante triste porque se perdieron muchas vidas. Despido al año 2020, con mucha pena, por
todo triste y malo lo que estamos viviendo aún.Pero también hubo cosas buenas: la unión familiar. Aprendimos a usar el Zoom, tuvimos muchas reuniones interesantes y muy lindas durante
este año.Conocimos al líder
Joseph Berolo, una persona muy linda, con Yolanda Añazco y Carmen Gómez organizaron el Encuentro "Voces de Esperanza" muy expresivo y escuchamos muchas personas interesantes de otros países. Gracias por unir a
los países y fomentar la paz mediante los poemas.Para el nuevo año 2021 deseo que todo lo malo termine pronto.Me propongo ser la mejor estudiante de mi escuela, ser respetuosa, educada, obediente, amable. Y cuidar y respetar el espacio público.
Fernanda Mikaela López Gómez, nace en Quito-Ecuador,
el 25 de septiembre del 2013 Padres
son Andrea Cristina Gómez Callantes y Wilson Andrés López Chuquilla.
Estudia en la UNIDAD EDUCATIVA, "SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS" HNAS. BETHLEMITAS de Quito. Participa en Semillas de Juventud Siglo XXI "Unidos
por el Bienestar y la Paz" de Quito Ecuador, creada en enero del 2020 Baila y canta con solvencia. Participa con suficiencia en los talleres y tertulias
literarios. Creas sus propias poesías. Investiga, busca poesías cortas para sus presentaciones. Le gusta la
declamación. Gedstora
Carmen Gómez Casco integran el equipo: Cecilia Gómez Casco, Carmen Amelia Cerón y cristygomez55@hotmail.com / cristygomez55@yahoo.es
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DIME MAMÁ Dedicado a mi madre: Andrea Cristina Gómez Collantes Dime mamá, ¿Cómo hiciste para poder ser la mejor persona del mundo? Me encantaría saber, si me puedes hacer igual que tú. Una persona amorosa, Bondadosa. Esa eres tu madre Querida.
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Dedicatoria Este pequeño cuento es dedicado al tío
Manuel Calahorrano Villenas, por ser un hombre bondadoso, amable, amante de la naturaleza y sobre todo de los animales.C on infinito cariño Fernandita López Gómez. En la parroquia de Calacalí, ubicada a
17 km al norte de Quito, cerca de la Ciudad Mitad del Mundo, considerada como la puerta de ingreso al Noroccidente de la provincia
de Pichincha, se encuentra la Granja de Manuel, un granjero servicial, amante de la agricultura, y por supuesto de sus animales,
Manuel amaba y cuidaba con mucho cariño y esmero a cada uno de su animalitos entre ellos, gallinas, cerditos, vacas,
conejos, pero tenía un gusto muy particular por Fernandita su blanca, esponjosa, juguetona y dulce oveja. Fernandita más que una oveja era una gran
compañera, pues su espontaneidad y peculiar proceder la habían hecho destacarse entre todos los animalitos de
la granja, un día Manuel mientras realizaba sus labores no se percató de que Fernandita su oveja atravesó
la puerta y camino sin rumbo, había llegado la noche y la tristeza era evidente en Manuel, pero ¿dónde
podría estar Fernandita? Aquella
traviesa se había alejado tanto de la granja, que le resultó muy difícil encontrar el camino de regreso,
estaba tan confundida, hambrienta, triste, pensaba que Manuel su gran amigo la había olvidado, que no la buscaría,
que no la extrañaría, que la reemplazaría, pero lo que Fernandita ignoraba es que Manuel la buscaba y
extrañaba tanto o más que ella. Transcurrieron varios días y la tristeza embargaba a todos los habitantes de la granja de
Manuel, aquella juguetona, blanca y esponjosa ovejita no estaba junto a ellos, por su parte a Fernandita la pena le embargaba
y las esperanzas de volver junto a sus grandes amigos se esfumaban, pero pese a que creía que sus fuerzas se esfumaban,
el amor por reencontrase con sus seres queridos le impulso a seguir buscando el camino correcto a su hogar, y así mientras
miraba al cielo buscando guía llego a su amada granja. Manuel y todos aquellos animalitos que por días la habían buscado estaban felices
de volver a verla, y sin duda alguna Fernandita estaba tan emocionada que no dejaba de dar sus pequeños y peculiares
saltos, era la forma de demostrar su alegría ante tan maravilloso reencuentro, no solo con sus grandes amigos, sino
por tener la oportunidad de regresar a su bello y único hogar. Ahora si podría dormir tranquila, pues sabía que nada se comparaba
con el calor de su hogar, y sin duda alguna con el amor que le ofrecía su gran amigo Manuel, amor que le cobijaba el
corazón y que le arropaba el alma. A partir de toda aquella experiencia Fernandita comprendió que no debe alejarse de esa manera
de su querido hogar, y entendió que pese a lo adverso de esta situación el amor que sentía Manuel por
ella, hizo que nunca deje de buscarla, pensarla y guardarla en su bello, noble y gran corazón. Fin.
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