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Bogocine.Digital-Alucine
Me llamó mucho la atención un poema del autor brasilero
Vinicius de Moraes convertido en canción: la Garota de Ipanema, intitulado <Receta de la mujer perfecta> y lo
guardé. Poco tiempo después investigaba para un trabajo sobre los delitos en Cien años de Soledad
y encontré un poema de Tomás de Iriarte sobre la fementida y supuesta mujer perfecta y lo copié seguidamente
al de Moraes por puro divertimento. Mi memoria entonces me recordó la parte del libro espejo medieval del llevado
y traído Arcipreste de Hita, Juan Ruiz, que se titula respuesta <que Don Amor hizo al Arcipreste>, quien habla
en su obra en primera persona dando su opinión, igualmente, sobre la visión de la mujer perfecta a su personal
juicio o bien de la visión machista que los hombres de ese período tenían del modo real o poético
de las féminas y lo copié seguidamente pues eran tres poemas con identidad en relación a la perfectibilidad
y el aprecio elogioso a la mujer (con algunas exclusiones a las que no cumplen el supuesto modelo de perfección y los
prejuicios de los poetas al respecto). Estas sabias y pícaras palabras, que no compartimos en su totalidad, son modelos
que van más allá de la admiración de la perfección física de la Mujer, pues hablan también
de su talante y de su carácter en relación a cómo los varones las necesitan o buscan para ser felices
conviviendo con ellas. El Arcipreste ha causado mucha duda en relación a su vocación religiosa con estos versos
aunque él decía que no decía sus cosas "de mío" sino que recogía los pensamientos
de los autores antiguos o medievales y que los daba como enseñanzas y para hacer correctivos a las pasiones de su época.
Nunca se ha podido resolver ese problema. Otros críticos piensan que el Arcipreste era lo que hoy se denomina un "gozón"
que se pasaba por la faja de la sotana sus votos religiosos. De todos modos él antes de la obra clave del fin
de la literatura medieval española o sea <La tragicomedia de Calixto y Melibea>, por otro título <La
celestina>, nos dejó el más descarnado relato de las costumbres licenciosas (recientemente la presenciamos
en el Teatro Heredia) de la época que buscaban la liberación de la coyunda puritana de las costumbres buscando
la posibilidad de la expresión de la identidad sexual y de la libido, siempre ínsita en la naturaleza de hombres
y mujeres. El Arcipreste recoge en su poesía la sensibilidad de la poética árabo-española que se
define en el patrón del <Collar de la Paloma> del príncipe Hassan, y que terminará en la poesía
de Petrarca y de Dante, que tenía conexión cultural y geográfica con aquélla, a través
de la Provença del trovador Arnaut Daniel con la Italia de los siglos anteriores al Renacimiento. El lector dirá
si la garota de Ipanema es más a su gusto que la Dama del Arcipreste o la traída en su poema por el español
Iriarte. stos libros o trabajos literarios, y aquí hay de ambos casos, eran muy socorridos en la antigua literatura
y mi extrañeza consiste en que un hombre tan moderno como Moraes recurra al tema. Serán cosa del eterno masculino
de hallar a la mujer perfecta. En don Quijote a la mujer perfecta, <Dulcinea>, se nos opone literariamente que contada por la
realidad de Sancho aquella al verla él no era princesa como don Quijote decía sino que era simplemente una aldeana
que aventaba trigo con un rastrillo y no olía precisamente a rosa sino a ajos. Próxima edicion : Respuesta de Don Amor al Arcipreste y y Receta de Mujer .
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