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ECCE HOMMO
| Y el mundo sigue andando |
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| El Hombre...Crucificado... |
ETERNO--- E IGNORADO SACRIFICIO
Compañeros deViaje: Dejad que esta breve pausa de Semana Santa que nos conduce a detener momentáneamente nuestras faenas materiales, alivie la enorme carga de sostener el mundo que pesa sobre el Redentor. ¡Si!. Solo El lo sostiene...y a cada uno de nosotros. Siendo, individual y colectivamente, parte y todo de este globo terráqueo, solo sabemos destruirlo... brilla la Paz por su ausencia, y sobrevivimos, a medias, sostenidos milagrosamente por el Mártir del Gólgota, inspirador del Amor a la Vida-- esa Vida que tanto despreciamos y aniquilamos. Estaremos por unos cortos días, amparados por la tregua del Calvario; tal vez, callen los fusiles, suspendidos en un tiempo de efímeras reconcilaciones--; pero solo sucederá mientras transcurre el milenario segundo de la agonía divina--Pasado ese instante, seguiremos, esperando que se cumpla, por obra y gracia celestiales, sin nuestra intervención, la Resurreción.
Volveremos al ejercicio de nuestras inquietudes terrenales, sin haber aprendido a derrotar la miseria de nuestros malos instintos. Impíamente, velaremos durante otros doce meses, el cuerpo del Hombre, sepultado en la tumba de nuestra Fe levemente recuperada ante la Cruz-- ésta seguirá cumpliendo la sangrienta misión de servir de potro de tormento para sostener al Redentor, ultrajado permanentemente por la conducta humana¡ Nosotros, sus hijos seguiremos siendo incapaces de nacer a la Paz sin sacrificarlo!
Joseph Berolo
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Compañeros deViaje: Dejad que esta breve pausa de Semana Santa que nos conduce a detener momentáneamente nuestras faenas materiales, alivie la enorme carga de sostener el mundo que pesa sobre el Redentor. ¡Si!. Solo El lo sostiene...y a cada uno de nosotros. Siendo, individual y colectivamente, parte y todo de este globo terráqueo, solo sabemos destruirlo... brilla la Paz por su ausencia, y sobrevivimos, a medias, sostenidos milagrosamente por el Mártir del Gólgota, inspirador del Amor a la Vida-- esa Vida que tanto despreciamos y aniquilamos. Estaremos por unos cortos días, amparados por la tregua del Calvario; tal vez, callen los fusiles, suspendidos en un tiempo de efímeras reconcilaciones--; pero solo sucederá mientras transcurre el milenario segundo de la agonía divina--Pasado ese instante, seguiremos, esperando que se cumpla, por obra y gracia celestiales, sin nuestra intervención, la Resurreción.
Volveremos al ejercicio de nuestras inquietudes terrenales, sin haber aprendido a derrotar la miseria de nuestros malos instintos. Impíamente, velaremos durante otros doce meses, el cuerpo del Hombre, sepultado en la tumba de nuestra Fe levemente recuperada ante la Cruz-- ésta seguirá cumpliendo la sangrienta misión de servir de potro de tormento para sostener al Redentor, ultrajado permanentemente por la conducta humana¡ Nosotros, sus hijos seguiremos siendo incapaces de nacer a la Paz sin sacrificarlo!
Joseph Berolo
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