SOLLOZO AMERICANO
Cuando América
llora entristecen las lenguas milenarias ante el curso abierto de la cruel indiferencia. Las flechas del hombre penetran en el hombro de la sana inocencia, intentando descartar fortalezas
desposeídas de futuro. Cuando América
llora gime el aire ante múltiples
culpables, que oxidan sus credos goteados de remordimiento. Ante los altares de Dios ángeles
y demonios se disputan delirantes como fieras
en celo, a la pródiga tierra, la
piel del tiempo en la sumisión del día, y
al hombre, al hombre como último pájaro que
busca amparo en la cima de la esperanza. Voces de América se arrodillan sobre la selva hostil y sollozante, y
la humanidad enferma fluye a través
de lenguas llagadas de injusticia. Siluetas
infernales deforman las batallas, partiendo
suelos con los surcos del hombre. Detrás
de vengadores se oculta la muerte por antiguas
revelaciones existenciales, depredan rostros
sin credo exiliados hacia paralelas razones. América sangra por derrotas
diluidas sobre el cáliz de los delirios. Racimos de dolores, tatúan sus súplicas frente al destino de pañuelos blancos. El vértice de la torturante quimera punza olvidos entre los límites, y brazos multiplicados rodean en cruz la figura de América, inaugurando rosarios benditos en
ofrenda por una aspirada libertad.
MARY ACOSTA
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