Tradición
oral de Risaralda. Un recorrido por la historia, los mitos, las leyendas,las tradiciones y las costumbres de nuestro Departamento,
Risaralda, Colombia. La tradición oral es un torrente
que circula y alimenta, como la savia de los bosques, ese entramado intangible que le da razón de ser e indentidad
a la naturaleza de los pueblos. Por generaciones, esos mitos y creencias, esos saberes tradicionales del entorno, se han convertido
en una rica gama de miradas cosmogónicas del mundo que transforma los paisajes más austeros y delinea los caminos
de arrieria para convertirlos en los hilos conductores del desarrollo y el comercio. He ahí al arriero, ese titán
de la montaña que del lado de la mula y de su ruana, trasnsportó sobre sus lomos las campanas de los templos,
bautizó los ríos y colmó de esperanzas el pecho soñador de las muchachas. Esos valientes hombres
que domesticaron la distancia y recorrieron esas calles engarzadas en los rincones más ariscos, una tarde de arreboles
y jardines, pero al lado de su amada eran como dóciles caxhorros, como niños que nunca han olvidado la tibia
leche de la infancia".Y entonces aparece en sus verdaderas proporciones, la mujer, un tema esencial para las preocupaciones
literarias de Ninfa Marín Escudero, quien en su nuevo libro, A Golpes de Hacha y Machete", les dedica un reconocimiento
apasionado como impulsoras invisibles de la gesta colonizadora en Risaralda y en toda la región de Antioquia. Julián
Chica Cardona. Dos Quebradas, Noviembre 2013. EBOOK Libreria virtual Ave Viajera.
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EL LOCO Cuento Por entre un
boquete de la cobija, sus ojos se extasiaban al mirar con insistencia hacia el portón de la casa demarcada
con el número 5 - 43. Cinco cuarenta y tres, cinco cuarenta y tres, cinco cuarenta y tres
Ya no era necesario llevar la cuenta de los pasos
que había de una esquina a otra ni del tiempo que se tardaba en hacer aquel recorrido. Estaba tan acostumbrado
a este lugar, a los días y a las noches interminables, a recorrer los mismos pasos, a mirar los mismos locales, recibir
la sombra y el abrigo de los mismos árboles viejos y cansados, observar el mismo trajinar de la gente, que se le hacía
una utopía salir de allí y adentrarse en otros laberintos, en otras calles. Esa vía y esas
costumbres se habían convertido en su mundo. Había olvidado por completo que muy cerca, al otro lado de este
lugar, había otro mundo, otras personas, otras actividades, otros problemas, aunque a veces llegaban a la selva enmarañada
de su mente, los recuerdos de otros lugares, de otras casas, de otras personas, de otras épocas, de otros acontecimientos
y de otras ilusiones. Pero ahora, su mundo se limitaba a andar y desandar los mismos pasos, a dormir en un rincón
bajo el alero de un almacén, sobre unos cartones que tiraba sobre la acera, con los que trataba de mitigar un
poco la dureza del suelo. Las
últimas noticias impresas le servían de abrigo. Un cobertor lleno de agujeros completaba su lecho.
Por entre un boquete de la cobija, sus ojos se extasiaban al mirar con insistencia hacia el portón de la
casa demarcada con el número 5 - 43. Cinco cuarenta y tres, cinco cuarenta y tres, cinco cuarenta y tres. Como
en una pesadilla, este número le martillaba su inconsciente hasta la saciedad... y allí venía Ella....
con una levedad en su caminar, la mirada serena. Aunque para alguien con un poco de sentido de observación, no habría
pasado desapercibido el trasfondo nostálgico y triste que albergaban sus ojos, señal inequívoca de una
gran desilusión, de añoranzas, de ilusiones perdidas, de melancolías y desesperanzas.
La tarde agonizante, recibía como un latigazo
los calcinantes rayos solares del mes de julio. Élla , después de una ardua jornada de ventas, gozaba
ahora de un merecido de descanso. Con un helado de vainilla y coco, calmaba la sed y el calor que
la agobiaban. Caminaba por entre las personas que como robots pasaban a indiferentes por su lado. Se detuvo ante
una vitrina y observó los vestidos que allí se exhibían, mientras el helado desaparecía
entre sus labios. Llegó hasta la puerta demarcada con el número 5 - 43. Con un gesto maquinal
abrió el bolso, extrajo un llavero y se dispuso a introducir la llave en la cerradura. Antes de abrir,
arrojó a un recipiente de basura que había justo al frente de la casa, el palito
del helado que hacía pocos segundos había consumido. Después abrió el portón, entró
y cerró. Del
lecho de cartones, ubicado bajo el alero del almacén, el pordiosero se levantó sigiloso pero
apresurado. Se acercó a la caneca de basura y como el acto más importante de su mísera vida,
hurgó entre la inmundicia. Como un trofeo agarró entre sus manos aquel palillo de helado y en una comunión
con el infinito, se lo llevó a los labios y saboreó los últimos residuos de vainilla y coco. Después
regresó a su rincón, se arropó con los periódicos y las hilachas del cobertor, mientras
de sus ojos enrojecidos por el cansancio y los alucinógenos, brotaban humedades de nostalgia, dolor y desesperanza
por aquel amor perdido.
Ninfa
Marín Escudero
EL LOCO ...su brevedad contiene el mundo humano,
(inhumnano) , sus contrastes sociales,los placeres de los ricos y los pobres, los de arriba saboreando la vida, los
de abajo, los deshechos, como los miserables de la Revolución francesa,en las afueras de los palacios...
La casa No. 5 43, es un Castillo imperial... es el feuido de los corrompidos. En la calle, en el horizonte...
las fabelas.. los tugurios de todas las ciudades del mundo..Da para escribir de nuevo LOS MISERABLES. de hoy., Jberolo
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ANHELOS Quisiera
ser tu lápiz, tu
borrador pequeño, el
cuaderno en que escribes tus
apuntes y notas, que así tus manos tiernas puedan acariciarme y conocer qué escribes cuando me encuentre lejos. Quisiera
ser frazada que
cobije tus sueños, para
estar en las noches abrazada
de ti, ser
tibia y blanda almohada do
apoyas tu cabeza y
extasiada de amores contemplarte
dormir. Quiero ser la cuchara con la que te alimentas, para entrar en tu boca en un beso febril; la suave servilleta para limpiar tus labios, ser el blanco pañuelo que enjugue tu sudor. Quiero
ser cofrecito que
guarde tus secretos; ser
ese viejo armario donde
guardas tu ropa, estar
en tus camisas, en
todos tus vestidos, y
besar tus toallas, tus medias, tus pañuelos. Quiero ser lamparita en tus largos desvelos, brindarte mis reflejos cuando quieras leer; ser ese sabio libro, que acompaña tus noches y la mesa de noche para estar junto a ti. Quisiera
ser el árbol, de
tu jardín precioso, que cariñoso y tierno me quieras abonar, para darte la sombra que calme tu cansancio y brindarte los frutos jugosos de mi amor.
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TRISTEZA
A través del cristal de la vieja ventana veo
el luctuoso desfile de las sombras nocturnas y el silencioso
llanto de la lluvia que cae, implacable se adentra
en mi alma taciturna. De pronto ante mis ojos, imponente y altiva, la ingenua mariposa con sus alas traviesas, simulando abanicos de argentados colores, parece que se riera de mis hondas tristezas. Las luces mortecinas de
un farol callejero, con sus rayos de plata de mortales
visajes, envuelve entre sus fauces la volátil
figura e implacable destruye sus fastuosos ropajes. Al verla así vencida yo solamente quiero, tomarla entre mis brazos como a indefenso niño, brindarle mi ternura, mis cuidados y mimos y curar sus heridas con maternal cariño.
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MIS
TRES LUCEROS
En el
piélago oscuro de mi amarga existencia, tres
luceros alumbran con extraño fulgor, ellos dan
alegría e ilusión a mi vida y son los
que mitigan mis penas y dolor. Son tres piedras preciosas,
de vivos resplandores, pulidas con esmero, talladas
con amor y en cofre de ternura guardarlas siempre
anhelo, para que no las toque del mundo la traición. Son flores exquisitas con pétalos de seda, que mi jardín adornan con sus vivos colores y al aspirar de cerca su aroma delicioso, gustosa
las contemplo en éxtasis de amores. Cuando
pasen los años y mi espalda se incline y ya
no tenga fuerzas para poder luchar, ellas serán
mi apoyo y mi bastón amigo y así serenamente
a la meta llegar.
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Ninfa Marín Escudero Dosquebradas, Risaralda, Colombia
Licenciatura
en Español y Literatura. Universidad del Quindío( Modalidad a distancia) Técnicas de locución para radio y T.V.Escuela de Comunicación
y audiovisuales Pereira Taller de Oratoria( Profesor René Fernando Chisco; Casa de la Cultura de Dosquebradas. Taller de literatura con el Dr. Luis Eduardo López
J. (Casa de la Cultura Dosquebradas) Taller de teatro con Ernesto Henao Peláez. (Grupo Paisa- je) Socia fundadora de AEDOS, siendo presidente por tres veces
consecutivas. Promotora
y organizadora del Encuentro Risaraldense de la Mujer Artista en sus cuatro versiones. Segundo lugar en el concurso de poesía de la Organización
Libros y Manos de la ciudad de Pereira. Finalista en el Concurso de Poesía 150 años de Salento (Quindío). Ganadora de varios concursos de cuento, poesía
y minicuento realizados por AEDOS a nivel interno Ha participado en: Tres encuentros nacionales de mujeres poetas en el Museo Rayo de Roldanillo (Valle) Tres encuentros de Escritores Risaraldenses Algunas de sus poesías han sido publicadas
por las Antologías de dichos certámenes, en diarios locales y en el libro "Natalia Carolina" del
escritor Carlos Doney Ardila y en la Primera Antología del Arte y la Poesía de Dosquebradas, de AEDOS Obras: Cuentos, minicuentos, poesías, ensayos.
Novela No Siempre es igual (Inádita) La otra historia de Dosquebradas (Mitos y leyendas, publicado por la Alcaldía de Dosquebradas 2005,
bajo el mandato del doctor Unberney Marín Columnista y redactora del Diario Metropolitano
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Voy a poner a trabajar mi lira... Mi inspiración mi angustia y mi tristeza. Voy a poner a trabajar mi lira para contarle a todos por qué ha muerto en mis labios la risa contagiosa y sólo queda una sonrisa triste. Voy a poner a trabajar mi lira y al triste arrullo de dolientes notas quiero viajar por siderales rutas y llegar al olimpo y preguntarle a Eros, a Venus o Afrodita: ¿Cuándo el amor se acaba, adónde van los besos, adónde las caricias, adónde la ternura? Voy
a poner a trabajar mi lira...
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QUIERO
CANTAR UN BAMBUCO
Quiero cantar un bambuco que
lleve en su pentagrama, olor a café maduro y gorjeos de la mañana. Que
tenga el canto del agua de los ríos y
quebradas, cuando recorren alegres los valles y las montañas. Que tenga gritos
de arriero y dulce abrazos de enjalma caricias de novia casta y oración de abuela santa Quiero cantar un bambuco que tenga en su pentagrama este canto montañero pa’
mi tierra colombiana
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Una guitarra
con eco campesino suena en algún lugar de la comarca. Quiero creer que la rasga la nostalgia, y con sus cuerdas, construir
un puente y cruzar el mar de olvido que me separa de mi patria, y llegar a la puerta de la casa de mi abuelo y allí,
al pie de la ventana de su ausencia, entonar mi canto de amor debido a la eternidad de los viejos robles y al futuro
de los nuevos. "Y por esos lados, un patio grande y una fuente y una alberca para los
patos, y un "caucho" para el mico Marmolino, y jaulas para los canarios, y muchos pollos y gallinas sueltos, y un
perro, Rune, que se murió de viejo donde nadie supo que se murió, y sobre todo ese reino de amor sembrado
entre el cafetal, un taller, para mostrar las creaciones artesanales de sus dueños, hechas
en piedra, mármol, madera, hierro y otras durezas, hasta en huesos de la insepulta Alicia.. !Ah, y ¡Un solo gallo! En esa casa, ¡Palacio era" , maduraron Trazos y Retazos y se tejio esta historia, Prólogo de Trazos y retazos, Vida y Obra de Don Miguel Antonio
Herrera Arias, oriundo de Dos Quebradas y Doña Rosalba Muñoz Montoya de Herrera, Pereira, (q.e.p.d.)
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LEGADO
DE AMOR
Un indio de recia estirpe a Dosquebradas
llegó, allí compró su parcela y de ella se enamoró.
Encontró su compañera con la bendición de Dios y con amor y entusiasmo lucharon siempre los dos.
En lo alto de una colina una casa construyó, la llenó
de muchachitos y a todos los educó.
Les leyó filosofía, Aristóteles, Platón, les enseñó urbanidad, geografía y religión.
Les enseñó que en la vida hay que vivir con honor, enseñar
al que no sabe y perdonar con amor. Y ese
indio de recia estirpe que al otro mundo viajó, nos dejó
sus enseñanzas como legado de amor.
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Dame
tu mano Amor... Dame tu mano amor y ven conmigo, a caminar unidos por la vida, junta
tu soledad a mi nostalgia y encontremos los dos la fe perdida.
Dame tu mano amor y ven conmigo a contemplar un nuevo amanecer, el verdeazul de la montaña agreste y las estrellas al amanecer
Dame tu mano amor y ven conmigo, a escuchar de las aguas el
murmullo, el canto de la brisa mañanera, de la paloma su sentido
arrullo.
Dame tu mano amor y ven conmigo, que nunca más la soledad te aflija, tú me darás tu protección y abrigo, yo seré con mi amor tierna
y prolija.
Dame tu mano amor y ven conmigo, a dar gracias a Dios por la ventura, de compartir tristezas y alegrías de tener tu cariño y tu ternura. Dame tu mano amor y ven conmigo, que al llegar el final de
la jornada, quiero tener tu mano entre las mías y perderme en
la luz de tu mirada.
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SI
TÚ QUISIERAS
La paz si tú quisieras estaría, en
los bosques, las flores, en la brisa, en el alegre canto de las aves y en los niños de tímida sonrisa.
Estaría en las estrellas,
en la luna, en las caricias de la madre amada, en el sol que calienta nuestra tierra y en los
versos de mi alma enamorada.
Estaría en las ciudades y en los campos, en el templo, en la misa, en los altares, en la escuelita
humilde, en los colegios y en el dulce calor de los hogares.
Estaría en el recuerdo del
abuelo, que ha mucho tiempo se quedó dormido, en la oración silente de la anciana y en el llanto del hijo arrepentido.
Estaría en las montañas y en los valles, en el fresco verdor de los guaduales, en los frutos
maduros y jugosos y en las mieles que tienen los panales. Estaría en los caminos polvorientos y en las recuas de mulas perezosas, en el alegre
canto del arriero y en el amor ingenuo de las mozas.
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