Pateras
¡Ay, hermano!, me tiendes tu mirada
oscura, como el cielo que te cubre,
en la desnuda noche de tu alma.
En ti brillan estrellas como lunas
cuando sueñas mi orilla que te aguarda
con la sonrisa azul de la esperanza.
Quieres sentirte libre entre las olas
que te duermen, tan negras como abismos,
mientras te crecen alas de gaviota.
Y sueñas con trigales de esmeralda
donde la espiga crece y se hace oro
bajo el sol de tu canto y de tus manos.
Y vuelas con las alas estrenadas
en planeos de pájaro marino
hacia un mundo que ríe y que te llama.
Y allá en la altura inmensa de los sueños
tus vuelos son las brumas que se pierden
en la fría negrura de las olas.
¡Ay, hermano!, mi orilla que es tu orilla
recibirá tu cuerpo derrotado
por las furias del mar y de la noche.
Y tu mirada, abierta como el alba,
manchada por espumas y por algas
se prenderá por siempre en mi horizonte.