CARLOS GARRIDO CHALEN |
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Presidente Fundador Unión Hipanoamericana de Escritores, UHE |
Los Fantasmas del Tequendama. "Ese Ojo avizor..." Carlos Garrido Chalén. Tumbes, Perú.
LANZAMIENTO CONTROLADO |
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Editorial Ave Viajera |
GRACIELA NASIF |
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ESCRITORA . ARGENTINA |
Análisis literario de la Novela Histórica
"Los
Fantasmas del Tequendama"
Autor: Poeta y Escritora Graciela Nasif
Al decir del Jurij Tynianov (Theories de la littèrature.
Paris, Aux Editions du Senil 1965)... "cada obra de arte representa la interacción compleja de numerosos factores", sólo mediante una integración de los más
importantes criterios de acceso se logrará el más amplio despliegue de los componentes y, por ende, el más
profundo conocimiento de la obra".
Raúl H. Castagnino
Bs. As.. Agosto., 1974
2011.
Octubre colombiano, florecido en paletas de aromados pétalos multicolores, bañado sutilmente en fresca lluvia,
gotas cristalinas navegantes... descendidas de los cielos, audaces visitantes de las mojadas enaguas que revisten las veredas,
de la Bogotá antigua, de la cosmopolita ciudad actual Nos deslizamos entre las callejuelas que nos cobijaron un día
entero, nosotros... el autor y su analista, el amigo y la amiga... los admiradores devotos de tiempos inmemoriales, impregnados
del misterio de La Candelaria, rastreadores de un pasado histórico plasmado en cada moldura, en cada desnivel de su
empedrado, adentrados en los recovecos escondidos de una ciudad que atesora la magia literaria, de la trama de esta historia.
Mi privilegio, y reconozco que a pocos les ha
sido dado tanto, en un solo día de mutua compañía... fue conocer, paso a paso, con la guía sabia
del autor, todos los lugares por donde transitaron los personajes que encontramos en esta novela. Saqué fotos, escuché
una y otra vez las vicisitudes de la vida de los personajes... el cómo... el cuándo y el por qué, de
cada suceso narrado. También el dónde y con quién...y sin darnos cuenta... de pronto nos convertimos
en dos personajes más, capturados por el realismo mágico que nuestro paseo acentuaba.
Conocí pues, "in situ" el escenario
donde transcurre la trama de esta novela histórica llevada adelante por un poeta de valía internacional, el
eximio Poeta y Escritor Joseph Berolo; por tanto, considero que esta situación de privilegio, facilitará mi
tarea respecto de su análisis literario; retratando al pasar al creador de "Los Fantasmas del Tequendama",
a quien hoy presento a través de su obra, reflejando con su espejo de palabras y absoluta maestría, la sociedad
colombiana en uno de sus más críticos momentos político-sociales.
Del brazo de Joseph recorrimos la Bogotá de hoy, entrando por
la puerta entornada del pasado. Allí me extasié contemplando la Casa del Florero, mientras mi amigo desgranaba
la historia sucedida entre sus vetustas paredes. Me emocioné ante la magnificencia lustrada por el paso del tiempo
de su Catedral, con sus retablos de época, sus luces de caireles que nos retrotrajeron a esa Bogotá considerada
la Atenas de América. Y por supuesto... temblé ante la Puerta Falsa, que quiebra el aislamiento impuesto por
las sacras paredes, para abrirse en la novela a un pasaje trágico, que determinó el quiebre de esperanzas y
anhelos de dos personajes indefensos en su inocencia de la vida; inmersos en su personal mundo de amor. Indudablemente influenciada
por la ya mencionada magia adoquinada de las calles citadinas de Bogotá, me impregné en La Candelaria del misterio,
del terror de aquellos días, en que la paz se buscaba entre las llamas abrasadoras de los incendios y el tronar de
los cañones, que alfombraban de muertos, las céntricas calles colombianas.
Entré de lleno en la trama de esta novela que hoy estudio, tal
como antes anticipara, de la mano del autor, visitando cada lugar de los hechos en ella sucedidos. Libro en mano, almorzamos
leyendo pasajes de la obra, que se entremezclaron con la paella que nos remontaba a tiempos idos, en los senderos del tiempo.
Allí, mirando caer la lluvia detrás de los antiguos cristales de la vieja casona, tornada restaurante típico,
nos volvimos protagonistas de los hechos sucedidos... Cruzamos comentarios, descubrimos semejanzas; y en un momento dado...
supimos que en puntas de pie la Historia, se sentó a nuestra mesa.
Volviendo al libro de marras, ya desde la tapa se enmarca la tragedia contenida entre sus
páginas, presentando el incendio y el horror que dieron origen a los Fantasmas del Tequendama. En la solapa del libro
su autor ha escrito palabras reveladoras de misterios y tormentas personales. Para luego acotar "Esta es una obra de
ficción basada en hechos verídicos". Como suele decir Joseph... sobre este tema, no más palabras.
Aunque me cabe agregar que, por la pulcritud de
su estilo y la sostenida acción desarrollada en cada una de sus páginas, esta obra es digna de ser llevada a
la pantalla grande, porque es un tapiz inmenso... entretejido con urdiembres que retratan una época pasada, un fragmento
vivo en la memoria de la historia colombiana.
Por
mi parte, confieso que a pesar de lo mucho que he leído, durante la mayoría de años de mi vida, desde
el primer momento quedé atrapada por "Los Fantasmas del Tequendama". Vale decir que, en apariencia, automática
y personalmente me estoy eliminando como analista objetiva de la obra de mi querido amigo. Nada más alejado de la realidad.
Llevo años a mis espaldas creando Ciclos de Conferencias sobre amigos y desconocidos; tomando distancia de mis afectos,
estudiando cada día algo nuevo, enriquecedor sobre todo para mí, pero que ofrezco desinteresadamente a quien
lo necesite. Puedo entonces decir, con absoluta sinceridad que "Lo cortés no quita lo valiente". Va pues
mi objetivo análisis literario, donde la amiga da paso a la visión profesional sobre la obra.
"Los Fantasmas del Tequendama" es una
de esas obras que nos hechizan desde la primera página. El vértigo arrollador de las secuencias relatadas tiene
el misterio de un realismo mágico que se apoya en los hechos sucedidos, pero nunca olvida el sortilegio de lo absurdo
mezclado con la magia cotidiana. Y así, desde el comienzo... contemplamos el extraño ritual de un personaje
que espera el alba, enancado en la estatua de Simón Bolívar que destaca desde el centro del poblado adormecido.
Año 1930... Matilde Cienfuegos...Personaje
feroz, verdadero clon de Machiavello, endemoniada mujer que deja a su paso una estela de tragedias y dolores que envuelve
y transforma la vida de los demás personajes, de quienes mueve los hilos de sus destinos, cual si fueran débiles
marionetas en sus enloquecidas manos.
El resto de la novela... lo dejo al lector. Hice un esbozo preliminar de su trama,
una simple presentación del inicio, donde irrumpe en escena el personaje que ha de digitar los destinos de todo aquel
desprevenido que se ponga al alcance de sus infames maquinaciones. Corresponde ahora un análisis específicamente
literario, para apreciar la obra en todo su valor.
La fluidez lingüística nos habla de una razón estructural muy bien pergeñada
como factor desencadenante de un texto ágil y de entretenida lectura. El autor nos lleva de la mano por la historia
colombiana a través del contenido rico en sucesos verídicos, que apoyan la trama.
Hay una continua ubicación espacio-temporal que, a la vez que
impide dudas, obliga a compenetrarse con todos y cada uno de los episodios que revelan las angustias y alegrías de
sus personajes. Los caracteriza claramente; logrando que el lector tome partido por unos y aborrezca a otros. Tan es así
que nos descubrimos ansiando proteger a Mío con la misma desesperación que esperamos ver desaparecer, en un
recodo de la selva, a la sádica Matilde Cienfuegos; personaje que lleva por corazón una obsidiana repleta de
rencores y anhelos reprimidos, transformados en odios y en tortuosas, incestuosas relaciones.
Entre los personajes esta dualidad amor-odio, tan común en la
vida diaria, es una constante. Esto mantiene en vilo, porque los sucesos se encastran unos a otros con una coherencia perfecta;
dando además la necesaria cohesión al texto, rico en su precisión lingüística, diseñado
y armado a través de la fluidez de las palabras, de las oraciones, de los párrafos.
En esto tiene suma importancia el pensamiento claro del autor. Joseph
Berolo sabe lo que quiere escribir y cómo hacerlo. El resultado está a la vista. Los Fantasmas del Tequendama
ya deambulan por las calles bogotanas, y no debería sorprendernos si a la vuelta de una esquina nos tropezamos con
un intangible Mío, huyendo de la horda incendiaria, o vislumbramos el paso fantasmal de los amantes Giuseppe y Magda,
por la Puerta Falsa.
La
realidad interior del autor está intrínsecamente ensamblada con la realidad ficticia que crea con palabras.
En cada libro hay mucho de quien lo ha diseñado, armado, imaginado, sufrido... y finalmente parido. Escribir un libro
no es tarea fácil, hay que bucear en las más recónditas soledades del alma para resurgir desde allí
portando la Luz de la Palabra. Y todo eso cuidando de no dejarse llevar por las improntas personales.
Joseph Berolo supo hacerlo muy bien. Desde el
inicio hasta el final, su novela brilla con estilo propio. El ojo avezado no puede dejar de encontrar en cada página
la claridad, la concisión, la sencillez, la naturalidad, la objetividad y la originalidad. Factores estos imprescindibles
para que podamos definirlo como un escrito digno de ser nominado "buen estilo literario". Las acciones rápidas,
que se suceden en los distintos capítulos, apenas separados por sugestivos espacios, eliminan al peor enemigo del estilo:
la lentitud.
Al decir de
Gonzalo Martín Vivaldi (Teoría y práctica de la Composición y del Estilo. Editorial Thomson-Parafino
33 edición, 6º reimpresión 2007):
"Claridad no es superficialidad; ni concisión, laconismo;
ni sencillez y naturalidad significan vulgaridad, plebeyez, ordinariez, en una palabra"
Joseph Berolo ha conseguido lograr en su novela "Los Fantasmas
del Tequendama" esa "difícil facilidad", suprema aspiración de todo escritor. Tal como decía
Cicerón: "Hay un arte en parecer sin arte" y Joseph lo domina ampliamente.
Imposible, además, olvidarnos de Voltaire, cuando expresa: "Una
palabra mal colocada estropea el más bello pensamiento". No puedo señalar en esta novela una sola palabra
mal colocada, como así tampoco una que falte, u otra que sobre.
Por supuesto, como en toda buena novela, que se
precie de serlo, vamos a disfrutar de diálogos y descripciones. Los primeros cumplen la premisa establecida para su
optimización: son naturales y significativos, escritos en un estilo directo que a la vez nos pinta al personaje hablante.
Se reproduce en ellos lo que es sicológicamente revelador de la semblanza de cada personaje.
Los titubeos de la expresión, por ejemplo,
sirven para delinear mejor al personaje presentado. Tal el caso del diálogo brotado de labios de Lucindo Certero, personaje
secundario, de personalidad desvaída, cuando entre puntos suspensivos intenta domeñar su natural pobreza mental
para relatar el ataque sufrido por Amadeo Cienfuegos, interrumpido su descanso por la horda que lo llevó a la muerte.
En la expresión salvaje de la atormentada Matilde Cienfuegos el diálogo llega a la cumbre del apasionamiento,
entre frases puntualizadas con signos de puntuación tan adecuados que son hierros candentes, subrayando las explosiones
verbales del malévolo personaje femenino que representa.
Y el desenlace no deseado, pero preanunciado... la locura
del trágico amor entre Marga y Giuseppe, inmortalizada en susurros de amor, en clamores desesperados pre anunciantes
de una determinación espantosa...en la más oscura de las noches del alma, del amante aislado.
Volvamos
ahora a las abundantes descripciones que nos ubican en los escenarios naturales de pueblos y florestas, cuando no de selvas
impenetrables, cobijo de almas sedientas de sangre y de venganza... tanto como en habitaciones de época, vislumbradas
en las penumbras, o a la luz implacable de los días sin sosiego de sus habitantes. Allá donde van los personajes,
la pluma hábil de Joseph nos pinta una acuarela descriptiva, que nos introduce de la mano, para que nos incorporemos
a ese mundo tan especial donde nunca dejan de sobrevolar "Los Fantasmas del Tequendama".
Dice Hamlet: "Una
descripción es UN CUADRO".
¡Cuántos
cuadros podemos admirar en esta novela! Hay a la vista una verdadera galería pictográfica! El personalísimo
punto de vista del autor es tan universal, en su abarcadora de la realidad, que en cada descripción nos sumergimos
como parte integrante de todo lo que allí se plasma. Hay desde el autor una observación previa, un ensamble
de sus vivencias personales y de sus propios fantasmas, tan bien logrado que cumple al pie la remisa de A. Albalat, quien
asevera: "Cuando una descripción no resucita materialmente las cosas, es que no se han visto o que el artista
no supo verlas".
Las
sensaciones que nacen de las descripciones en esta obra son fuertes. No hay detalles acumulados, sí llamativos, enérgicos
y definitivos. En una palabra, la reflexión y el plan de trabajo de Joseph Berolo formulan un orden lógico que
es imprescindible en la fluidez de la lectura de su novela.
Y concluyamos este análisis literario de Los Fantasmas
del Tequendama, con unas breves líneas dedicadas a esta novela desde el punto de vista de la narración, en su
conjunto globalizado.
Esta
obra es tan rica en personajes, ubicación histórica de la trama, descripciones vivenciales, paisajes reflejantes
de la tensión del momento que transitan los personajes, que resulta muy difícil sustraerse a su encanto y no
explayarse en todos y cada uno de los muchos capítulos a disfrutar. Pero... el respeto al lector urge al silencio.
Cada quien debe sentir por sí mismo la tensión y la urgencia lectora que les dicten las páginas, desde
sus palabras impresas. La concisión en mis apreciaciones literarias es un deber y una obligación, impuestos
por el criterio de la lógica.
Por
lo tanto, presentaré mi opinión personal sobre la obra de tan digno autor y luego cerraré, confieso con
pesar, esta página de mi vida en que habité La Candelaria, acompañada por los legendarios Fantasmas del
Tequendama, en la voz y la compañía de mi querido amigo Joseph Berolo.
Esta novela histórica posee los ingredientes necesario para
ser plato principal en "La cocina de la escritura" ( Libro de Daniel Cassany, Editorial Anagrama, 1993). Bien dicen,
además Balzac y Dostoiewsky, "maestros consumados en esta tarea de descubrir el alma humana" (G.M.Vivaldi):
Balzac se mete en el personaje definiendo su intimidad con sólo cuatro trazos firmes, que en su inicio ganan la atención
del lector.
Dostoiewsky,
precursor de Freud, y por ende maestro en el buceo del alma humana, hace gala de insuperable maestría en la pintura
de personajes que luego se vuelven, por la habilidad de su pluma "tipos universales básicos de personajes".==Completo
mis mosaicos con la expresión de Ortega y Gasset: "Contra lo que al principio pudo parecer, no es tanto la creación
de lo individual (...) como la creación de tipos genéricos más profundos, lo que constituye el verdadero
talento del novelista".
Los
personajes de la obra analizada están enmarcados en los principios básicos que les confieren calidad de personajes
universales, no es necesario decir más al respecto, los personajes se destacan por sí mismos, sin necesidad
de que sea yo quien lo haga. Cierro el mural, que he construido con palabras, agregando que he basado mi análisis literario
en mis continuos estudios sobre el tema, en obras de reconocido prestigio y en autores de indudable valor literario universal;
es así como he aplicado en mi trabajo, respetuosamente, algunos consejos de buen gusto literario, dados por Voltaire
a Monsieur de Cideville en carta fechada 1733:..."Si me atreviera a darle un consejo, sería el de ser sencillo,
y que urdiera Ud. su obra de modo muy natural, muy claro, para no obligar demasiado la atención del lector" (...)..."Vaya
derecho al grano y no diga más de lo preciso" (...)..."Escribir para el pueblo no significa dirigirse a una
determinada clase social. Significa - y así lo ha dicho Machado- escribir para el hombre."
..."El destinatario
de la creación literaria, el lector, necesita que se le hable en tono humano... y a quien hay que contarle nuestro
relato no es a éste ni a aquel individuo, sino a todos los hombres."
..."El estilo narrativo, así concebido, es uno de
los secretos o claves del éxito de los grandes narradores" Joseph
Berolo... gran Poeta y Escritor de valía internacional reconocida por los eruditos que disfrutan de sus obras... Amigo,
tu novela histórica "Los Fantasmas del Tequendama" cumple los cánones impuestos desde siempre en el
mundo literario para que se vuelva, apenas nacida y entregada al gran público, obra maestra de la Literatura Universal.
Como tal, ha de trazar surcos legendarios, en la literatura de tu Patria y del mundo entero.
Graciela Nasif
Poeta- Escritora- Conferenciante Master.
Córdoba- Argentina
CAMINANTES POR EL TERRITORIO DE LAS FANTASMAS DEL
TEQUENDAMA
Auitor y una visionaria
llamada
Graciela Nasif
Abismales.
Bochica
de agua y fuego,
El Tequendama.
Sensación de pasos
por la Candelaria,
sendero adoquinado
caminantes del naufragio
en otro tiempo de floreros rotos
de sangrías sin frutas
y sin vino.
Y
el eco
la
mole de la Catedral
los mausoleos
los Primados… Carne en piedra
bajo un solio milenario.
El marco negro
de la Puerta Falsa, olor a viejo-
El encuentro
el paseo
y este horrendo hoy de
ayer
envuelto
en telarañas.
TÚ Y YO.
La tarde bogotana
un retrato en sepia
una copa llena.
Y la lluvia
y la casona…
olor a paella sevillana
tus ojos
el oído
y los silencios…
¡Mío te aturdía¡
Por la calle , MIO
hacia la nada.
Lo seguiste…
Me seguiste
¡La Guerra¡
¡El Caudillo¡
y esa casa.. la de arriba,
¿Te acuerdas?
La que despide cosas todavía
¡Aullidos¡
Allí están
¡Los Fantasmas!
¡Hay un fru fru de velos
que nunca fueron blancos!
una rosa que nunca fue roja,
un lecho que nunca tuvo hueco,
una calle que nunca tuvo luces
una sombra que nunca tuvo forma
..Y un mozuelo que
jamás volvió…
Lo conociste…
y a su mozuela
y el vientre de la fiera
y el musgo.. la madrugada,
la neblina
¡EL ABISMO¡
Te llevaba
me llevabas
¡Rugía el Tequendama!
¡Ardía el Alto!
¡Matilde se ensayaba!
¡MIO SE MORIA!
Te llevaba
me llevabas
CIENFUEGOS
nos quemaban…
Ya no somos dos
Pincel
lienzo
¡EL CUADRO!
Ya no somos dos.
Ya no soy
¡TU ERES!
¡POSEIDA…!
Y yo… ¡MIO!
Novela histórica relatada magistralmente en varios
rincones de este ensangrentado país comenzando en Palmarito, sus siniestros personajes son víctimas de
una herencia emocional macabra ancestral y luego victimarios de una hermosa fusión colombo extranjera, cuyo hijo sufre
las funestas consecuencias que desgarran el alma con los más fríos y pétreos sentimientos.
La historia es el fiel reflejo de lo que ha acontecido en este tropical país, desde El Alto, al interior de Colombiam,
cubierto con la bruma de un torrente de odios políticos, religiosos, ambiciones que se derraman sobre los nacidos inocentes,
hasta Bocas de Ceniza que se encargan de recoger la podredumbre de 300 años de historia. Sin embargo, cuando ese
hijo ha buscado un futuro mejor en las entrañas del extranjero y conoce la humana condición universal,
vuelve a la patria de sus amores, de los sentimientos afectivos, de sus montañas y de sus ríos de
la cual no podrá desprenderse jamás . Bernardo
Tovar Gómez Septiembre 19 2013
LOS FANTASMAS.... Rafael Negret
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LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA
CRITICA LITERARIA, RAFAEL NEGRET.
No sabemos si es realidad, mito, leyenda o una pesadilla,
que el Libertador Simón Bolívar, en una noche de tinieblas, huyendo de los fantasmas fratricidas de Bogotá
que le gritaban "longaniza", brincó de un peñasco a otro entre los insondables precipicios del Salto
del Tequendama para escabullirse de sus perseguidores.---Joseph Berolo imprime tanto desequilibrio emocional y desquicio en
esos personajes y familias de su narrativa que nos obliga a interpretar muchos orígenes históricos existenciales
y sociales de la violencia en Colombia. Los complejos sicológicos, el fanatismo político, la ceguera religiosa,
el machismo, la injusticia social y las armas hacen parte de la familia Cienfuegos empotrada en el poder a través de
un gamonal, un cura, un político, un abogado leguleyo y la mente tenebrosa y de frustrada sexual de la hermana Matilde.
Palmarito, capital del Valle de las Palmas, condenado a la violencia y al desatino de sus dirigentes sumariza atávicos
lastres y lustros en la historia de Colombia. Mío, de admirable agudeza mental, en el desierto trasegar de su existencia,
es el único testigo atormentado de tan demencial acontecer histórico, de muertes injustificadas e inexplicables,
a no ser tan sólo por la diabólica presencia y violencia desatada por el tétrico
Calixto Cienfuegos. El "Jinete de la Cordillera".
Tan Sólo un espíritu poético
como el de Joseph Berolo, podría describir la historia novelada de la idiosincrasia colombiana con una prosa y ritmo
de excelencia, engalanadas por un fecundo manejo idiomático y conocimiento fehaciente de las costumbres y cultura populares
del pueblo colombiano. Puro realismo fantástico, o fantasmagórico realismo. Es una obra de obligatoria lectura
para quienes deseen vislumbrar los orígenes de esa desconcertante violencia que ha azotado al país por tanto
tiempo y la complejidad del proceso necesario para reivindicar la paz que reclama y requiere Colombia.
*****
LIBARDO CAMPOS GOMEZ |
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Docente, Poeta y Escritor Colombiano |
LIBARDO CAMPOS GÓMEZ. Nacido el 23 de septiembre en el año 1.951 en Montería, Córdoba Colombia. Docente. Licenciado
en Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba y Especialista en Planeamiento Educativo. Escritor, poeta y declamador, actividades que le han merecido varios reconocimientos y premios en Lanas Argentina
, España, México y Colombia .Es autor de la Letra
del himno Cooperativo del Departamento de Córdoba . Autor
de cuentos como : El Abuelo , Regreso al Regreso Dos Tiempos, Blanco, enseñanzas de un padre, El Séptimo paso,
Recuerdos de aquella playa y otros . APUNTES PARA LOS
FANTASMAS DEL TEQUENDAMA DE JOSEPH BEROLO Colombia es un país
privilegiado por ser poseedor de riquezas humanas, culturales, naturales, pero dejándolo en ese término no se
habrá dicho nada nuevo, luego la importancia está en mostrar el sitio exacto donde podemos palpar ese privilegio,
pero para poder alcanzarlo hay que hacer un recorrido por el desarrollo socio, político y económico del país,
sin embargo tampoco es impactante ese mero aspecto considerado de esa forma, es necesario entonces profundizar y atar los
cabos, tradicionales, idiosincrasia, culturales, espirituales, de creencias y aun mítico y religioso; sólo entrando
en esos campos podemos penetrar al corazón mismo del Colombiano, a su pensamiento y comprender su pensar. La sociedad
Colombiana no navega en un caudal histórico ficticio, sus ancestros, sus raíces tocan profundidades que alcanzan
aun más allá de la llegada de los españoles a América. Para el siglo XV en el centro del país,
en el altiplano cargado de frío de la sabana encontramos un pueblo laborioso, numeroso, con un grado de desarrollo
avanzado que manejaba incluso un calendario, era el pueblo Chibcha, sus columnas de tradición y organización
social, política y religiosa a pesar de ser golpeadas y socavadas por los invasores mostrarían a futuro sus
vestigios. Así mismo la costa Caribe surgiría de la marca indeleble del pueblo Caribe; la familia Caribe identificada
como guerreros y abiertos frenteros a la conquista, también marcarían su huella histórica cultural, tradicional,
socio política al pueblo Colombiana. Esto por señalar como simples referentes a donde hay que ir muchas veces
a buscar nuestro pensar de Colombianos. Por que sólo entrando en el pensar del hombre Colombiano podremos entender
a los Cienfuegos que no son más que los representantes de una cultura Colombiana que se destila en los aspectos socio-
político, socio- económico, socio - cultural...
No
es gratuito que algunos lleguen a ubicar a Colombia como el 4º país mas feliz del mundo, esto requiere de un análisis
por los cuatro frentes del cuadrado de la felicidad, pero no es el caso de hacerlo, pero sí señalar que ni aun
los que afirman eso pueden desconocer los baños de sangre que ha recibido nuestro pueblo desde la época de la
conquista, pero lo asombroso y particular que lo hace su generis es la capacidad de la gente colombiana que pasa de la violencia,
la desgracia, la amargura, el infortunio, al jolgorio, a lo folclórico, a la calma, a la cotidianidad, a lo doméstico,
no vallamos muy lejos y miremos el pueblo de Macondo de cien años de soledad, el realismo mágico de Gabriel
García Márquez y comentado Universalmente. El pueblo de Palmarito, de la novela que tengo entre manos, no es
ajeno a esto por que también es Colombia con su gente preñada de esa su generis enmarcada dentro de historias
como la de los Cienfuegos, de Matilde, de Amadeo, de Simón Tadeo, y Calixto. "Pese a los nueve días de
duelo decretados oficialmente durante la toma de posesión de Calixto como alcalde de Palmarito, que tuvo lugar mientras
se cumplía el enterramiento de su hermano, los palmeros regresaron a lo cotidiano de sus vidas, el mismo día
de los funerales de Amadeo".
Ya aquí estamos
con LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA, novela de autoría de Joseph Berolo Ramos; pero antes de hablar de Los Fantasmas,
miremos a luz de flash al padre (Joseph); Colombiano, fundador de la Editorial Ave viajera, escritor y poeta, un soñador,
un hijo de Colombia que a fuerza de vivir una gran parte de su vida en el exterior, la vida misma le enseñó
el valor y el amor a su tierra. LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA es una obra magistral propia de un maestro, es la perfecta combinación
de la prosa poética con la narrativa, pero es a su vez la trascendencia de la narrativa a lo poético; Joseph
irrumpe en la narrativa y sin ser un investigador de profesión o un politólogo baña su narrativa de un
contenido social, político y económico.
En
LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA se encuentra toda una integración de la cultura popular colombiana, en forma general,
en los aspectos, social, económico, político; a esa forma de pensar no solo de la gente del común, sino
también de la clase política, militar, civil y eclesiástica, como también los desposeídos,
maltratados, los que sufren traumas afectivos, emocionales y económicos; alguien señalaba que la gran obra de
Gracia Márquez mirada a lupa encontramos una condensación de la literatura universal, de obras como la odisea,
el quijote, la Biblia y muchas obras mas, lo cual me lleva a pensar que al tener en mis manos esta obra he tenido en mis manos
el manuscrito de una gran obra también que sintetiza no solo los aspectos de la idiosincrasia del pueblo Colombiano
sino además el lenguaje poético condensando la poesía y la narración .
En LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA se encuentra algo muy especial que la diferencia de
muchas obras literarias que trabajan los aspectos históricos y socio culturales pero en esta obra el autor muestra
un manejo reiterativo de una prosa poética que no le quita el sello de narración histórica a la obra.
Es como remontarnos a la época de la epopeya donde los hechos eran manejados con los hilos de la lírica, de
allí la fortaleza histórica de la poesía misma que fue capaz de limpiar, encauzar su propio camino aun
dejando de lado la lira como instrumento y matizarse con su música para dar vida propia a la prosa poética para
al final especializar el verso pero no renunciando a su música.
Encuentro
en la obra citada el uso de una construcción de prosa lírica sin que pase a ser una fonética de poesía,
sino un ir de cada palabra que va a llevar primero al lector a centrar la atención en una narración descriptiva
de hechos sin descartar el manejo de un lenguaje que valoriza el mismo texto diferenciándolo de la narración
ordinaria, y que dista ser de un escrito prosaico, vulgar o de acciones prosaicas es decir desprovistas del alcance imaginario
o reducida a construcciones triviales y rutinarias; no, la prosa en LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA trasciende a la prosa de
magistral construcción donde la cadencia le pone ese matiz especial al hecho narrado. Se encuentra al escritor que
sin alarde alguno de su condición de poeta, pero sin poder desprenderse de ella, se sentó a revisar la historia
del país; tantos y tantos tomos de ella que se han escrito pero que en su vivir los tiene todos en un solo tomo, y
de la gran madeja de la historia hacer sólo un ovillo pero que rodeara la sensibilidad del alma del lector, que hiciera
que éste se metiera en la obra misma para acompañar al escritor a sentir y vivir la historia para recordar y
aprender aun mas el comportamiento en su diario vivir del pueblo Colombiano sin haber acudido al reforzado contexto académico
tradicional.
Amadeo, Simón y Calixto son personajes
fuertes, mayores, que manejan escenas importantísimas desde el principio de la obra; Es de resaltar el papel de los
tres porque precisamente es a su alrededor es donde el personaje de Matilde creará la fuerza suficiente para hacerse
fundamental y compartir la escena central de la obra con Mío. La construcción paciente y sutil del autor que
logra atrapar al lector para que sea él mismo quien empiece a preparar razones para justificar el actuar del personaje
Matilde; pero lo mas interesante de la obra que obliga al lector a partir en dos las razones de Matilde; las razones iniciales
de la novela y las finales de la obra; es decir las razones de trauma afectivo que afectan a Matilde, ¿hasta dónde
tiene justificación?, este análisis lo hago para señalar que la obra también maneja un aspecto
psicológico lo cual le da un realce aun mayor.
El
pueblo Colombiano, las familias Colombianas han vivido históricamente sentadas en un polvorín de violencia y
eso ha generado un comportamiento socio cultural de nuestra gente, LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA toca y presenta muy bien ese
aspecto.
La descripción de la importancia del Río
Magdalena, la influencia Árabe, la idiosincrasia de los pueblos ribereños, el insipiente "desarrollo"
industrial entrelazado con la vida a "placeres y destinos", la vida en los bares, en las travesías, esa clase
social que ostenta el poder económico; esos apartes de la novela hacen crear distancias entre la descripción
de un historiador y la descripción de un literato permeabilizado por la lírica poética. Es el autor describiendo
pero sobre todo vendiendo un sentimiento patrio en el fondo. Pero las imágenes de la naturaleza que el autor coloca
frente a nosotros, la descripción del paisaje de la casa del Alto es un sentirse en la obra misma.
He leído el Bogotazo en diferentes versiones de novelas, de periodistas, de
poetas etc. pero esta versión de Joseph es su generis, única, de allí su importancia; aquí la
obra alcanza una exquisitez del lenguaje a pesar de narrar hechos violentos. Me impactó mucho el manejo del lenguaje
en los hechos del Bogotazo sobre todo. Atrapa al lector, hay una música poética y a la vez contradictoria con
el desarrollo del hecho violento. Se demuestra así que el horror, el terror puede ser narrado, descrito en forma de
lenguaje "exquisito" que permite al lector vivir el horror sin terror, no hacerle apología a la violencia
ni mas faltaba, sé que muchos al leer esta afirmación le es difícil aceptarlo, yo respeto también
su opinión, pero esto no es un foro conceptual..
<!--[endif]-->Es importante resaltar el uso de un lenguaje
que hace que la palabra impregnada de música, de ritmo, de cadencia escondida, se haga sentir en esa desesperanza que
el autor coloca en las manos del lector, que le da vida a la obra y la mantiene. El autor utiliza muy bien el principio que
la tarea del escritor no es tomar la realidad y mostrarla tal como se presenta a los ojos del transeúnte, es buscar
las palabras precisas para entregársela al lector, pero no las palabras recogidas de un diccionario, son palabras que
han de brotar de una emoción, de una sensación, de un sentimiento del escritor y esa fuerza es la que irrumpe
en el lector y se presta a ser invadido e invadir las escenas de la obra y entrar en los mismos personajes, sólo así
podemos considerar que la narrativa no es un compendio de prosas que se entregan bajo cualquier titulo para contar cualquiera
historia .El autor Joseph Berolo Ramos otorga plena libertad
de acercamiento, de interpretación conceptual, tanto en la temática general como en el hilo conductor que muestra
la inequívoca sociedad Colombiana del siglo XX. El autor abre las puertas a un desafío de interpretación
histórica pero sin prepotencia que por ser dueño de la pluma deba ser el poseedor absoluto de la verdad. Hay
ficción pero dentro de ella arde la realidad y sus cenizas será por siempre la historia de nuestra sociedad
Colombiana.
APUNTES AL
HIJO DE MATILDE . TITULO INICIAL ¨DE LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA 2007=2012
Por: Libardo Campos Gómez. La novela el Hijo de Matilde ( ya comentada por mí desde que empezó
a nacer ), ya en su versión final, es poco lo que tengo que agregar, me ratifico en los apuntes iniciales.
Resalto el trabajo del Autor, Joseph Berolo, por que inicia la obra con algo importantísimo como es atrapar al lector
desde las primeras páginas de la obra y a bien que lo logra porque ya en la pagina promedio de la 10, me sentía
atrapado ( Y ya yo conocía la obra ), el interés por continuar la lectura salta en cada renglón. las
escenas manejadas magistralmente por el autor, indican lo que será la obra; las escenas empiezan su juego: el asalto,
la muerte de Amadeo, lo hechos posteriores, el traslado escénico de tiempo al hacer alusión al recorrido de
la Paz, la considero bien manejado, y luego el regreso a otro tiempo y todo ello enmarcado en el traslado escénico
planificado y organizado, empiezan a marcar la pauta de la estructura de la novela; y sobre todo se nota la importancia de
poner al lector a pensar, a buscar y por ende solo al final encontrará.
Después
de lo momentos expectantes iniciales de la obra, el autor ubica al lector en unos espacios de remanso, bien definidos, preparatorios
para hilvanar las razones del personaje Matilde; es la plataforma en la cual el escritor después de unos hechos tormentosos,
empieza a confiar en el lector, y lo prepara para el plato fuerte, de la gran trama de la novela y su posterior desenlace;
los espacios de remanso sin que la obra decaiga están bien manejados; me gusta lo alcanzado en esta versión
como es el manejo de escenas apuntándole acompañada del manejo del tiempo; el adelante, el atrás, el
personal, el impersonal.
Interesante como crea el personaje Matilde, como crece; hacia la mitad de la obra
, el resto de la familia Cienfuegos, le va dando paso a Matilde; este personaje empieza a respirar por sus propios poros,
a fabricar "su venganza" a la vida misma o al destino. Empieza a tejer la telaraña representada en la vida
de Magda, aunque en el fondo transpira su propia desgracia vivida y el atisbar su horizonte incierto, la concepción
de Mio, lo amores de Magda y el regreso al Alto; y la actividad de Mailde en el Alto, es transpirar de de su propia vida;
la concepción y la crianza de Mio, ante la incapacidad de Matilde, lo que no tiene porque le fue "negado",
primero el "amor" que no tuvo de su familia y luego la parte "económica" para evitar que Anita
llegara tan lejos en su afecto a Mio y removiera las cenizas del peligro de perderlo, le hace armar nuevas estrategias de
"defensa". Es importante resaltar en la obra el buen manejo descriptivo,
detallista, minucioso, de los paisajes, las acciones y lo hechos. Los lugares son "fotografiados textualmente" por
el autor pero en forma magistral, con una literatura, con un lenguaje que engrandece la Obra y al autor. "Convence"
al lector, que el autor vivió en carne propia cada hecho, que palpó cada rincón descrito en las escenas
y aun están gravados en su mente, permite que creamos que el viento arrebató la ficción en la obra y
nos dejó al desnudo la realidad, pero cargada de una narrativa exquisita, impregnada en cada renglón de un ambiente
literario que nos aleja de la fotografía para permitir recrearnos en la lectura. Los hecho del Bogotazo que los describí
en el anterior escrito, dan sustento a lo expuesto y como esto se trata simplemente de un agregar algo a lo ya dicho . Pero
como dije inicialmente es poco lo que tengo que agregar, sin embargo cuando empiezo a hablar o escribir del Hijo de Matilde
LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA SU TITULO FINAL, de Joseph Berolo, se me olvida que ya lo he hecho y termino hablando y hablando.
ME GUSTA LA OBRA, FABULOSA. ESTA PARA GRANDE PORQUE NACIO GRANDE. El nombre El Hijo de Matilde ya lo comentamos Joseph , está
cargado de su razón de Ser y no ser otro.
LIBARDO CAMPOS GOMEZ. PROX, CRITICA LITERARIA ANTERIOR
OPINIONES DIVERSAS
Françoise Marie BERNARD el mayo 16, 2010
a las 5:13pm Hola querido Carlos! hola querido Joseph! Acabo leer todo ese comentario en cuanto a la novela de Joseph y estoy
impresionada... no por conocer mucho a Joseph, sino por ser capaz de escribir una historia relativa al pasado... Me gustan
sus poemas y aquí es otra manera de expresarse. Felicidades querido Joseph. Felicidades también a ti Carlos
por tan bello homenaje a su obra, mencionando a escritores y filósofos franceses de nuestra historia. Muchas gracias
por eso. Les deseo una linda noche desde Francia, con cariño y amistad. Besos. Françoise.
ERNESTO Rodríguez del VALLE el mayo
7, 2010 a las 12:24pm Mío, de Joseph Berolo, ciertamente, es otro ejemplo de la Literatura Histórica o de la
Memoria que trabaja con acierto de relojero, entre otros, el escritor dominicano, Manuel Matos Moquete, con su novela El Atascadero
(R.D. Edit. Taller -1987- y Caamaño, la última esperanza armada (R.D. Edit. Corripio -1999- ) Tuve entre mis
manos y revisé, a pedido del autor, esta significante joya literaria. Un abrazo al amigo, al colega mis felicitaciones.
ER delValle. .
Luis
María Murillo Sarmiento el mayo 6, 2010 a las 9:40am Tenía el placer de conocer y admirar la poesía
de Joseph Berolo, pero su prosa no es menos. Se degusta tanto como el poema, tiene de él el encanto con que el bardo
maneja el lenguaje. Tal vez la mejor prosa es la que hace el poeta, porque conserva la musicalidad y las imágenes de
quien crea las mejores expresiones del idioma. Quedo gratamente impresionado por la creación literaria, como por el
motivo de su obra.
Martha Lidia Ferreira Fernández el mayo 5, 2010 a las 10:18pm "Así, los comerciantes de
sueños y los locales de realidades, ..." Este género literario, la novela histórica que, como en
este caso, describe con precisión las imágenes de la época y los intereses entrelazados que, como siempre,
atraviesan y dividen familias, está un poco sintetizado en esta frase. Creo es esencial para comprender el origen y
motivo de una trama que va llevando a actos de altruismo y mezquindades inusuales. La historia de nuestros pueblos generalmente
supera en su infinita realidad, todo lo imaginado por el autor. Gracias por compartir y acercar, compañero.
Rosa Elvira Soda el mayo 5, 2010
a las 10:04pm Sumergirme en la lectura de este texto, me transporta a lugares que no conozco, por no haber estado allí,
físicamente, pero no hay distancias ni tiempo para saborear y entender la naturaleza humana. Aquí, allá
antes, o después el sentimiento humano siempre será uno, y bendito el que sabe compartirlo a través de
la palabra. En esta inmensa red, de alguna manera cada hilo que se mueve trasmite energía y movimiento más allá
de las montañas y los mares. Es una suerte ser un miembro más de Unión Hispanoamericana de Escritores
para conocer escritores como Joseph Berolo Ramos. América corre vertiginosamente por nuestras venas. Felicitaciones.
Rosario Enriqueta de mayo 5, 2010 a las 4:01pm es un gran aporte a la cultura Joseph Berolo ,en sus
escritos es muy claro ,lo que no podre entender , jamás , por que el hombre , tiene que pelear tanto,, la tierra es
la tierra herencia , de DIOS , de la naturaleza , hoy somos y del mañana qué ?--el gran sueño de nuestros
libertadores , unidos por siempre en una sola moneda en todos los aspectos, la unión hace la fuerza...que hermosas
nuestra tierra está llena de muchas riquezas , y un pasado histórico un legajo apoteósico ejemplo de
seguir gracias a un gran amigo poeta escritor , con su aporte , muy fino , y directo en decir lo que es ? .
María del Pilar Casas Luque el mayo 5, 2010 a las 12:14pm Una
vez más tenemos la suerte y el privilegio de contar con esta extraordinaria obra de nuestro gran amigo Joseph Berolo.
Su pluma crítica, creativa y sin rodeos, nos invita a viajar de su mano por una interesante e impactante historia que
nos deja ver con claridad una serie de acontecimientos acaecidos en nuestra Colombia, los cuales marcaron el camino social
y político de un país hermoso, rico no solo en recursos, sino en gente con valores y sueños por cumplir
cada día. Felicito a Joseph por este hermoso regalo a la literatura que sin duda alguna marcará una huella muy
importante a nivel literario. Gracias Joseph por dar luz a esta preciosa obra que vi gestar y hoy con entusiasmo aplaudo con
emoción su nacimiento y su seguro éxito! Bien Joseph! Un verdadero orgullo! .
Sara Catalina Carubin Marienhoff el mayo 5, 2010 a las 11:46am Mendoza, Argentina, 05/05/10. Alguien dijo que una bandera
representa a un pueblo, cuando sus símbolos reales son la dignidad y la generosidad de ese pueblo. Si la muerte de
un dictador sin escrúpulos lleva al pueblo, antes oprimido, a encontrar la paz que sólo la Justicia permite,
las cosas se hicieron con recta intención. El valor de la novela histórica, ya en esta época podríamos
llamar género literario, entraña un gran esfuerzo: debe constreñirse a la verdad, sea ésta cual
fuere. El ánimo del escritor, colocado en el fiel de su balanza interior. El estilo, que reúne la Historia con
la amenidad. El hecho de ser histórica no quita que sea novela. Ahí está el nudo de la cuestión.
Un académico de Historia escribe una crónica. Un escritor escribe una obra perdurable, por sus datos, por el
estilo y la belleza literaria, ya fuere drama, comedia o tragedia, (o mixtura de todas) la señal importante de esa
parte de la Historia mayor. No imaginaba expresar hoy estas cosas relativas al tema los Fantasmas del Tequendama de Joseph,
tratado con destreza por don Carlos Garrido Chalén. Las buenas semillas brotan, aun en terrenos áridos...
Norberto Pannone
LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA Grandes escritores de la talla de Márques
y Llosa están en presencia de un digno competidor.La trama es excelente, nos conduce hasta un final inesperado (por
mi) por un constante sendero sin quebraduras ni obstáculos durante sus casi trescientas páginas.El estilo literario
aparece como un todo personal y genuino que guarda un equilibrio con la sobriedad. lenguaje académico y de una fineza
sin comparación. Los Fantasmas del Tequendama mantiene al lector en una expectante atención que acicatea
la permanente búsqueda de la página siguiente. He conocido toda Colombia por las acertadas definiciones y descripciones
sobre el país y las costumbres. He transitado a través de la obra por todas las emociones posibles. Claras
concisas. Aún guardo en mí, la perfecta descripcion de cada personaje. Los veo. Los quiero o me enojan! Desde
mi fuero intimo, esperaba que, cuando Mio emprende su viaje hacia EEUU, la fatalidad, que siempre se había ensañado
con su vida, acabara con su historia en un terrible accidente aéreo. La capacidad del autor, desvía la presunción
nefasta del lector para acabar casi en un final feliz. Final inesperado por mi. Quizás la trama dirija al lector a
que vislumbre ese desastre final. Solo el autor es dueño de las acciones ocurridas en su obra. Matilde, un personaje
tan bien logrado, se constituye en el principal personaje por su fuerza, su idiosincrasia y su altivez jamás perdida.
su astucia, digna concepción de la mujer, nos sorprende en varios trayectos de la novela. Ella nos ubica en una época
casi aún colonial y nos transmite todo su odio adquirido bajo el desprecio y sometimiento paternal. No deja, así
y todo, de mostrar en algunos pasajes cierto grado de velada ternura. Mio, se constituye en la víctima anónima
de la intolerancia de una época y de una cultura, tremendamente nefasta en cuanto a la intolerancia, gracias a Dios,
el correr de los tiempos ha hecho mutar el pensamiento de la humanidad. Sin caer en falsas lisonjas, esta obra me ha conmovido
profundamente en mi calidad de anónimo lector y en mi calidad de añejo escriba.Felicitaciones!!!"LOS FANTASMAS
DEL TEQUENDAMA" una historia sin igual. Digna de recomendar!Mi eterno abrazo, admiración y gratitud a su
autor, Joseph Berolo. Norberto Ismael Pannone
Psicobiofísico, Poeta
y Escritor
Provincia de Buenos Aires, Argentina
IMPRESIONES SOBRE “LOS FANTASMAS DEL TEQUENDAMA”
Luis María Murillo Sarmiento
Médico Cirujano, Poeta y Escritor Colombiano
Aún inédita, ha llegado
a mis manos una bella obra literaria, "Los fantasmas del Tequendama", novela de un aquilatado poeta: Joseph Berolo
Ramos.Con trazos de epopeya, grandilocuente y poética, la novela discurre por un sendero aciago, de abatimiento constante,
de personajes condenados a un inquietante destino, de protagonistas que sin un forzoso vínculo biológico se
van heredando un sino trágico en el siglo de historia relatada. ---La incursión del escritor en la azarosa vida
del país y de los protagonistas de la obra, va estampando en las páginas de la novela la sensación agridulce
que enlaza con la fatalidad y la tristeza los instantes de la esquiva ventura y la perennidad de la esperanza. ---Hubiese
bastado la simple descripción de los hechos para lograr una apreciable novela, pero el libro, a semejanza de su autor,
se esmera en conseguir lo inmejorable. De tal manera que el aporte psicológico en la concepción de los personajes,
y el genio literario que teje el argumento, son otras de sus destacadas virtudes. Entre imágenes de belleza incomparable
surge una trama que indefectiblemente atrapa al lector. Son constantes el sobresalto, el suspenso, la intriga, la tensión
y la desazón en pos del desenlace. ...La obra es a la vez, bella y violenta. ¡Vaya paradoja! En sus páginas
han quedado plasmados trances individuales e íntimos, paralelos a la desolación de un país -Colombia-
consumido por lo odios partidistas del siglo XX. Episodios como el "9 de abril" y la violencia en los campos, admirablemente
retratados, quedan allí consignados, al lado del odio personal -por otras causas- y la saña inexplicable.--La
historia no es en "Los fantasmas del Tequendama " una mera ocurrencia, ni un simple elemento de ambientación.
No, la historia es la obra misma. El marco histórico es auténtico y verificable; de ahí la rigurosidad
que descubre el lector versado en los ambientes y en muchos acontecimientos descritos; de ahí, también, la duda
que surge sobre la legitimidad de los personajes, que ficticios o auténticos tienen, de todos modos, todos los trazos
de la realidad. -----Las ciudades y pueblos de Colombia -la Bogotá de antaño, por ejemplo- por los que discurren
los protagonistas son presentados con rigurosidad histórica y cinematográfica. Gracias a ella el lector podrá
adentrase en el pasado con la certeza de formarse una fiel imagen de los tiempos idos; y quienes guardan el recuerdo añejo
de esos tiempos lejanos, habrán de rubricar el testimonio que da el escritor en párrafos sublimes. --No se contenta
Joseph Berolo con brindar una trama sugestiva, su alma de poeta la engrandece con el arte que proviene de su pluma. Debo afirmar
que he sido atrapado por párrafos de lujo. "Los fantasmas del Tequendama" no es una obra más, menos
en el universo de obras ligeras, ansiosas del boom editorial y de la gloria efímera. ¡Hoy cualquiera escribe
una novela! --Por el contrario, la obra de Joseph Berolo es pulcra y creativa, fundamentalmente artística; melódica
y cadenciosa, como sus mejores poemas; y con inmejorables trazos figurativos, porque su pluma perfila con la maestría
de un pincel. --Bien podría afirmar, sin temor a equivocarme, que su novela es una creación estética:
musical, plástica y literaria. En los aires costumbristas de la novela, en la evocación de sus tragedias, en
los vuelos de la imaginación de los actores las expresiones retóricas floridas no sólo embellecen la
narración, sino que la proveen de una fuerza inusitada. ----Me sorprende el autor con la precisión de sus detalladas
descripciones. impecable en las estampas fijas, prodigiosa en los tropeles de la turba. Minuciosa y exacta como para hacernos
percibir los aromas de las brasas humeantes y de las ollas de barro, o para hacernos sentir el frío estremecedor de
una noche desolada. Nada han de envidiar esas imágenes a las logradas con la técnica cinematográfica.
Incluso, soy del parecer que la superan, dada la sencillez con que la tecnología capta una escena y la admirable complejidad
con que el escritor concibe la imagen en su ejercicio literario. Esa facilidad para describir no me sorprende en quien con
repentismo admirable crea un bello poema en un instante. Es definitivamente la percepción y la sensibilidad del poeta
enriqueciendo la escena en un ejercicio feliz de la retórica. Son, en últimas, la prosa y la poesía confabuladas
en una preciosa obra literaria. Desconozco la suerte que en el mundo editorial pueda aguardar a una novela tan encumbrada,
de lo que sí tengo certeza es de que no le faltará el reconocimiento de los amantes de la buena literatura.Luis María Murillo Sarmiento Uniletras - Colombia