LA VERDAD aplicada a la terapia del Pensamiento

 

1. Para quien ha encontrado la felicidad en la verdadera fuente de la felicidad, es el Creador, el verdadero y único terapista capaz de salvarnos.2. (Las circunstancias permiten) vivir para aprender y practicar la Terapia del Pensamiento porque, contrario a todas las técnicas freudianas y otras de miles de analistas ateos y creyentes, dicha terapia no hubiese servido para nada sin la fe y el temor de Dios. Esto, en mi trabajo, lo defino (que) su falta es mortal para la felicidad. (Ya lo dijo San Agustín) «Mi alma no tiene descanso hasta que reposa en ti.» 3. La única alternativa viable (para la salud y paz del espíritu humano) es la práctica de la moralidad bíblica (expresa en los 10 Mandamientos), de los valores (del Evangelio) y del significado DE DIOS (en la vida personal). 4. La psiquiatría no ofrece una filosofía de la vida ni una base moral. Es producto de la razón humana, con solo teorías acerca de la naturaleza del hombre. (En contraste) la Biblia es la revelación de Dios al hombre. (Por esto), todas las teorías acerca de la vida y de su significado han de ser contempladas bajo la luz de la verdad bíblica.  Cecilia Lamprea de Guzmán

 

Abismos Insondables Terapia del Pensamiento J. Berolo


 

Sin mayor reflexión de conciencia, la gente sigue al que más les agrada, se rigen por emociones del momento más que por reflexión personal. Luego, sigue el descontento. Esto, se refiere a la verdad en lo político.

 

Por las ideologías positivistas que dicen cómo realizar las investigaciones con el denominado método científico, desde el S. XVIII se parte de la duda para motivar la experimentación y la comprobación para llegar a la verdad científica con evidencias. Este procedimiento es útil en el medio de la investigación científica, porque la deficiencia o desgaste de los sentidos humanos, se ha ido corrigiendo al perfeccionar instrumentos de visión, de audición y demás, cada vez mejores. La duda, como método científico, ha impulsado a avanzar de manera increíble en descubrimientos de la naturaleza de los seres. Cada día aparecen nuevos instrumentos y equipos que facilitan el trabajo en casi todos los campos de la actividad humana. Por la duda, se ha llegado a comprobar la verdad científica    

No obstante, por causa de avances en los descubrimientos, mayor precisión en datos y en construcciones técnicas y tecnológicas, una verdad científica de ayer puede ser superada y anulada por una verdad de hoy. En este sentido, muchas personas confunden los espacios de la razón con los del conocimiento. Por ello, han querido demostrar, científicamente, que el mundo se creó a sí mismo (lo cual es absurdo) y han llegado a descartar a Dios del campo de su ser persona, porque no lo pueden comprobar en el laboratorio. 

 

Esta tendencia ha influido en lo político y moral que hoy tiene en su prontuario, aún en países que fueron católicos, destruir a Dios y quitarlo del imaginario y de las devociones de la gente. Para muchos, es un orgullo proclamarse ateos y, políticamente, en algunos países, se exhiben como perseguidores de los que tienen fe en Jesucristo. Diariamente hay centenares de mártires. La verdad de la ciencia, que parece incambiable, en realidad no lo es. Cada minuto varían el conocimiento y el procedimiento de estudio de los seres de la naturaleza.

En el mundo, cada ser que existe, es verdadero. Desde su comienzo, cada ser es como es y esa es su verdad ontológica. Lo que cambia es el conocimiento que sobre cada especie u objeto perciben y estudian: el observador, el político, el científico, el periodista... la persona humana, individual y única, de acuerdo con su saber y finalidad ideológica.

 

La verdad de Dios no pertenece al campo de la razón ni al de la experimentación humana. Sobrepasa el límite de nuestros sentidos. Es sobrenatural. Es superior. Esta verdad no puede cambiar, porque Dios es eterno y sabio: no se equivoca ni necesita decir mentiras para engañar.

 

Los pueblos, en la antigüedad y muchos de los de ahora, han hecho ídolos, imágenes de lo que creen que es su dios. Hoy, estos ídolos se sostienen en los imaginarios personales y de muchos pueblos, como ciencia, política, riqueza, poder, ambición y soberbia. Se toman como escudo de poder en la mente y pensamiento de muchos seres pensantes y líderes políticos. Por ello, ocultan, persiguen o ignoran la verdad sobre Dios.

La verdad de Dios, es teológica. No se puede imaginar, ni inventar. Resalta desde la contemplación misma de la naturaleza y de las cosas que nos circundan y admiran, pero más desde la consideración de la maravilla que es cada uno de nosotros en la constitución y vida de su cuerpo y el desarrollo de su pensamiento más allá de lo que se ve, se crea, se imagina y se transforma.

 

Porque el conocimiento de Dios es de otra naturaleza superior, Dios tuvo la gentileza de revelarnos quién es y para qué nos colocó en el mundo.

Dios y su revelación

 

Dios, es un misterio. Pero tuvo misericordia de las equivocaciones de los millares de seres humanos y del culto indebido. Dios se reveló a Patriarcas y profetas. Escogió a un hombre de bien, Abraham, para formar para sí un pueblo, en el cual quería hacerse humano para contactarse con la historia. A través del tiempo, anunció la venida de su Hijo, para que complementara la revelación con su verdad para nuestra salvación. Esta revelación supera todos los escritos sobre dioses y cultos de la antigüedad y completa la revelación previa que dio a su pueblo en el Antiguo Testamento. Por ser verdad sobrenatural, no se puede demostrar en laboratorio. Pertenece al campo espiritual, y se acepta libremente por la fe recibida de Dios.

 

La verdad de Dios, no se impone por ley natural. Se acepta por reconocimiento y fe en ese SER superior a quien llamamos Dios que nos afirma con su PALABRA revelada, quien ES y qué quiere de nosotros.

 

En esta revelación, Dios se manifiesta como Padre: Nos habla, nos cuenta, explica y manda. Su verdad, nos libera, porque su verdad es clara.

 

1.            Dios quiere ser aceptado por cada persona que viene a este mundo. Sin embargo, no obliga. Respeta la libertad individual.

2.            Para escucharlo, necesitamos de la oración y el silencio; tener la humildad de reconocer que por nosotros mismos, somos, sin su ayuda, incapaces de acceder a Él. Dios lo es todo en todo y nos ama con misericordia.

3.            Quien encuentra a Dios y lo hace parte principal de su vida, llega a ser feliz en este mundo y, lo que es más importante, por su promesa, nos resucitará para ser felices eternamente en el cielo.

4.            La vida espiritual de quien busca y encuentra a Dios, engrandece su vida física y humana. Para quien ha escogido seguir este camino de verdad verdadera-eterna, escucha la invitación a seguir a Jesucristo. Él es el camino, la verdad y la vida (espirituales) que nos conducen al Reino de Dios.

5.            En la historia aparecen muchos personajes que se han equivocado de camino, pero han buscado al verdadero Dios con insistencia. Ya lo dijo San Agustin:   «Mi alma no tiene descanso hasta que reposa en ti.»  

Enfermedad del alma

 

La experiencia de todos los siglos, afirma que la ausencia de Dios en la vida sumerge a la persona en la incertidumbre de saber de dónde viene, para qué está en este mundo, para dónde va. Sin un ancla de esperanza, sin una razón de fe, la parte afectiva de su ser humano se derrumba por aspectos y circunstancias de la misma vida. Por ejemplo:  la pérdida de un ser querido y no saber que un día resucitara; una enfermedad grave, una traición, un abandono total por parte del ser más amado; la pérdida de todos los bienes por una quiebra, un incendio o un fenómeno natural y las constantes guerras, cada vez con armas más sofisticadas. La miseria humana y lo temporal de los momentos felices, hunden a la persona en la desolación y la desesperanza...  se enferma gravemente.

 

La mayor parte de la sociedad, está angustiada y enferma, no solo en su parte física, sino en su parte anímica. La enfermedad, según concepto de los médicos, en la mayoría de los casos, se genera (en un 80%) por remordimientos en la conciencia, por problemas psicológicos y por desgaste de su sentido moral. Este grupo de personas somatiza las preocupaciones y cargas negativas de la conciencia. Son enfermos de su sentimiento.

 

Sin fuerza de voluntad, algunos de los inseguros e intranquilos acuden a organizaciones que los utiliza y esclaviza en acciones absurdas. Otros, a consumo de drogas alucinantes para crearse paraísos falsos que destruyen las células de su cerebro y terminan como indigentes por las calles, sujetos a toda clase de peligros y aptos para cometer crímenes. Están enfermos de la voluntad. Por ideas o por estupefacientes, han disminuido, agotado su capacidad de decisión. Al desestabilizar al individuo, lo lleva a una extraña e inhumana condición de vida que lo hace infeliz. El aumento de la población de este conglomerado muestra que la sociedad está enferma.

 

El ser y sentirse así, fuera de razón, es tener una enfermedad del pensamiento. En las familias siempre habrá problemas. También en la vida. Sin fe en Dios, ignorantes de que siempre hay un Dios eterno que nos ama, las personas tristes se hunden en el dolor y en la melancolía.

 

Todo esto, preocupa. Pero lo que a mí me parece más preocupante, además, es saber que entre la gente ilustrada, sobresaliente por sus trabajos y acciones meritorias, hay también enfermos del pensamiento, que no están conformes con lo que han vivido y se desesperan por lo que conocen, por lo que hacen o no han podido superar en su imaginario para lograr su ideal de deseo, de éxito o de acción. Acuden a especialistas psicólogos y se someten a ritos de terapia... muchas veces costosa, pero incapaz de producirles el bienestar y liberación que necesitan para tranquilizarse y llegar a ser felices.

 

Entonces, me pregunto: ¿Qué le falta a la persona angustiada para salir de su estado doloroso que lo aísla del grupo y lo aleja de Dios?

 

Muchas soluciones médicas y de recreación psicológica y terapias, se han inventado para curar el mal del pensamiento, del dolor espiritual que sólo el que la padece conoce. Muchos se restablecen temporalmente. Sin embargo, al menor tropiezo, vuelven a la angustia, al dolor, al aislamiento. El vacío de Dios es imposible de llenar.

 

Queda, entonces, buscar: Una Terapia del Pensamiento. 

  El Terapista

Así como el náufrago busca un madero al que sujetarse para sobrevivir, al hombre enfermo en su pensamiento, se le debe, con cariño y constancia, ayudarle a buscar lo trascendente a qué aferrarse con fe, para que subsista y se dé cuenta de cómo cambiar su pensamiento y llegar a ser feliz en el estado y condición en que se encuentre. Ser feliz es la meta que busca y define al hombre total.

 

 

Es Jesucristo. Centra su trabajo en compartir la verdad espiritual trascendente, la que no cambia, y orienta a seguir unos mandatos divinos, que comienzan por reconocerse vulnerable ante las tentaciones de la soberbia, la ignorancia de Dios y los peligros del demonio, del mundo y de la propia naturaleza. Ser falible, pecador, es la primera señal de nuestra condición humana. Pero Jesucristo, Ser Divino, se hizo humano, semejante a todos, para enseñarnos a todos cómo agradar a Dios. Por ello, con su palabra y ejemplo, confirma la revelación de Dios, predica lo que espera Dios de cada uno de nosotros: que seamos santos.

 

Su terapia comienza cambiando la dureza por la ternura del corazón, en el sentir amor, para que, cambiando el modo de sentirse en el mundo, se despierte su afecto dormido en el corazón indiferente y pueda, en Dios y por Dios, amarse, amar a los demás y amar a Dios.

 

Al reconocer la inmensidad del amor de Dios y aceptar a Jesucristo, por este amor, no le queda difícil a nadie, perdonarse y ser humilde para pedir perdón por las propias faltas y perdonar a quienes de buena o mala fe, le han hecho daño de palabra, deseo u obra.

 

¡Qué difícil es perdonar cuando cada uno se siente dueño del poder y con deseos de destruir a quien no le agrada! La terapia de conversión, es imposible cuando el resentimiento permanece en la memoria junto con el odio y el deseo de la venganza. El odio, la desconfianza, taladran y destruyen la paz de la conciencia con su veneno, hasta obligarla a la negación de sí mismo. Sólo la oración y el cariño verdadero del terapista divino, pueden conducir al alma dolorida, a que adopte la vida renovada en el espíritu, de acuerdo con la revelación comunicada por Dios. Todos estamos expuestos a sufrir en el alma y caer en lo más profundo de los abismos del vicio y del error. Todos necesitamos conocer al verdadero Dios.

 

Por ello, centrada en la verdad espiritual trascendente (que no cambia), y para seguir unos mandatos divinos que nos llevan primero al perdón y al amor de nosotros mismos para adoptar la vida renovada en el espíritu, tenemos una iglesia que es asociación de hermanos, santa, católica y apostólica, aclarada y complementada por la vida y muerte del Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo en su Evangelio. Encontrar a Jesucristo en la vida, es encontrar al terapista de los enfermos del alma. Por Él, todo estado de angustia, de dolor, de miedo, se diluye, porque Él dijo: “Venid a mí todos los que estáis abatidos. Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

El mundo necesita de promotores y maestros de la verdad evangélica que refuercen, con su testimonio y ejemplo, la fe en el Dios Verdadero, para su propia seguridad y el bienestar de sus hermanos. La seguridad se consigue mediante un proceso que nos permite, cada día más, llegar a ser auténticos como personas. Los maestros espirituales, con palabras y ejemplos, orientan mostrando caminos de la felicidad, con la mejor experiencia de vida y el mejor ejemplo de superación de las falencias humanas, que nos muestra Jesucristo. Su vida fue sencilla. Su palabra, verdadera. Su obra, ejemplo de servicio en favor del pobre, del enfermo, del equivocado. Demostró que el sufrimiento y el dolor son medios y oportunidades de pulir nuestros sentimientos con el formato del Espíritu en Dios y por Dios, Asegura “que ni siquiera un vaso de agua que demos al sediento, quedará sin recompensa eterna” y que, para todo esfuerzo que una persona haga en busca del bien propio y el de los demás, hay una promesa de felicidad con premio eterno. Él mismo lo dijo: “A quien me sigue y cumple la voluntad de mi Padre, como yo la cumplo, mi Padre lo resucitará para ser feliz conmigo, eternamente”

No todo lo que sabemos es verdad. No todo lo que nos dicen, es verdad. Entonces, ¿Qué es la verdad? ¿De qué verdad estamos tratando aquí?

  

Una primera noción: el ser humano (varón-mujer) necesita ser educado para llegar a ser persona. El proceso es sucesivo y continuo, porque es el único de los seres vivos que puede pensar, aprender y reflexionar de un modo superior, toda la vida, hasta en el momento de su muerte. Ningún otro ser vivo de la naturaleza puede proponerse estudiar, aprender y actuar, para, diariamente, realizarse como mejor persona.

 

Segunda: La verdad es un contenido de conciencia de la inteligencia superior del hombre, que se define mediante un proceso de conocimiento. Se consideran, tres elementos: 1. el objeto concreto; 2. la identificación mental del objeto y 3. la palabra con que se define y expresa ese objeto.

 

La verdad (en general) es la concordancia entre: a) lo que se sabe de algo o de alguien, b) el objeto de conocimiento y c) lo que se dice (por el lenguaje) de ese objeto de conocimiento, de acuerdo en todo, con el mismo objeto. El contenido de cada objeto de conocimiento, que se ha guardado en la memoria de la conciencia, es el saber.

Tercera: Pensar es una actividad humana. El pensamiento no está en el cerebro. Se vale del cerebro como órgano, lo mismo que del ojo para ver..., como el científico de la lupa para observar. El proceso de conocer está en la mente. Se inicia por un estímulo que permite percibir y observar algo que luego se fija en la memoria. Sigue en el imaginario, en su forma, como fotografía en la mente individual que, por la capacidad que tiene la inteligencia humana, puede construir, de-construir, componer/descomponer/transformar, etc.

 

En el proceso del imaginar, hay un momento en que la mente llega a reflexionar y pensar en qué es pensar. Es un estado más alto de pensamiento por el cual lo concreto de un conocimiento, pasa a ser una abstracción universal. Pensar, en este sentido, es una actividad superior, única y espiritual del ser humano. 

Para adquirir un saber y dominarlo, el proceso de pensamiento lógico tiene tres jerarquías de conceptos fundamentales: 1) la idea, 2) el juicio y 3) el raciocinio.

 

1. La idea. Para formarse una idea en la conciencia cognitiva de cada persona, se parte de lo concreto. Por reflexión, forma un conglomerado abstracto de una clase de cosas semejantes. Ejemplo: la palabra rosa es una idea que significa(encierra, se refiere a) toda clase de esta forma de flor, natural, artística, de diferentes colores y tamaños.

Ejemplos: 1- Esta rosa roja me costó $50, (señala un objeto concreto).

2- Las rosas rojas son las preferidas para una fiesta de cumpleaños... (En esta expresión, las rosas es abstracción, generalización de una clase de rosas).

 

Cada expresión de palabras que representan una idea, se puede fijar en la conciencia como aprendizaje. Aquí, la persona asume que la comprensión de una palabra representa no un objeto sino un grupo de objetos. Así, la palabra rosa es universal. Lo concreto de esta rosa roja (individual) se generaliza en la palabra rosa que comprende a todas las flores de este tipo, en general.

 

El paso de lo concreto a lo abstracto es un proceso difícil para los niños y los iletrados en los primeros pasos del aprendizaje formal. Si la persona se acostumbra a pensar, adquiere mayor facilidad para aprender porque sabe que aprender es comprender, entender y dar razón de algo, diferente de coleccionar y repetir datos concretos, de memoria.

 

 

 

 

El Juicio. El juicio parte de una idea para afirmar algo de ella. Se forma y expresa por medio del lenguaje como proposición gramatical: tiene un Sujeto más el verbo ser más predicado. Se considera que todo juicio es afirmativo. Ejemplo: Esta rosa es roja (afirma. Es verdad) Otro ejemplo: Esta rosa no es roja. (afirma lo que está viendo. Es verdad). Es interesante el análisis de los juicios, pues el ser humano al expresarlos puede equivocarse, afirmar algo falso o tener la intención de mentir. Hay juicios verdaderos y juicios falsos. Si hay duda, en búsqueda de la verdad expresa en el lenguaje, se debe acudir a la autoridad y a la crítica. En esto consiste toda investigación.

 

2. El discurso-raciocinio. La tercera fase del pensamiento para el conocimiento de la verdad, es el discurso. Discurrir significa dejar correr el pensamiento como el agua por el río. Así, la actividad del pensamiento va describiendo, identificando, dividiendo, clasificando aspectos y contenidos de la idea, por comparación, medición, asociación, etc. El proceso de llegar a la verdad, se llama demostración. La lógica formal, cuyo formato está tomado de los modelos matemáticos lógicos de la Geometría, permite elaborar un discurso que lleva a la verdad. Se requiere mayor grado de madurez, sabiduría, sinceridad y honestidad para escoger e hilvanar las ideas tanto para expresarlas, como para integrarlas en la estructura de la propia personalidad y del comportamiento de vida personal y social, física e intelectualmente.

 

Durante su existencia en la tierra, cada ser humano se va desarrollando en lo físico de su cuerpo y en lo espiritual de su alma, relacionando los datos que le dan sus vivencias, el estudio, la lectura, el conocimiento (religioso, ético, moral y científico) y la reflexión que sobre ellos haga de si le son buenos, negativos, insuficientes, etc. Con libertad, escoge lo que piensa que le conviene. Por esto, hay diversidad de escuelas, diferentes teorías e ideales políticos. Si Dios no se hubiera revelado, no habría verdad sobre la vida y destino del hombre después de la muerte.

 

Para cada uno, un contenido de saber en su conciencia es su verdad. Lo difícil en el asunto que nos interesa aquí, es lo relativo al desenfoque del saber adquirido por la persona y su opción de hacer verdadero para sí, lo que no esporque no corresponde al objeto del conocimiento. Existe el peligro que representan las ideologías, las opiniones, los errores, las equivocaciones (que pueden ser involuntarias), y la mentira (que fatalmente es voluntaria), con un fin intencionado.

 

Muchas personas tienen, como principios, ideas fabricadas sobre ilusiones o imaginarios que no concuerdan con la verdad. Lo falso es consecuencia de la ignorancia del que comunica algo o de la inclinación a decir lo que quiere oír el interlocutor. Esto fue lo que descubrió Sócrates (S. V a.C.) y lo analizó Platón en sus diálogos contra los sofistas que, como maestros de filosofía, decían, a cada persona y grupo que los frecuentaban, una distinta respuesta acomodada a lo que querían oír, de acuerdo con lo que pensaba cada grupo de sus oyentes. Cuando estos se encontraban, descubrían que los sofistas no tenían una ética, sino una acomodación de las ideas de cada grupo para satisfacer su deseo individual.

 

Jesucristo, en el S. I de nuestra era, llama hipócritas a los maestros de la mentira y lo acomodaticio. Para evitar nuevos errores respecto de la verdad de Dios y la vida más allá de la muerte de los seres humanos, Jesús recomendó a quienes quieren ser seguidores del Evangelio: "Hagan lo que dicen (fariseos y escribas), los sabios de la Ley, pero no (imiten) lo que hacen (por su soberbia y abuso en el poder)".

La conciencia

 

La conciencia del hombre, es una profunda propiedad humana, que, por la inteligencia y la memoria, controla y juzga/valora los actos humanos de acuerdo con principios universales éticos, naturalmente fijos en ella. Este juicio se impone y permanece sobre el pensamiento individual como responsabilidad, culpabilidad, satisfacción o miedo[1].

 

El comportamiento humano es una consecuencia de lo que cada uno sabe, apropia, piensa. Lo que piensa y hace, es juzgado por su propia conciencia. No hay mayor juez que la propia conciencia.

 

Por su conciencia, cada ser humano tiene la capacidad de darse cuenta de cómo es y cómo actúa, y puede responder del porqué de lo que es, de lo que sabe, de lo que piensa, de lo que hace. Por sus vivencias y estudio, con el tiempo, se va llenando de conocimientos. Va acumulando saberes y reflexiones propias que lo modelan como individuo, en su proyecto de vida. En el proyecto de vida, fija lo que le corresponde o piensa que le pertenece, y lo que decide ser y hacer por el ejercicio de su autonomía. Napoleón decía que el hombre es lo que debe ser cuando ha llegado a los 20 años de edad. Hoy, se supone que no todos lo logran. Pero puede estar sobre fundamentos falsos que lo hacen obrar en contra del bien común. Por esto, es indispensable educarse dentro de lo que es verdad.



[1]Hay tres estados de conciencia: a) conciencia plena (con sentido de razón); b) sub-conciencia (en el sueño y actos involuntarios y mecánicos); c) inconciencia (pérdida de la noción). El ser humano es responsable sólo de sus actos conscientes. Puede serlo de los sub-concientes, cuando se han premeditado o realizado en estado de embriaguez o de alucinación 

 

Para la Filosofía, de acuerdo con Aristóteles, hay tres clases de conocimiento:

 

Clase de conocimiento

De dónde procede

¿Para qué?

1.     Empírico: propio de los niños e iletrados

 

 

 

 

De la experiencia

 

 

 

Para sobrevivir: alimentarse, vestirse, defenderse, de acuerdo con la práctica en uso de su inteligencia, necesidad y oportunidad.

2.     Científico: propio de investigadores, en especial de las ciencias naturales.

 

De la experimentación y comprobación en laboratorio.

Hay ciencias, llamadas “humanas”, que no se pueden experimentar ni comprobar en laboratorio.

Para mejorar trabajo, medicamentos, alimentación y nivel de vida

Para asociarse, cultivar el arte, dar y recibir afecto...

3.     Filosófico: propio de pensadores y maestros.

 

**En la práctica, todos arman su lógica filosófica para vivir y compartir sus pensamientos.

Del desarrollo lógico del pensamiento.

 

De la práctica, pero por ignorancia, puede ocasionar violencia. “Nadie debe quedar iletrado.

Para dar razón de las causas y consecuencias de todas las ciencias.

 

Para sobrevivir.

 

 

 

Hasta aquí, llega el producto de pensamiento de acuerdo con la razón natural humana.


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Pensar en "que es pensar" es un grado superior de la inteligencia.

Se idealiza en lo filosófico que aplicamos a la vida.

LA VERDAD QUE NOS LIBERA

 


e "La verdad fue asesinada y se gobierna con la mentira". En sentido de lo político, los pueblos aceptan lo que les digan y (algunos de) los gobiernos solo quieren quedarse con las armas. Se cometen injusticias, se elimina a los culpables, pero... el mundo sigue lo mismo... quedan la incertidumbre, la duda, (la conjetura, la opinión, la murmuración, el prejuicio, la suposición) que hieren a la gente vulnerable... y "la mentira va destruyendo a unas sociedades que en realidad no lograron serlo nunca y cuyo final, antes o después será el desastre ya incontenible"
Antonio García Fuentes, español (Escritor y filósofo), en Ideas Claras del 3 de mayo (2018). 

Luego, interesa saber

 

Hay otra clase de pensamiento, que, para todos, en todos los tiempos, ha preocupado a personas y pueblos: es el pensamiento teológico que se adquiere a través del conocimiento espiritual de lo trascendente.

 

El ser humano no se satisface con el saber de lo natural presente, lógico y humano que cambia según principios de la cultura, de lo físico y de lo circunstancial. Siempre, en algún momento de la vida, uno se pregunta: Quién soy, de dónde vengo, para dónde voy, qué hay más allá de la muerte.

 

Para las culturas que llamamos orientales, la solución se ubica en la apropiación del concepto de la sabiduría expresa en el universo como equilibrio entre lo que existe y lo que la mente concibe como sabiduría, para dominar los impulsos y lograr el equilibrio emocional.

 

En el occidente, lo trascendental sigue muchos caminos. El de la verdad espiritual sobrenatural que aquí tratamos, que es la verdad teológica, está expresa en lo siguiente:  1) parte doctrinal de los libros del Antiguo Testamento, de los cuatro Evangelios, Hechos de los Apóstols y demás del Nuevo Testamento de la Biblia y la Tradición Sagrada, expresa por los llamados Padres de la Iglesia de los primeros 14 siglos de la era cristiana, que, por el Magisterio de la Iglesia, definen y aseguran la verdad de la revelación de Dios que se  comprueba con milagros a través de la historia.

 

La diferencia del cristianismo con el pensamiento oriental trascendente, es que la orientación trascendente se queda en lo humano como que la felicidad se encuentra cuando nos comportamos en armonía con la naturaleza. Confucio dijo: “Todo lo que el cielo ha dado, se llama naturaleza. Vivir conforme con la naturaleza, es el campo del deber”. Por esto, se educa la conciencia para el dominio voluntario de las pasiones, con ejercicios y prácticas físicas como de gimnasia espiritual que, por medio de reflexión y ejercicios, permiten a las personas dominar la ira y el dolor.

 

En ese sistema, no se incluye ni se busca a Dios. Grandes poblaciones aún viven dentro de esta ideología en varios continentes, especialmente en Asia. Muchos inquietos intelectuales de muchos sitios del planeta tierra, en busca de estas ideas y prácticas, viajan a lugares increíbles a meditar y a conocer este modo de pensamiento y formación espiritual. Sin embargo, a pesar de lo mucho de sus bondades, no llega a satisfacer del todo el deseo del corazón que anhela ser feliz.

 

Saltando sobre hechos y estudios de otras importantes concepciones y teorías, lo trascendente del cristianismo, respecto del concepto y camino de la felicidad, puede resumirse en los siguientes conceptos:

   1, Hay un ser que siempre ha sido. Lo llamamos Dios (Zeus, en griego, Teus, en latín). Es el único ser necesario, espiritual y eterno.

2. Dios es el Creador y dueño Supremo de todo, Sabio, Poderoso y Justo. Es la verdad y dice la verdad.

3. Para comunicar su verdad, Dios escogió un pueblo. Le reveló al hombre la verdad sobre la existencia de la naturaleza, el origen del hombre, la actuación de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre (ser humano) y del amor de Sí mismo, porque quiso sacar de la ignorancia a todos los que construyeron dioses para rendirle culto.

4. Dios enseña con pedagogía divina: En su proceso, escogió a las personas; libró a su pueblo de la esclavitud antes de darle su ley. Dio pautas para que reconocieran a su Hijo, cuando viniera al mundo a aclarar y complementar su mandato, en cumplimiento de su voluntad de establecer su Reino de amor, luz y felicidad eterna.

5. Dios mantiene comunicación permanente con nosotros y siempre nos recibe con amor.

La verdad revelada

 

¿Qué es lo diferente en la verdad de nuestro Dios? ¿Por qué es necesario conocerla, aceptarla, vivirla?

 

Porque el Dios revelado que predica la Iglesia Católica, es la VERDAD, que Él mismo reveló, para que la humanidad, separada de Dios por la falla original, no siguiera el camino equivocado, en que cada uno, según sus ambiciones o conveniencia, “se crea un dios a su tamaño” (Nietzche. 1865).

 

1)    La naturaleza fue creada por Dios como escenario para la vida del hombre.

2)    El Hombre es el ser humano (varón-mujer), formado por Dios a su imagen, pensada en Jesucristo, Segunda Persona de la Trinidad de Dios.

a.    El hombre (varón-mujer), a pesar de ser el más vulnerable ser entre todos los que poseen vida, es el único que está dotado de 1) entendimiento, para conocer-saber; 2) de memoria para recordar, analizar, corregir y, 3) de voluntad para saber escoger y actuar de acuerdo con su criterio. Es el único ser inteligente que aprende por estudio y experiencia, y puede escoger cómo actuar y dar cuenta de sus actos, por su saber, la lectura y la propia reflexión.

3)    Jesucristo, es Dios hecho hombre, Hijo de Dios, que es Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo: tres personas distintas, un solo Dios verdadero.

4)    Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre.

a.    Jesucristo, como Dios, está en el Padre, porque son de la misma esencia junto con el Espíritu Santo.

b.    Jesucristo, como ser humano, se encarnó y se hizo hombre en un tiempo y en un lugar que registra la historia. Existió en una familia. Creció, trabajó, habló como ser humano con las características y cultura de su época,

c.    Su enseñanza sobre Dios, trasciende por la verdad que expuso sobre lo que es Dios, lo que significa seguir a Dios en espíritu y en verdad. Explicó el sentido de la Voluntad de Dios y del ser imagen de Dios por el cumplimiento de su ley y perfección en las virtudes que lo identifican con la dignidad de “hijo de Dios” en Jesucristo y con Jesucristo.

5)    En Jesucristo, se cumplieron todas las profecías. Murió crucificado, para rescatar para nosotros la amistad con Dios y santificar toda dolencia y sufrimiento del ser humano.

6)    Resucitó para demostrar su poder sobre la muerte, el pecado y las debilidades humanas.

7)    Se quedó en la Iglesia como alimento espiritual que se renueva en el milagro de la transubstanciación del pan y del vino, mandato que dio en la última cena (jueves santo) para dar una definitiva prueba de su amor por nosotros. Este se realiza en la misa, alrededor del mundo, cada segundo del reloj del tiempo.

8)    De Dios: su verdad, se confirma: es espíritu. Es decir, no se puede ver, tocar... por los sentidos externos. Está en todas partes pero no es parte de nada de lo creado. El P. Gerardo Remolina S.J., en debate-conversatorio con Richard Dawkins (Bogotá, enero 2018) lo define como el mar para una esponja: el agua es absorbida por la esponja, atraviesa todo el ser de la esponja, pero no es parte de la esponja.

9)    Dios está presente en todas partes. Todo lo sabe. Todo lo puede. Tiene infinito amor por todos. Quiere que todos gocemos de Él eternamente, pero nos dio la libertad para que lo escojamos sin presiones de su parte.

10) Dios, por ser espíritu (parecido al aire) no se puede ver, no tiene partes; nadie lo puede destruir, pero se manifiesta.

11) Dios, está presente en el fondo de la conciencia de todo ser humano, por lo cual en todos los pueblos y culturas de la historia y de la geografía humana, ha habido tendencia a rendirle culto. 

12) Dios reveló su amor con misericordia para que nosotros lo busquemos y seamos su fiel imagen para felicidad nuestra aquí y ahora en la tierra y... para después resucitar para la gloria y gozo en Dios por toda la eternidad.

13) Cada persona y ser creado, son únicos. La persona es trascendente irrepetible. Dios conoce y ama a cada persona en su propia identidad.

14) Jesucristo, durante su predicación y con milagros, complementa la ley de los Diez mandamientos con la ley del amor que emana de Dios, para todos y para que entre todos, hermanados con Él por el bautismo y la fidelidad, formemos el nuevo pueblo de Dios.

15) Así, como Dios es santo, quiere un pueblo santo, santificado por la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Promete resucitar el cuerpo de todos los que reciban con dignidad y pureza, la Hostia Consagrada y promete resucitarlos para reinar con Él en la gloria de Dios por toda la eternidad.

16) Confirma que hay solo un Dios, una sola doctrina y una sola vida para cada ser humano en la tierra...

17) y que estará con su Iglesia, hasta el fin del mundo.

Esta seguridad se va confirmando en cada creyente por la fe, la esperanza y el amor. La verdad revelada hace que el hombre que escoge al Dios verdaderopara orientar toda su vida por las enseñanzas del Evangelio y la pertenencia a su iglesia, llegue a ser feliz en su existencia, aceptando con alegría todo lo que le suceda, hasta cuando Dios lo llame a su reino en el momento de la muerte.  

 

Por esto, al ser conscientes de lo que es esta verdad revelada (eterna), no hay lugar para confundir la verdad eterna con la verdad temporal de la ciencia en su continuo devenir de investigación, descubrimientos, formulación de leyes y aplicación de ellas a la tecnología[1]...

 

La verdad de Dios, la revelada y conservada por la iglesia, no cambia: permanece. Es eterna

.

Esta es la verdad trascendente del cristianismo católico, en lo esencial de la revelación divina. Se mantiene bajo la dirección del sucesor de Pedro sobre quien recae toda la autoridad de Dios con la responsabilidad de extenderla para que su doctrina llegue a la mayor parte... mejor, a toda la humanidad. El conocer y seguir por el camino de la verdad de Dios, es llegar a la fuente de la felicidad en la tierra por el tiempo que sea y, después de la muerte, resucitados para la eternidad feliz en Dios. Así, la iglesia formada por hombres vulnerables por su condición humana, se santifica en la asamblea por la comunión de los Santos que dignifica y engrandece en cada bautizado, la imagen de Jesucristo, imagen de Dios.



[1] Como ya se ha explicado, la verdad en la ciencia experimental y tecnológica, puede variar, cambiar, contradecir, complementar lo que se venía sosteniendo como verdad científica.

LA ENFERMEDAD DEL PENSAMIENTO

 

La enfermedad, según el diccionario, es el nombre de un proceso y fase que atraviesan los seres vivos cuando padecen una afección que atenta contra su bienestar al modificar su condición de salud.

 

La salud, es un estado físico y mental de bienestar y de equilibrio. El trastorno de este equilibrio, es la enfermedad. Se puede producir por múltiples razones: 1) de carácter interno: mal funcionamiento de algún órgano o 2) de carácter externo: un accidente, por ejemplo. Las enfermedades pueden ser físicas y/o mentales. Las mentales se originan por razón de lo que se mantiene como problema en el pensamiento.

 

En la Revista virtual Mi aprendizaje (julio 2 de 2010) Adolfo J. Méndez afirma que las enfermedades están relacionadas con nuestros pensamientos. El 95% de las enfermedades son psicosomáticas, es decir, se producen por la relación mente-cuerpo. Nuestros pensamientos y nuestras emociones son las principales causantes de las enfermedades cuándo están en desequilibrio.

 

El autor del artículo comparte lo siguiente:

 

El cuerpo se cura cuando curamos el alma. "Sorprende" que los pensamientos se muevan alrededor de una enfermedad, como: Dolores de cabeza: “Me va a explotar la cabeza, tanto trabajo”... Hemorragias nasales: “Si al menos alguien se fijara en mí... nadie me quiere, nadie me valora”. Ronquidos: “A mí me preocupa: lo que estaba bien antes, no puede estar mal ahora”. Pólipos: “No soporto la tensión permanente que flota en el aire entre nosotros”. Resfriados y gripes: “Me ha tosido encima y me ha contagiado”. “Sus palabras me han herido”. Conjuntivitis, orzuelos: “Estoy furioso y desilusionado por lo que veo, de alguna manera me siento impotente para cambiarlo”. Queratitis o inflamación de la córnea: “Nunca había estado tan fuera de mí, esta confusión me agota, no sé qué hacer con tantas contradicciones”. Dolores de garganta, amigdalitis: “Diría tantas cosas tristes, coléricas, desagradables, pero no me atrevo, tengo miedo de expresarme en voz alta”. Dolor de oído, otitis: “No me gusta en absoluto lo que tengo que escuchar, es demasiado doloroso, lo que dice mi voz interior es cierto pero no quiero escucharlo”... y, otros.

 (http://tripega.blogspot.com.co/2010/07/enfermedades-del-pensamiento.html).

La cantidad de enfermedades físicas con las que subconscientemente se manejan las enfermedades y dolencias para llamar (inconscientemente) la atención, se complementan y complican cuando la enfermedad procede del pensamiento inteligente ante las guerras, la injusticias, los crímenes, la falta de lógica en la actuación de muchos dirigentes y personas de bien que han caído en desgracia u ocasionan males terribles para la comunidad que les confió el mando.

Peores se presentan, cuando la conciencia lo acusa de maldad, ineficiencia, contra su orgullo y aspiraciones de liderazgo y choca con ideales contrarios a sus principios que creía inalienables.

Más graves, cuando no existe, en el pensamiento personal, la noción de un Dios que ama, protege, ayuda, perdona y perfecciona a través del dolor. Porque Dios necesita que sus “hijos” sean perfectos, santos, “valientes”, permite el sufrimiento y la muerte. Las enfermedades del pensamiento crítico producen angustia, resentimiento, aislamiento, sensación de soledad, desconfianza, que pueden llevar a la locura.

La persona que vive con esta angustia, no puede dormir, ni comer. Nada lo satisface. Se siente responsable y se esfuerza por ser autor de eventos increíbles para cambiar el mundo.

El problema del hombre angustiado es tratado por la psicología, como auxilio para el alma humana enferma. Desde la antigüedad comenzó a hacerse como filosofía y ciencia, sometida a la concepción general del gran Universo. Con el tiempo ha logrado precisarse en su teoría y aplicación en terapias. Como ciencia, se fue desarrollando más, al descubrir y concretar la relación entre el funcionamiento de la mente con la conducta de la persona.  (Wundt 1879). A finales del S. XIX Sigmund Freud, médico y neurólogo, ideó el Psicoanálisis, para que, por medio de la hipnosis y el lenguaje, el enfermo vaya descubriendo los fenómenos infantiles que ocultó en el fondo de su conciencia y le han causado la enfermedad de su pensamiento[1].

(Enhttp://www.monografias.com/trabajos-pdf5/historia-de-la-psicologia/historia-de-la-psicologia.shtml)

El único remedio para la enfermedad del pensamiento, está en volver a Dios la mirada, para, en el Sacramento de la Confesión, humildemente reconocer nuestras faltas y decir nuestros pecados (que pueden no serlo). Es la mejor de las terapias espirituales. Tener a Dios como amigo presente en la conciencia, nos hace reconocer que con su ayuda, podemos superar todos nuestros prejuicios y obstáculos que nos pueden alejar de disfrutar la paz.

Así, se confirma:

“La  única alternativa viable (para la salud y paz del espíritu humano) es la práctica de la moralidad bíblica (expresa en los 10 Mandamientos), junto con los valores (del Evangelio) y del significado DE DIOS (en la vida personal). La psiquiatría no ofrece una filosofía de la vida ni una base moral. Es producto de la razón humana, con solo teorías acerca de la naturaleza del hombre. (En contraste) la Biblia que es la revelación de Dios al hombre. (Por esto), todas las teorías acerca de la vida y de su significado han de ser contempladas bajo la luz de la verdad bíblica (de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia)”.

                                                           Cecilia Lamprea de Guzmán

                                                           Bogotá, D.C. Junio 13 de 2018

 

  



[1] En la enfermedad del pensamiento influye, de manera específica, el sentimiento de culpa (culpa que puede ser real o imaginaria). La mejor terapia, está en el Sacramento de la Penitencia, que permite expresar lo que atormenta la conciencia y el confesor le puede aclarar si es culpable o no de lo que piensa hizo mal. La Iglesia recomienda “confesarse”, por lo menos una vez en el año y cuando esté en peligro de muerte.

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PORE FORMATEAR

Ejemplo:

Objeto

Percepción humana

Palabra del lenguaje que lo identifica

 

 

 

 

 

Con la impresión  de los sentidos y la función del cerebro,

el pensamiento elabora y sintetiza, en una palabra (nombre), el tamaño, forma, sabor, textura, etc. En esto consiste el conocimiento

 

El idioma y uso corriente del lenguaje hace común el objeto por su nombre.

Ej: para solicitar, vender, preparar un postre, etc., este objeto es una

 

Manzana

 

Al definirla, se consideran diferentes aspectos. Entre ellos:

cantidad, calidad, lugar de procedencia, de cultivo, sabor, color, precio, finalidad, otros.

La ciencia y el lenguaje, acumulan y definen este conocimiento verdadero que maneja el colectivo cultural.

LA VERDAD. un trabajo superior que no me extraña recibir de quien como Cecilia Lamprea produce Luz en cada destello de su privilegiada mente. Madre, abuela, bisabuela, tatarabuela, maestra de maestros, ella abarca con su sabiduría todas las fronteras del buen decir donde La Verdad impera, no con palabras que confundan sino con argumentos basados en un profundo conocimiento de la condición humana.

 " Abismos Insondables o ¿Quien no quiere ser Feliz?     «Mi alma no tiene descanso hasta que reposa en ti.» San Agustín) "todas las teorías acerca de la vida y de su significado han de ser contempladas bajo la luz de la verdad bíblica” LA VERDAD aplicada a la terapia del Pensamiento.--Desde los abismos insondables de las debilidades corporales a donde llegué un día, que llenaron de sombras mi mundo espiritual, logré regresar a la vida precisamente porque, nunca, nunca dejé de creer en la Verdad que emana del Creador y a Él me acogí.

 "La psiquiatría no ofrece una filosofía de la vida ni una base moral. Es producto de la razón humana, con solo teorías acerca de la naturaleza del hombre.”

Recuerdo muy bien cómo en las horas aciagas de mi enfermedad que eventualmente fue llamada depresión clínica, alejando de mi cualquier asomo de esquizofrenia, bipolaridad o paranoia, encontraba alivio, no tanto en las figuraciones psicológicas y opiniones psiquiátricas, sino en la oración que me enseñó mi madre desde que pude hablar: “Ángel de mi guarda… dulce compañero mío, no me desampares de noche ni de día". Y cuando de lasallista se me daba la oportunidad de jugar baloncesto en los recreos, prefería escaparme al templo del colegio, solo a esas horas, y me entregaba a conversar con el Niño Jesús contándole mis penas y desdichas y pidiéndole que me dijera ¿Por qué?

 Pasarían más de 4O años antes de que ese por qué   se me contestara científicamente, cuando un accidente corporal que minó   mi capacidad de seguir caminando -  lo llamé " de poder poner los pies en la tierra”, exacerbó ese sentir anímico que desde niño me acompañaba, descrito en mi novela histórica Los Fantasmas del Tequendama, en este pasaje: “Hijo de la Catarata”, concibió Anita llamarlo cuando lo vio un atardecer a finales de 1938, balanceándose peligrosamente sobre la resbalosa piedra de los suicidas. Desnudo, en actitud de orador en vuelo de palabras hacia el sol poniente, parecía querer perderse en el misterio de la neblina que lo envolvía. De haberlo hecho, nadie sabría jamás que había existido. ¡Solo ella! su “Mamá Anita”, ya que ni Dios mismo sabría que era una de sus criaturas.

 Concepción suya, no del protagonista hablándole en poesía de niño a ese Dios que ella creía no lo consideraba una de sus criaturas.  Lo era y por serlo, se salvó del abismo figurado del Tequendama. “Abismos Insondables” que quien lea la obra descubrirá su tragedia   en toda su magnitud, aunque no crea posible que alguien que sufrió tanto pudiera haber sobrevivido.

 "Aterrado por lo que imaginaba ser el tenebroso rejo, Mío se aferraba a la única prenda que poseía, su crucifijo, sintiendo que despedía luces que lo envolvían y protegían. Siempre cerca, amenazante, el Tequendama lo acompañaba con su rugido. Él no dejaría de aventurarse por sus orillas ni de arriesgarse a desafiar el peligroso río, espumoso, violento, en inminente desplome abismal."

 “SU CRUCIFIJO!,Testigo, protector, La Verdad, Su salvación, El regreso a la Vida:“Las llamas de la hoguera prendida en un recodo de la playa de Manaure iluminaron la noche del encuentro más feliz jamás visto por quien esto escribe, Mío Segundo. Es la historia que escuché que se contaron mi padre y Fede atando los cabos sueltos de su existencia.  «Poco a poco Fede de mi alma... que ahora tenemos toda la vida que Dios nos conceda para recordar lo que nos sucedió desde el instante aquel de nuestra despedida en Soledad, cuando partí hacia la más profunda de todas las soledades, la extranjera, que presentiste esa madrugada de amarguras que nunca pude calmar… ¡Hasta ahora! Fede querido, hasta ahora, aquí, contigo y nuestros hijos… ¡De regreso a la Vida! 

 LA VERDAD en mi cumpleaños se constituye en el único remedio para la enfermedad del pensamiento- "está en volver a Dios la mirada, para, en el Sacramento de la Confesión, humildemente reconocer nuestras faltas y decir nuestros pecados (que pueden no serlo). Es la mejor de las terapias espirituales. Tener a Dios como amigo presente en la conciencia, nos hace reconocer que, con su ayuda, podemos superar todos nuestros prejuicios y obstáculos que nos pueden alejar de disfrutar la paz.” Joseph Berolo, Junio 14,2018

LA VERDAD . CECILIA LAMPREA DE GUZMAN.