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Los niños
parecen estar quedándose sin infancia, al tiempo que los adultos están perdiendo la noción de su adultez.
Ese es el marco mediático en el que suelen presentarse los contenidos sobre sexualidad, como productos de consumo,
que ya no discriminan audiencias por edades.
Hablar con los niños Yolanda Reyes El Tiempo.Colombia 12-10.16
"Tu cuerpo es solo tuyo y ningún
adulto puede tocarte, y si alguien se te acerca de una forma inadecuada, me lo dices", me contó un amigo que estuvo
diciéndole a su hija de 8 años -sin saber bien cómo decir, con frases vacilantes-, después de
la tragedia de Yuliana Samboní. Me describió la cara de perplejidad de su niña al escucharlo hablar con
una voz distinta a la de las conversaciones cotidianas, y la sorpresa de él cuando ella le preguntó: "Pero,
papá, ¿por qué me estás hablando así? ¿Es por la niña que mataron?". La hija le contó que el bus escolar se había tenido
que desviar de la ruta habitual porque había una manifestación frente a la clínica y que la auxiliar
estaba hablando por celular sobre las últimas noticias relacionadas con el caso. Por supuesto, ella estaba ahí,
como los otros compañeros, toda oídos, escuchando. ¿Acaso, qué se supone que hacen los niños
cuando los adultos nos enfrascamos en nuestras conversaciones, mientras ellos revolotean a nuestro alrededor? ¿Qué
se supone que ven en los teléfonos y en las pantallas que conforman su paisaje, en igual o incluso mayor proporción
a aquello que desfila por las ventanillas? En este mundo sin fronteras entre la realidad ‘real' y la
virtual, no solo se han globalizado las relaciones políticas, sociales y económicas, sino también los
ciclos de la vida. La línea divisoria que marcaba el límite entre infancia y adultez, y que mandaba a dormir
a los niños cuando comenzaba la franja para adultos en la tele, se ha desdibujado. Es más: ese aparato que ocupaba
un espacio tangible entre los electrodomésticos de la casa, que podía encenderse y apagarse en horarios definidos
(y, por consiguiente, controlarse), está en vías de extinción. En medio de esa omnipresencia sin límites
entre la información y el entretenimiento, los niños parecen estar quedándose sin infancia, al tiempo
que los adultos están perdiendo la noción de su adultez. Ese es el marco mediático en el que suelen presentarse
los contenidos sobre sexualidad, como productos de consumo, que ya no discriminan audiencias por edades. Con sus aparatos inteligentes, que funcionan como talismanes o
buscapersonas, para que sus padres los ‘capturen' en fotos y videos, y puedan ubicarlos, y sepan si les funcionó
la llave de la casa, si se lavaron los dientes o hicieron las tareas, los niños están solos y asisten a un espectáculo
del mundo que antes estuvo censurado y reservado a los mayores. Muchas veces no hay quién les dé palabras para
ayudarles a organizar o, al menos, a nombrar los acontecimientos, inexplicables y dolorosos, que desafían también
nuestra capacidad adulta de entender. Si
bien la sexualidad parece haber dejado de ser un tabú para la infancia, en estas situaciones se está presentando
únicamente como violencia o escándalo sexual. El fantasma del abuso, al que tanto tememos, especialmente cuando
hay niños a nuestro alrededor, nos tiene en un estado permanente de amenaza y nos está impidiendo ver y presentarles
a los niños la complejidad de esa dimensión de la vida emocional, relacional y cultural que atraviesa la vida
de las personas de todas las edades desde la más temprana infancia, y que es fuente de permanente transformación
y significación. De ahí
que esta charla de la niña con el padre, como tantas conversaciones cotidianas, alrededor de un libro o al preparar
la cena, sea la mejor medida de protección. En ese intercambio de miradas y preguntas, a veces tan difíciles,
que abordan un problema común se construye una confianza que nos permite pensar juntos. Más allá de la
censura o de las verdades únicas, cuidar en estos tiempos implica tener claro que hablar con los niños es distinto
a hablar delante de los niños.
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El reto de la amistad
infantil en el siglo XXITener amistades sanas es cada vez más difícil para los niños. Un libro da fórmulas
para ayudarlos.
Por: Sofía Beuchat - El Mercurio (Chile) - GDA 06 de agosto 2017
, 12:00 a.m. "Como madre de cuatro
hijos y como psicóloga clínica sé que tener buenos amigos es algo que a los niños les importa
mucho. Pero no es fácil hacer y mantener amigos. De hecho, parece que se ha hecho cada vez más difícil
que aprendan cómo llevarse bien con sus pares. Tal vez es porque todos estamos tan ocupados. Tal vez porque la presencia
constante de aparatos y juegos electrónicos suma una nueva dimensión al mundo social. Tal vez por el creciente
estrés que hoy sienten hasta los más pequeños, o por la intensidad de las actividades extracurriculares,
que han desplazado el simple y viejo hábito de jugar". A
la psicóloga estadounidense Eileen Kennedy-Moore le preocupa este escenario, que describe en su popular blog para niños
‘Dr. Friendtastic'. Por eso lo aborda frecuentemente en la popular columna ‘Growing friendships', que hace para
la revista ‘Psychology Today', en los programas de televisión a los que es frecuentemente invitada, en los cuatro
libros que ha escrito y que han sido traducidos a ocho idiomas. Pero muy especialmente en un nuevo libro, coescrito con la
editora Christine McLaughlin, y titulado: ‘Creciendo en amistades, una guía para niños sobre cómo
hacer y mantener amigos'. Un manual ilustrado, dirigido a los niños entre 6 y 12 años, donde entrega herramientas
y consejos basados en las últimas investigaciones sobre infancia y amistad. "Todo lo que decimos se
aplica a los padres también. Los adultos no hemos logrado crear matrimonios perfectos ni hemos conseguido la paz mundial
-ironiza Kennedy-Moore, al teléfono, desde Princeton, Nueva Jersey-. Pero en el caso de los niños, es fundamental
que cuenten con amistades de calidad, bajas en conflictos y altas en intimidad". Toda la
investigación científica que la psicóloga ha reunido apunta a lo mismo: si queremos que nuestros hijos
aprendan a manejar el estrés, que se involucren más en los colegios, que sean seguros de sí mismos, hay
que ayudarles a que tengan amigos. También si queremos que sean más felices, porque los amigos les hacen más
llevaderos los momentos difíciles. "La carencia de lazos de amistad en la niñez
-agrega el psicólogo Benjamín Reyes, terapeuta familiar y docente de la Universidad de los Andes, en Chile-
tiene un alto costo", porque es en esta época cuando "la relación entre pares se convierte en un laboratorio
para el aprendizaje de habilidades sociales claves en la vida adulta, como la colaboración o la capacidad de resolver
conflictos y ponerse de acuerdo". Y agrega: "Lo ideal es resolver lo mejor posible estos desafíos en la infancia,
porque más tarde, en la adolescencia, los amigos cumplen otras funciones, más relacionadas con el desarrollo
de la identidad". A modo de ejemplo, Kennedy-Moore recuerda un estudio en el que se comprobó
que quienes tuvieron una amistad recíproca fuerte en quinto de primaria no solo reportaron ser más felices a
esa edad, sino que además tenían una alta autoestima y una gran sensación de valor personal a los 23
años. Otros estudios muestran que quienes no logran tener amistades sólidas en su niñez aumentan el riesgo
de entrar, en la adolescencia, en una espiral de conflictividad. Sin espacios e hipervigilados Pero el modelo actual de parentalidad
ayuda poco. Hay un exceso de supervisión adulta y menos vida de barrio. La calle se ha convertido en un espacio al
que se le teme y la extensión de jornadas escolares deja poco tiempo libre. Y cuando los niños logran estar
con sus pares, los adultos están ahí mirándolo todo, resolviendo cualquier problema que pueda surgir
e incluso escogiendo con quién deben juntarse. En este contexto, dice la psicóloga Ana Vergara, coordinadora
del programa Protagonismo de la Infancia de la Universidad Diego Portales, los niños tienen cada vez menos espacios
para crear ese mundo aparte que la generación anterior de niños sí tenía. Ese lugar completamente
separado del mundo adulto, donde se pueden desarrollar identidades que no sean solo la de hijo o hija, sino también
la de niña o niño. Hay que saber ayudarlos Adicionalmente, los papás están
viviendo su rol con mucha ansiedad. Hay especialistas que están hablando incluso de una paternidad paranoide. Con esta
hipervigilancia, los niños sienten que los adultos creen que ellos no son capaces de solucionar sus problemas. "Los padres tienen que entender
que las competencias sociales se desarrollan, no son espontáneas, y solo son posibles mientras les des a los niños
la autonomía suficiente para ello", acota la psicóloga Ana Vergara. ¿Significa
esto que no hay que ayudarlos cuando cuentan que se pelearon con un amigo, que se sienten fuera de su grupo, que alguien dijo
cosas feas sobre ellos en las redes sociales, que no saben cómo hacer amigos? Claro que sí, hay que hacerlo.
Los niños, coinciden los especialistas, viven estos conflictos con gran intensidad e incluso con dolor. El punto es
cómo apoyarlos. Y ahí es donde las estrategias que propone el libro de Eileen Kennedy-Moore pueden resultar
útiles. En su libro, la psicóloga aborda, con ilustraciones y ejemplos simples,
conflictos a los que los niños usualmente se ven enfrentados. Les explica, por ejemplo, como su lenguaje corporal puede
dar a entender que no quieren jugar con otros, aunque sea lo que más desean en ese momento. Les recuerda lo importante
que es no corregir a otros de su misma edad -para eso están los adultos- y aprender a ser sinceros, pero no pesados.
Los invita a aceptar la existencia de lo que llama ‘puntos ásperos' y a no ser amigos pulpos, asfixiantes y absorbentes. Entre
sus estrategias más llamativas está la que llama ‘mira y luego mézclate': un sistema para entrar
en grupos sin interrumpir el juego en el que los otros ya están involucrados. "Lo deseable es ayudar desde el lado -resume
la psicóloga-. Es tentador meterse, hablar con los otros padres cuando hay conflictos. Sobrepasarnos nos hace sentir
que los protegemos, que estamos haciendo lo mejor para ellos, pero no funciona. Lo más efectivo es hablar con los niños,
enseñarles a manejar las situaciones de manera asertiva. Explicarles la importancia de hablar, porque sus amigos pueden
no tener ni idea de lo que les pasa o sienten, y ayudarlos a entender el punto de vista del otro". El peligro
de los populares Esta comunicación puede ayudar, por ejemplo, a que los niños dejen de sufrir cuando no son parte
del grupo de los populares. Las investigaciones demuestran que los niños evaluados por otros como populares funcionan
como un magneto: atraen porque "es estimulante estar en la cima". Y además, porque suelen ser "más
atractivos física y socialmente, menos aburridos y, normalmente, de familias con más recursos" económicos. Muchos padres sufren porque sus hijos no son populares, pero la especialista aporta dos reflexiones
para comenzar a replantearse esto. La primera: cuando una investigación le preguntó a un grupo de niños
qué compañeros de curso eran los más populares y cuáles eran los que más les gustaban,
solo el nueve por ciento estaba en ambos grupos a la vez. ¿La razón? "Los estudios muestran que los niños
calificados como populares suelen usar la bondad y la crueldad de manera estratégica, manipulando a los demás
y ejerciendo una suerte de control que hace daño", acota la psicóloga. Y la segunda:
"Hay estudios que sugieren que muchos niños populares podrían terminar siendo adolescentes involucrados
en el consumo de drogas y alcohol o en conductas sexuales precoces". La popularidad, concluye, es
por lo tanto un valor muy superficial y los padres deben conversar sobre esto con sus hijos, para que no sea un bien deseable
'per se'. Pero para que estas conversaciones logren el resultado que se busca, recalca Benjamín Reyes, es importante
comenzar por empatizar con el niño, comprender lo que siente, para poder ser "interlocutores escuchables".
Y luego, ayudarlos de forma amorosa. Además, es fundamental no mirar la amistad infantil como
si fuera igual a la adulta, porque no lo es. "En caso de una pelea o conflicto, los niños pueden volver a disfrutar
de esa amistad sin la necesidad de una gran reparación", ejemplifica Reyes. Para ellos,
el vínculo se establece en torno al juego, al hacer cosas juntos. Sus amistades pueden cambiar por otras y esto no
es signo de inmadurez o superficialidad. Los padres no deben condenar esto y los niños deben aprender que no siempre
serán los elegidos por sus amigos para todo. Pero lo central, concluye Kennedy-Moore, es la bondad.
Siempre la amistad sincera esta cruzada por el hecho de tomar decisiones amables para con el otro. Cinco consejos para ellos 1. Acercarse: para hacer nuevos amigos ayuda buscar áreas comunes de interés,
evitar el lenguaje corporal difuso (como ponerse a leer o dar la espalda cuando en realidad se quisiera estar jugando) y no
hacer comentarios con aires de superioridad. 2. Dar un paso atrás: dejar pasar tiempo entre una invitación
y otra. Aceptar que el otro tenga más amigos. Resistir la tentación de corregir, gritar, hacer bromas pesadas. 3.
Fundirse: no llegar y entrar en un grupo que está jugando. Tampoco pedir permiso. Mirar, y luego acercarse con un comentario
pertinente a lo que están haciendo. 4. Alzar la voz: saber decir que no y expresar con
sinceridad, pero sin autoritarismo, lo que se quiere. 5. Saber soltar: no quedarse pegado en el enojo
y la rabia. Entender que si el otro hace algo que molesta, puede ser un malentendido. Perdonar y empatizar. Fuente:
‘Growing Friendships. A kids' guide to making and keeping friends', libro de Eileen Kennedy-Moore y Christine McLaughlin SOFÍA
BEUCHAT EL
MERCURIO (Chile) - GDA
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Esperanza
y madurez Es en la "esperanza"
que necesitamos cada vez con mayor fuerza que este significado sea comprendido por los niños. La esperanza en
un mundo mejor en la que los niños son protagonistas y podrán enseñarnos a convivir como seres humanos
y como naturaleza. Pero, que importante es entregarles las herramientas con las cuales ellos forjarán sus propias
vidas y eso pensando como ellos, pero dando a entender como es el mundo de los adultos. Por ello entra en escena la palabra
"madurez" la cual puede ser a temprana o avanzada edad o según la comprensión, todo dependerá
de la asimilación del concepto y la comprensión del niño, todo esto con una buena explicación
en acorde a la edad de los infantes. Cuando llegamos a esa etapa de la "madurez" miramos hacia atrás y vemos
lo que fue nuestra anterior vida y recordamos los errores que cometimos, cuando depredamos la naturaleza o tuvimos un mal
comportamiento con nuestros compañeros o en casa con nuestros padres y hermanos, cuando tratamos mal a un animal o
le tiramos piedras a una pajarillo. Entonces nos damos cuenta de nuestros errores y eso ya con nuestra "madurez"
al comprenderlo, nos duele el alma, es algo que ha quedado marcado en nuestras vidas y casi imposible de borrarlo. He
aquí entonces "la esperanza" de poder entregar a los niños estos conocimientos y factores que puedan
marcar sus vidas, que en su momento temprano lo comprenderán y eso será un aliciente para el desarrollo de su
compromiso con la naturaleza humana y de la tierra. Así estos niños crecerán respetando los comportamientos
humanos y el entorno y cuando asuman su rol de desarrollo en la tierra, al mirar atrás solo encontrarán cosas
bellas y la paz inundará sus vidas y la "esperanza" por un mundo mejor será su tarea cumplida con
las sociedades que necesitan de ellos para seguir sembrando "esperanza" *
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Seis claves para entender en qué consiste la neuroeducaciónSi se trabaja desde la primera infancia favorece la salud y el
desempeño académico de los niños.Por: LAURA AGUILERA | El Tiempo Enero
15,2017 Foto: 123RF La neuroeducación puede implementarse desde la primera infancia, de acuerdo con la experta
Anna Lucía Campos.Por qué
unos niños aprenden más rápido que otros y por qué algunos simplemente no lo logran es una cuestión
fundamental dentro de los sistemas educativos, la mayoría de los cuales estandarizan la tarea de los maestros.Con el fin de responder a preguntas como estas nació la
neuroeducación, una disciplina que echa mano del conocimiento aportado por los estudios sobre el funcionamiento del
cerebro para ayudar a los niños a comprender mejor y más rápido, entendiendo que cada persona tiene un
sistema nervioso central único, razón por la cual los métodos de enseñanza tradicionales no se
ajustan a todos los individuos. Para
hablar sobre este tema en el Primer Foro sobre Neuroeducación vino al país la experta brasileña Anna
Lucía Campos, directora del Centro Iberoamericano de Neurociencias, Educación y Desarrollo Humano (Cerebrum). EL TIEMPO conversó con ella acerca del espectro que cubre esta disciplina
y los mitos alrededor de ella. ¿Cuál
es el aporte de la neuroeducación? La
neuroeducación ayuda a construir conocimiento con el educador mediante el estudio del cerebro. Propone que los maestros
evalúen desde el proceso neuronal de cada niño si le están exigiendo algo que simplemente no puede dar.
Lo anterior los lleva a tener en cuenta el proceso de maduración cerebral para diseñar estrategias de enseñanza. ¿Cómo ayuda esta disciplina a los niños que tienen problemas
de concentración o de memoria? La
puerta de entrada para llegar a un niño con desarrollo atípico no es el pequeño, sino el maestro; él
debe saber qué sucede en el proceso de neurodesarrollo y todo lo que se está estimulando a diario. Nos hemos
encontrado con docentes que en sus aulas tienen niños con déficit de atención y quieren atenderlos, pero
a la vez no entienden qué es lo que genera esa situación. ¿Qué mitos hay alrededor de la neuroeducación? Por ejemplo, que la gimnasia cerebral es buena para el desarrollo y el aprendizaje,
que escuchar música clásica va a hacer que los niños sean mejores en matemáticas, y que hacer
ejercicios para el hemisferio derecho mejora la creatividad del estudiante. El problema de implantar estas premisas, que no son ciertas, es que generan falsas expectativas en
los padres y crean frustración en los niños. ¿Cómo influyen los sentimientos en el aprendizaje del niño? Las emociones son esenciales para el aprendizaje, y más aún si son
positivas. Lo que nos están mostrando las investigaciones es que los circuitos nerviosos vinculados con las emociones
están soportados en los cognitivos. Luego de una emoción hay un comportamiento, y lo que podemos hacer para
modularlo es implementar lo que sabemos sobre el cerebro. ¿A qué edad es más conveniente aplicar la neuroeducación? Nuestras investigaciones han arrojado que se puede aplicar hasta el final de la
adolescencia. Sin embargo, se ha comprobado que, si la neuroeducación trabaja desde la primera infancia, los niños
tendrán buena salud y se desempeñarán mejor en lo académico y en el manejo de sus finanzas, por
ejemplo. Sobre los adolescentes, el sistema educativo está frente a una gran oportunidad: entender que pueden cambiar
sus comportamientos si los docentes saben quiénes son sus alumnos. Por ejemplo, una de las cosas más impactantes que suceden en el cerebro de los adolescentes
es el desarrollo de habilidades sociales, razón por la cual se sienten más motivados para aprender en pares
y eso puede influir en la estrategia de enseñanza del profesor y romper el esquema del aula. ¿Cómo puede ayudar la neuroeducación en el aprendizaje de
materias que no les gustan a los estudiantes? Aprender
tiene un significado muy complejo. Si bien hay estudios que están demostrando que es muy importante estar motivado
para aprender, no es correcto decir que una persona que no está motivada no aprenderá. Los seres humanos han
sobrevivido a malos padres, malos profesores, malas experiencias pedagógicas, y han logrado obtener conocimiento. ¿Qué tanto influye la alimentación en el aprendizaje de los
niños? En relación con
la nutrición, por medio de la neuroeducación se puede influir de maneras maravillosas en las familias. En Córdoba
tuvimos una experiencia espectacular: logramos mostrar la importancia que la buena alimentación tiene para el aprendizaje,
pues los educadores, junto con los padres de familia, construyeron una red alimentaria ajustada a sus condiciones económicas.
Investigando, encontramos niños cuya comunidad educativa pensaba que eran hiperactivos, y no era así. Lo que
pasaba era que recibían mucho azúcar en las mañanas, lo que generaba una bomba de glucosa circulando
por su cuerpo y mucha energía por quemar. Seis
claves de la neuroeducación No
se aprende repitiendo ni memorizando las cosas, sino con la experiencia ligada a las emociones. Mientras más conectado
esté lo que se estudia con las emociones, más sólido y duradero es el conocimiento que se adquiere. Enseñar de manera amena, con anécdotas, con sorpresas y en
medio de conversaciones gratas es una buena forma de promover aprendizajes sólidos. Bajo estas condiciones aumentan
las conexiones entre las diferentes áreas del cerebro, lo que favorece la fijación de datos nuevos. Promover la creatividad mediante actividades artísticas que disminuyan
las tensiones y mejoren la concentración. Incluir música, pintura y creaciones literarias en los procesos de
aprendizaje ha mostrado buenos resultados en los procesos de pensamiento. El ejercicio regular es el mejor aliado de la plasticidad cerebral: aumenta las conexiones
dentro del cerebro y, con ello, la capacidad para adquirir habilidades y mejorar las ya existentes; permite además
memorizar y asociar ideas de una mejor manera. La actividad física también favorece la producción de
sustancias que mejoran la concentración, disminuyen el estrés y regulan el descanso. Descansar, dormir y reír favorecen la estimulación alternada
de varias zonas del cerebro, lo que incrementa la capacidad de retener, de conceptualizar y de abstraer. El juego es uno de los principales soportes de un buen aprendizaje. La mezcla
de diversión, retos, movimiento, risa e interacción social estimula todas las áreas cerebrales implicadas
en el aprendizaje. Además, favorece los procesos de desarrollo y madurez cerebral.
PDF. A REPENSAR EL APRENDIZAJE
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Hoy día ya no sirve
la escuela ni los modelos de aprendizaje de hace cien años. La sociedad 2.0, nuestro presente, dará pie a la
futura sociedad 3.0 que demanda individuos creativos, emprendedores, críticos, competentes en las TIC, autónomos,
con altos dotes sociales, que se adapten fácilmente a los ambientes laborales, capaces de trabajar con cualquier
persona, en cualquier lugar y momento. Los niños de hoy no sabemos qué serán en el futuro, pero deberán
tener los recursos necesarios para adaptarse a lo que venga. Algunos expertos intuyen los caminos por donde avanzar. Por ejemplo, en creatividad, que
genera oportunidades para que se desarrolle el talento, como defiende Richard Gerver. Y sin embargo, la escuela
de hoy condena esa creatividad, en opinión de este experto en educación. «Se nace siendo creativo -afirma-,
es parte de nuestra inteligencia natural y es lo que diferencia a los seres humanos de las demás especies. El
80% de los aprendizajes se producen antes de los cinco años, después de esta edad a los niños se
les empieza a dirigir ordenándoles qué deben hacer, cómo hacerlo y en qué plazos. Esto termina
por obstruir las vías de creatividad que estos jóvenes poseen». Dieciocho meses de trabajoHay otros muchos ámbitos nuevos que explorar y desarrollar desde la escuela. La
educación emocional en edades tempranas, propone Jannet Patti, otra educadora reconocida internacionalmente. «Ésta
debe comenzar en la educación infantil y transcurrir a lo largo de toda la vida, permite al individuo afrontar mejor
los retos de la vida y tiene como finalidad el desarrollo del bienestar personal y social. No debemos olvidar que las emociones
tienen un valor adaptativo porque nos protegen de peligros, son valiosos recursos de información porque nos pueden
hacer ver qué sienten otros y, finalmente, las emociones no pueden estar separadas de la cognición y las habilidades
sociales». Gran parte
de la comunidad educativa aboga por un revolucionario cambio en la forma de enseñar, de aprender... en la escuela para
formar a los ciudadanos del futuro. La Fundación Telefónica ha abierto un espacio para dar cabida a todas estas opiniones críticas y nuevos modelos de pensamiento. Durante
18 meses, ha preguntado a diversos expertos internacionales y a toda la comunidad educativa cómo debería
ser la educación del siglo XXI. Gurús y expertos comoRichard Gerver, Alejandro Piscitelli, Judi Harris, Jannet
Patti, David Alburu, Fernando Savater, Geroge Siemens...han participado en este debate a través de actividades en la
red y eventos presenciales en nueve países diferentes (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España,
México, Perú y Venezuela).
M. J. PÉREZ-BARCO / MADRID,ESPAÑA.
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LA ARQUITECTURA DEBE
MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA "De manera bella
y poética muestran que es posible aspirar a mantener nuestros pies firmes en nuestro lugar y los brazos extendidos
hacia el mundo" Concepto del jurado del premio Pritzker. Por: Juan Pedro Chuet-Missé 25
de marzo 2017 ,
El premio Pritzker de arquitectura no fue para ningún estudio radicado en Nueva York, Londres
o Tokio. El ganador de la 39.ª edición o, mejor, los tres ganadores viven y trabajan en Olot, una pequeña
población de 34.000 habitantes, una hora y media al norte de Barcelona. Olot se encuentra en medio del parque natural
de La Garrotxa, una zona boscosa que, por estas rarezas de la geología, también cuenta con varios volcanes activos. En este pueblo, el premiado estudio RCR trabaja y crea en una
antigua fundición que ha sido reconvertida en un amplio loft de cristal, rodeado de un amplio jardín que recuerda
a los bosques cercanos. Ellos han elegido Olot por un motivo sencillo: Carme Pigem y Rafael Aranda nacieron allí, mientras
que el tercer socio, Ramon Vilalta (marido de Carme), nació en Vic, ciudad a mitad de camino hacia la capital catalana.
Los tres profesionales egresaron en 1987 de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura
del Vallès, de la Universidad Politécnica de Cataluña, y decidieron fundar el estudio, que comenzó
diseñando sencillas casas unifamiliares para los vecinos de su localidad.Para evidenciar su buena sintonía,
lo bautizaron con las iniciales de sus nombres de pila: RCR. "Elegir Olot no ha sido nada forzado. Este es el pueblo
donde nacimos y aquí volvimos tras acabar los estudios. Ha sido como volver a casa", dice Pigem. Además,
afincarse en este pueblo ha servido para enfocarse en el trabajo y aislarse de las competencias profesionales que pueden darse
en las grandes ciudades. "El entorno de La Garrotxa nos ha facilitado mucho las cosas", añade.
(Además: El chileno ganador del 'Nobel' de arquitectura) Su fuente de inspiración---A lo que se refiere ella es al diálogo que, consideran, debe tener la arquitectura
con el paisaje. La paz de los bosques, la uniformidad de los sembradíos y la vida pueblerina que contrastan con los
temblores y la furia que pueden despertar los conos de lava. "La naturaleza es una fuente de creación inagotable
-celebra ella-; y si a eso le sumas lo que ha hecho el hombre, tienes en tus manos un repertorio que no cesa"."Nos
gusta que la arquitectura sea para las personas, por eso buscamos una relación fuerte con el entorno, porque es el
lugar donde las obras tienen que traspasar", señala la arquitecta.Usar la naturaleza como materia prima ha sido
uno de los puntos destacados por el jurado del premio Pritzker en su fallo, en el que resaltó "el compromiso con
el lugar y su narrativa" y cómo unen "el paisaje y la arquitectura para crear edificios que están
íntimamente conectados con el tiempo y con el espacio".
Esta conjunción se ve en sus trabajos: cuando se contempla un edificio diseñado
por RCR pareciera que se confunde con el paisaje. Por ejemplo, el restaurante Les Cols (también de Olot, que ostenta
dos estrellas Michelin) es una antigua casa rural remodelada, con nuevos pabellones que juegan con la luz del sol y con estancias
de acero abiertas al paisaje. O las bodegas Bell-Lloc (Palamós, Cataluña), donde pareciera que el bosque crea
túneles rectilíneos por medio de duros paneles de acero. En las creaciones de estos arquitectos se usa piedra
sin desbastar, hormigón visto, acero y grandes superficies de vidrio. La sutileza, la elegancia y el diálogo
con la naturaleza son sus puntales; en sus trabajos se plantea una cáscara exterior de tintes duros, pero el interior
es frágil y transparente, una dicotomía que se exhibe en la hermética armazón de acero oxidado
del Museo Soulages (Rodez, Francia), dedicado a la obra de Pierre Soulages, uno de los pintores franceses más cotizados.
Este sello de RCR también se ve en la Casa Horizonte (cerca de Olot), el estadio de atletismo Tussols-Basil (también
en su ciudad natal), la biblioteca Joan Oliver (Barcelona) y el nuevo restaurante Enigma, de Albert Adrià, hermano
del famoso chef Ferran Adrià, en Barcelona.
Si se permite la analogía, RCR recuerda a esos famosos chefs que prefieren las materias primas de las
cercanías, para presentar platos que pueden dar la vuelta al mundo. "Trabajamos de esa manera porque la arquitectura
parte de conceptos y con la actitud que se tiene ante el proyecto. Esta manera local de entender la arquitectura permite que
puedas trabajarla en distintas localizaciones", precisa la profesional galardonada. RCR no se limita a trabajos en la geografía española. Actualmente tienen una gran cantidad de
trabajos inaugurados y otros en desarrollo en el exterior, como el Museo Soulages (Francia), la mediateca Waalse Krook (Gante,
Bélgica), el complejo cultural de Ile Seguin (París, Francia) y un centro educativo en Dubái, entre otros.
Sobre su método de trabajo, Pigem anota
en medio de risas que parecen una banda de jazz: "El jazz se basa en la improvisación y la energía. Uno
sigue un tema, otro lo retoma, y se va improvisando. No es que la arquitectura sea improvisación, pero nuestro proceso
creativo funciona así".La naturaleza es una fuente de creación inagotable -celebra ella-; y si a eso le
sumas lo que ha hecho el hombre, tienes en tus manos un repertorio que no cesa En esta tormenta de ideas entre Pigem, Vilalta y Aranda no
hay roles preestablecidos ni funciones que pesen más que otras. "Somos tres personas distintas, y no tenemos asumido
ningún papel a priori", comenta. La singularidad en cada edificio, la huella que cada obra deja impregnada en el entorno,
es otra de sus claves. Pigem ve con preocupación cómo la globalización tiende a uniformar, a que las
grandes ciudades, en su afán de competencia por aparentar un mayor desarrollo, terminen siendo todas iguales. O
sea, cuando hay posibilidad de una reforma urbanística, se levantan grandes torres de cristal que da igual que se encuentren
en Nueva York, Río de Janeiro o Hong Kong. Eso sin mencionar cómo las grandes marcas de ropa o tecnología
compran edificios emblemáticos para montar sus tiendas, y así los centros de comercio de México, Ámsterdam,
Ciudad del Cabo y Estambul son cada vez más parecidos.
"Cada persona, cada lugar, cada ciudad tiene que encontrar su propia idiosincrasia,
su manera de expresarse. Cuando viajabas te gustaba descubrirlo, pero ahora ves las mismas cosas. Se repiten las estructuras
de las ciudades", analiza la experta, quien rescata el valor de la diferenciación en la arquitectura.Lea Escultura contemporánea para el aeropuerto)
"Cada edificio y
ciudad tiene que encontrar su propia manera de entender la cultura, el clima, su sentido de pertenencia -añade-. Y
no por eso deja de hablarle al mundo. No hace falta que yo hable su idioma para conocerlo y amarlo".
En su opinión, la arquitectura española
"ha tomado un papel importante a escala mundial, y es una pieza clave del panorama internacional". Un factor
fundamental para su proyección, afirma, ha sido la crisis financiera que sacudió a España desde el 2007
hasta hace poco. Esta recibió la onda expansiva de la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos e impactó
fuertemente en la construcción. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha llevado a un derrumbe de los precios de las
viviendas, al frenazo de las obras públicas y al crecimiento del desempleo en la profesión. "En el momento
en que España entró en recesión, por suerte hemos tenido varias obras en el exterior", dice. Esta
alternativa fue seguida por otros estudios y permitió que la arquitectura española fuera conocida en el resto
del planeta. Aunque ganaron el prestigioso premio Pritzker, ella considera que la rutina sigue más o menos igual a
cada día, aunque reconoce que la exposición mediática "ha sido una avalancha total, pero fantástica". Por
y para la gente-Los socios del estudio RCR quieren que la arquitectura también se integre con la gente, y para ello
han creado el Laboratorio Barberí, una fundación "para estimular la valoración de la arquitectura
y el paisaje" y, de paso, también las artes y la cultura en general. Para ello, describe Pigem, organizan
cursos y talleres, que no solo se dirigen a profesionales, sino a cualquier persona interesada en esta profesión y
su legado. "Buscamos que la gente valore socialmente la arquitectura, que vea cuán importante es para su vida. Este
es el espacio donde desarrollan sus vidas, y buscamos que tomen conciencia, que la amen y que ayuden a levantar el nivel arquitectónico",
subraya.Para ello, los cursos y seminarios que brindan buscan la transversalidad, "porque la arquitectura no es un arte
aislado, sino que tiene relaciones muy importantes con otras disciplinas". En ellos, los que dicen ser ajenos a esta
profesión "se plantean preguntas y encuentran respuestas que no se hubieran imaginado; abrir la mente siempre
es positivo". Esta filosofía de expandir el conocimiento al público en general tiene que ver con el
objetivo que, en RCR, consideran que debería tener la arquitectura: "Es para hacer espacios de gran calidad,
de manera que la gente mejore su calidad de vida". -¿Y para qué no debería servir la arquitectura?-Para
servir a los agentes económicos a enriquecerse -remata Pigem.
JUAN
PEDRO CHUET-MISSÉ Especial para EL TIEMPO Barcelona (España)
Menos vida en línea para recuperar la real
Comenzó
eliminando las redes sociales y WhatsApp, luego las suscripciones a portales y después aplicaciones como Google Maps. Al final se deshizo de su ‘smartphone'
y volvió a tener un celular básico que solo usa para llamar. Enric Puig Punyet, español de 36 años,
profesor y doctor en Filosofía, lleva más de un año desconectado. Pero ha sobrevivido y
no se ha aislado del mundo.Su desconexión fue resultado de la investigación para su libro ‘La
gran adicción', en el que aborda el tema de cómo es vivir sin internet mediante diez
testimonios de personas que, por diferentes motivos -adicción, desconexión con la vida real, ansiedad, visiones
alternativas de la vida, etc.- tomaron esta decisión en tiempos en los que parece imposible lograrlo. De hecho, de
acuerdo con el estudio Shifts for 2020, desarrollado por Facebook IQ, el equipo de análisis e investigaciones de la
red social, en el 2020 habrá más personas con teléfonos móviles que red de agua potable
o electricidad en sus hogares; y, por primera vez en la historia, habrá más personas conectadas a internet
que aquellas sin conexión. ‘Dar un paso al costado' le ha representado muchos
beneficios a Puig. "Recuperé la capacidad de prestar atención y de profundizar en una conversación,
y ciertas capacidades de socialización y mucha paz, porque las redes nos crean ansiedad y nos hacen perder mucho tiempo", cuenta en entrevista con EL TIEMPO. Pero ¿cómo
hace para no verse limitado en una era en la que hasta para el trabajo es necesario estar conectado? Su postura
no es fundamentalista. Su llamado es a encontrar un equilibrio entre la conexión y la desconexión. "Hoy
nos agobia no estar permanentemente conectados, pero hay que analizar también cuáles son los aspectos de la
vida real que nos estamos perdiendo por esta obsesión moderna. Es hora de hacerse preguntas, de poner freno personal
y socialmente, y de activar nuestro espíritu crítico", dice. Por
eso hoy solo se conecta para revisar correo y comunicarse con sus estudiantes. "Solo uso internet desde mi computador",
cuenta, porque así limita su tiempo en la red. Y recomienda que en las casas haya un solo computador, "dispositivos
colectivos, no personales", para que adultos y niños no permanezcan enganchados a la red con sus
dispositivos, que los acompañan hasta al baño. Hacemos una pregunta y al
final internet acaba haciéndonos miles de preguntas, absorbiéndonos Lo que más lo inquieta es el enorme desperdicio de tiempo
que implica el estar conectados: "Cuando hacemos una búsqueda en Google, pasamos de una página a otra y al final ni recordamos qué estábamos buscando. La relación de
internet se invierte, hacemos una pregunta y al final internet acaba haciéndonos miles de preguntas, absorbiéndonos". "Un error común es que nos suscribimos a decenas de cosas que luego no miramos. Son
notificaciones que entorpecen la vida cotidiana, cientos de correos en los que perdemos el tiempo leyendo, que no alcanzamos
a digerir y que al final lo que hacen es crearnos mucho ruido y darnos muy poco fondo", agrega. La suya no es una actitud ingenua, sino de "resistencia" a un modelo que, asegura, no es tan neutro,
abierto y pluralista como lo pintan. En una entrevista con la BBC sentenció: "A menudo se dice que internet es una herramienta neutra y que depende de cómo la utilicemos. Esto es una simplificación. Supone no entender
que detrás de internet hay una ideología y una historia. En el último capítulo de esta historia,
que se remonta al 2000, emergió un modelo de negocio cuyas ganancias dependen del tiempo que pasemos los usuarios en
internet (...). La internet participativa busca nuestra dependencia, pues al tratarse casi en su totalidad de plataformas
vacías que se nutren de nuestro contenido, lo que interesa es que estemos a todas horas conectados". Y en esto,
añade, los teléfonos inteligentes han sido fundamentales. Y en una charla con ‘La Vanguardia' agregó:
"No es una herramienta al servicio de la humanidad, sino que pone la humanidad a su servicio, nutriéndose de sus
anhelos, sus gustos, sus soledades (...). Hoy es más rápido acceder a la información que procesarla,
generarla y contrastarla. Hay un clima en el que es imposible mantenerse callado aunque no se tenga nada que decir (...).
Y son las grandes corporaciones las que sacan tajada económica de este gran ruido, donde lo único importante
es el tráfico". Puig dice que aunque la mayoría de ‘apps' busca
lograr dependencia en los usuarios, no se puede negar que internet es una herramienta que salva distancias y acorta tiempos.
Pero anota que incluso aquí hay que tener cuidado, porque "en muchos casos nos aproxima respecto a quien tenemos
lejos, pero en otros nos aleja respecto a quien tenemos cerca". Y en su libro lo
aborda con la historia de Philippe, un hombre de 40 años que fue despedido de una empresa informática. A partir
de ese momento comenzó una intensa búsqueda de trabajo por internet que lo aisló casi por completo en
el estudio de su casa. "Su dedo repetía de forma mecánica la continua pulsación del
botón del ratón del computador, hasta el punto en que ya no lo sentía ni suyo", describe
Puig en su texto. Un día Philippe recibió un mensaje que lo hizo cambiar
de percepción. "La alerta de mensaje en su teléfono aceleró su corazón. Podría tratarse
de una oferta de empleo. Pero no fue nada de eso. Era un mensaje de su esposa, que estaba en la misma casa, y que contenía
dos palabras: ‘te quiero' ". Esta era la única expresión absolutamente real que había compartido
con ella en las últimas semanas y fue suficiente para entender que había llegado el momento de empezar a desconectarse. Puig señala que los demás protagonistas de su texto escogieron este camino por diferentes
circunstancias, pero subraya que lo importante de leer estas historias es que "nos empecemos a hacer preguntas
en ese sentido", sobre qué tan adictos o alienados estamos por la redes sociales y otras formas de conexión
que en realidad nos desconectan de muchos aspectos de nuestra vida, dice. Su conclusión
es que todos debemos tener claro por qué usamos internet y plantearnos si es necesario estar tan conectados. Para este
filósofo, es clave fomentar una sensibilización ciudadana sobre este tema y por eso es el director del Instituto
de Internet, una organización que se dedica a la divulgación de análisis críticos respecto a las
nuevas tecnologías. Su objetivo: lograr que internet deje de ser una herramienta que pone a la humanidad a su servicio,
y pase a ser lo que debería ser: una herramienta, con enormes potencialidades, pero que realmente sepamos
manejar. ANA MARÍA VELÁSQUEZ DURÁN Redactora de EL TIEMPO 21
de mayo 2017 , 12:00 a.m.
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LIDERES
POR ENCIMA DE TODO Por: Carol Malaver 13 de agosto 2017 ,
12:00 a.m.EL TIEMPO A pesar de que a los jóvenes se los suele asociar con hechos violentos o que afectan la
convivencia, lo cierto es que el liderazgo es una de sus principales facetas. Para la muestra, estas historias de superación y cambio. El
problema de los jóvenes es que carecen de carácter Angélica
Bernal "Nací con una discapacidad que se llama
focomelia, que es la ausencia de un miembro, en mi caso la pierna derecha", dijo Angélica Bernal, mientras se
preparaba para dormir en algún lugar de Europa. Sus padres, Nelly Villalobos y Miguel Ángel Bernal, le enseñaron
a no sentirse diferente, por eso, para Angélica, su condición física nunca ha sido una barrera. Hace diez años comenzó a jugar
tenis. Hoy tiene 22, un cúmulo de triunfos y un proyecto para entrenar a otros jóvenes que, al igual que ella,
quedaron en condición de discapacidad. También saca adelante su carrera de Relaciones Internacionales y Ciencias
Políticas en la Universidad Militar. Como agradecimiento a su vida y por haber sido campeona en varios torneos nacionales e internacionales, decidió
crear la corporación ‘Semillas sin Barreras' para entrenar a niños en condición de discapacidad
con cero recursos, pero muchas ganas. Quería
ayudar a quienes no podían acceder a canchas o a un instructor, a que sean autónomos en su vida cotidiana y
a prepararlos como deportistas paralímpicos". Eso fue hace diez años. Sus padres, los entrenadores y la Liga de Bogotá la
apoyaron. Todos le regalaban sillas de ruedas en desuso, pelotas de tenis e incluso donaban horas de su tiempo para entrenar
a los niños. "El
problema de muchos jóvenes es que carecen de carácter. Yo lo tengo gracias a mi familia. Fue la forma de enfrentar
a una sociedad que no es capaz de ver mi condición como algo natural, que no está adaptada para que personas
como yo vivan a plenitud", dijo Angélica. De hecho, ya hay varios resultados deportivos. "Hemos participado en las tres selecciones
deportivas de los juegos paralímpicos panamericanos. Es muy gratificante que los chicos estén representando
a Colombia. Ver de campeones a niños que no podían ni hablar", concluyó Angélica. ‘Enseño
a leer porque es una forma de volar' Juan Pablo Galvis "Mi libro favorito es ‘El olvido que seremos', de Héctor Abad Faciolince",
dice Juan Pablo Galvis, de 16 años. Explica que es porque le recuerda el amor tan grande que siente por su padre, quien
le ha enseñado a no meterse en problemas, a decir no cuando es necesario.Hoy vive en el barrio
Primavera con sus padres y sus dos hermanas, todos en el colegio, él en el Luis Carlos Galán. "Mi mamá
es guarda de seguridad y mi papá, técnico en equipos odontológicos". Su escape han sido los libros. "En el 2014
yo tenía una idea errada; odiaba leer, me daba pereza, pero creo que era porque me obligaban. Me la pasaba chateando".
Eso fue hasta que llegó a su colegio la iniciativa Oralidad, lectura y escritura (OLE), que ahora se llama Leer es
Volar. Llamaron a diez
voluntarios, pero no les habían dicho que era para enseñarles a los más chicos del colegio a leer. "Así
nos formaron como líderes, también como talleristas en lúdicas y dinámicas". Hoy es el líder
de su colegio en este proyecto, pero no el único.Es un agente de lectura, así los llaman. "Me enamoré de los libros y de enseñar,
ahora quiero ser profesor". A los niños les enseñan a leer, sobre autores, a que busquen lo que les gusta,
a actuar lo que aprenden, les hacen juegos para que la experiencia sea divertida y luego les hacen preguntas para trabajarles
la comprensión de lectura. "Creo
que la lectura cambia la vida de las personas. Cuando uno hace eso por alguien, esa persona después va a ayudar a otro,
y así es como se transforma la sociedad". Juan Pablo está próximo a graduarse. Sus únicas opciones son las universidades
Distrital y Pedagógica. Suele dedicarles tiempo a sus compañeros, incluso a algunos que han tenido problemas
con alcohol o drogas. "El problema de los jóvenes es que no tienen quién los escuche, no tienen familia,
ni amigos sinceros. Por eso se desahogan con lo que no deben". ‘Nuestra población no está en la agenda pública Jeison Robayo ya tiene 30 años, pero desde que era un niño supo
qué era el trabajo comunitario. "Vivo en el barrio Potosí desde hace 15 años, pero mi niñez
fue en el campo. Mi mamá era una campesina de Nimaima, Cundinamarca". Cuando su madre se separó de su pareja,
no tuvo otra opción que migrar a Bogotá con él y sus hermanos a Ciudad Bolívar. "Mi mamá
tenía un lote en El Tanque, yo tenía 12 años. Nos tocó vivir en un rancho de tejas a medio poner.
Muy pobres". Su vida
sería otra si no se hubiera encontrado con el Instituto Cerros del Sur (Ices), un proyecto educativo liderado por Leonidas
Ospina, licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital, quien luego fue asesinado. "Gracias a él
nosotros estudiamos en convenio, así nos volvimos jóvenes líderes en la parte comunitaria y social".
De los primeros proyectos
que hizo parte siendo un adolescente fue el de atletismo. "Muchos jóvenes terminaron participando en torneos importantes".
La vida lo llevó
a prestar el servicio militar en la Policía, pero fue una época que no le dejó gratos momentos. "Apenas
salí llegué a trabajar por el barrio Potosí. Aquí hay una propuesta de educación popular,
nuevos liderazgos, luchas históricas por el territorio, la vivienda digna y la educación". Eso también
lo impulsó a estudiar en la Universidad Pedagógica, en la que se graduó como licenciado en Educación
Comunitaria con énfasis en derechos humanos. Fue la forma de adquirir más conocimientos para asumir procesos organizativos con su comunidad.
"Buscamos que las decisiones del barrio no las tome un grupo de personas". Ahora es profesor del colegio que lo ayudó de niño,
trata de formar jóvenes líderes capaces de romper las barreras y sin miedo de hablar. "Ellos tendrán
que enfrentarse a muchos obstáculos, como la inversión nula que hay para espacios de socialización que
les dejan como única opción adherirse a bandas delincuenciales". Así como lo hicieron sus profesores, él y otros jóvenes
docentes luchan por el colegio, para que les activen el convenio. CAROL MALAVER Subeditora Bogotá
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Alfred Asís
De Isla Negra-Chile, comprometido con las letras desde la década de los años 70 Trabajando con los Poetas del
mundo, emergentes, consagrados y niños en obras mundiales que dan oportunidades a quienes no las han tenido Compromiso
constante por el desarrollo de instancias que hermanen a los pueblos con la palabra como herramienta principal. Poeta, Escritor,
mortal como cualquiera de mis semejantes
www.alfredasis.cl
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El Tiempo Colombia Domingo 18 de junio 2017
Algo no encaja en el método con el que muchos
padres están educando hoy a sus hijos. Aunque la gran mayoría de los papás actuales tuvieron una formación
rígida y aprendieron que las metas y las cosas solo se conseguían con esfuerzo, se han pasado al lado opuesto
y hoy se han vuelto extremadamente permisivos y sobreprotectores con sus hijos. Con tal de que sus niños no ‘sufran', estos padres les hacen las tareas escolares,
les resuelven hasta el más mínimo problema cotidiano, les suministran lo que haga falta y llegan al extremo
de escogerles las amistades.
La periodista y escritora española Eva Millet describe este fenómeno
como la ‘hiperpaternidad', una especie de padres y madres "helicóptero", pero que no se limitan a cargarles
el morral a sus hijos hasta la puerta del colegio: les quieren suplir todas sus necesidades. Esta
manera de educar, asegura Millet, ha vuelto a los hijos más cómodos y blandos; y, en su concepto, en este momento
nos tenemos que enfrentar a una generación que se ha levantado dependiendo de sus padres de forma excesiva, niños
y jóvenes incapaces de afrontar los problemas más comunes de la vida. Una sobreprotección que, a largo
plazo, dice, será desastrosa para el futuro de esos niños. Millet, autora del
libro ‘Hiperpaternidad', defiende la tesis de que los padres de hoy están formando una ‘generación
blandita', de niños muy consentidos y de carácter débil. En declaraciones
a varios medios ibéricos, Millet ha manifestado que la exagerada protección de los padres "termina generando
adolescentes inseguros, con escasa tolerancia a la frustración y poco resolutivos". Esta
forma de actuar de los padres parece obedecer a una mentalidad que se ha generalizado: los padres no quieren que sus hijos
pasen las mismas dificultades que ellos pasaron.
Sandra Patricia Varela Londoño, directora del programa de Licenciatura
en Educación Infantil de la Universidad de La Sabana, sostiene que existen 4 tipos de estilos parentales: democrático,
autoritario, negligente y sobreprotector, y este último es el que más practican los padres hoy en día.
"El
sobreprotector es un estilo que se caracteriza por una alta calidez y un bajo control sobre los hijos", asegura. Y afirma
que, de alguna forma, es el estilo de los padres que buscan compensar el tiempo que no pueden pasar con los niños y
tratan de darles todo aquello que ellos no tuvieron en su infancia. "Puede responder a
un cambio generacional en el que padres que tuvieron menos recursos durante su infancia se proponen dar todo y evitar cualquier
sufrimiento a sus hijos", dice Varela.
Juana Chacón Rojas, psicopedagoga y rectora del Liceo Campestre
Freinet del Norte, ha advertido en su trabajo de psicopedagoga un aumento de padres y niños con este tipo de comportamiento.
Dice
que es comprensible que los padres quieran lo mejor para sus hijos, pero todo tiene un límite, y pasar esa marca supone
más un problema que una solución para el niño. Como adultos no van a ser
capaces de solucionar dificultades
"Pienso que es contraproducente. En cierta medida, hay que
estar presente para enseñarle al niño a solucionar cosas, pero también permitirle que enfrente esas situaciones
difíciles y que genere estrategias de solución. Los niños que están creciendo con papás
que les están solucionando todo, como adultos no van a ser capaces de solucionar dificultades", afirma.
Muchas
veces, agrega Chacón Rojas, la sobreprotección de estos padres ha llevado a que los niños aprendan valores
pobres que no tienen nada que ver con el esfuerzo.
Aunque ella no cree que sea el denominador común, la misma sensación
tiene la psicoterapeuta Claudia Jiménez Chacón, experta en infancia, adolescencia y familia.
Afirma
que la sociedad ha asistido a una transición de una educación autoritaria -en la que el castigo físico
no era considerado un maltrato- a métodos de formación que ella prefiere llamar más "flexibles".
"Los
padres pretenden hacerse más amigables y olvidan establecer roles. El niño termina decidiendo qué se
hace o no, porque es poco claro el límite entre él y el adulto", asegura Jiménez Chacón.
"En
este contexto permisivo -agrega la experta-, los niños y jóvenes terminan haciendo lo que quieren, sin normas
claras o muy flexibles. Se vuelven más frágiles en contextos externos al sistema familiar y se sienten más
impactados ante pequeñas crisis y conflictos".
"Como los papás hacen todo por ellos, cada vez que hay un
obstáculo y no tienen un adulto que los ayude a resolverlo, se desmoronan", sostiene Millet.
Para
la escritora y periodista, uno de los hechos sintomáticos de ese fenómeno ocurrió en noviembre del año
pasado, en España, cuando la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado convocó
la primera huelga nacional para no hacer las tareas de sus hijos. En opinión de Jiménez
Chacón, la actitud de los padres ‘helicóptero' no hace más que afectar la autonomía, que
se alimentan afrontando las pequeñas dificultades del día a día. "Estamos
viendo más inestabilidad emocional y de poder generar alternativas para resolver problemas y persistir en objetivos
o metas", sostiene.
"En lo académico y laboral se nota una tendencia a la deserción
y la evasión, a no mantenerse en una causa, a la inestabilidad", asegura la terapeuta. "Es
cada vez más frecuente encontrarnos con universitarios que llaman a sus madres desde la cola del comedor porque no
saben qué menú elegir", cuenta Millet.
Incluso, agrega la periodista y escritora, "ya hay niños
que, al caerse, no se levantan: esperan esa mano siempre atenta que tirará de ellos". ¿Cómo
está cambiando el rol de los padres en Colombia? La
tarea de ser papá y divertirse en el intento Vida
y milagros de Piero, más allá de ‘Mi viejo' Padres
dedican solo siete horas a la semana a las labores del hogar Justificados
y sin responsabilidades Juana Chacón Rojas,
psicopedagoga y rectora Liceo Campestre Freinet del Norte de Bogotá. ¿En su
trabajo diario advierte muchos casos de niños a los que sus padres les resuelven todo? Sí,
todo el tiempo. Los papás justifican los comportamientos de esos niños. No aceptan que se les haga un llamado
de atención, justifican al hijo cuando no logra cumplir con sus obligaciones. El papá pone el pecho ante las
situaciones que se generan por comportamientos de los niños y no deja que el niño asuma sus responsabilidades;
son muchachos que cometen errores frecuentemente y como siempre están los padres para solucionarlos no aprenden cuáles
son las consecuencias de esos actos.
¿Qué puede acarrear este tipo de educación?
Vemos
muchachos que tienen todos los recursos económicos y las posibilidades de ser buenos ciudadanos, pero como siempre
les taparon situaciones y no se les permitieron asumir responsabilidades por sus actos, pasan por la vida haciendo lo que
quieren. Siempre van a tener quién los defienda, quién ponga la cara por ellos. No aprenden a respetar normas,
no hay respeto ni claridad frente a una figura de autoridad.
¿Qué se puede hacer desde el colegio?
Es
trabajo, casa y colegio. Si el papá no le permite al niño desarrollar su personalidad y asumir las consecuencias
y entender que en cada sitio hay una norma y una regla por respetar, y si el papá siempre está defendiendo o
asumiendo los problemas del niño, el mensaje que se le da al pequeño es que puede hacer lo que quiera, donde
quiera. Cuando un papá decide tener hijos, tiene que entender que debe orientarlos y que le
hace mal al niño si no le permite generar estrategias, si no le permite solucionar, si todo está a la mano siempre,
si pierde una materia y el papá lo excusa o si comete fraude en un examen y no le permite enfrentarse a la situación
y a las consecuencias que eso conlleva.
Nos ha pasado con papás que cuando se les llama la atención
al niño, se ponen bravos, lo excusan, piensan que los demás están atropellando a su hijo. Pienso que
es un trabajo que se debe hacer tanto desde la casa como desde el colegio. ¿Y de qué
manera? Hay muchas herramientas que los colegios usan, como los talleres y escuelas de padres. A veces
los papás asumen todas las obligaciones económicas, pero no les gusta participar de los procesos formativos.
Es importante que desde que los papás elijan una institución educativa se comprometan a caminar de la mano con
esa institución. Que aprendan que hay unas normas y un manual de convivencia que se deben seguir.
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REFLEXIONES Nos quedamos sin aliento cuando escuchamos decir que un niño
o una niña, o peor aún un adolescente que apenas está comenzando a vivir se quita la vida. Algunos
sin duda se ven acorralados en un laberinto sin salida. Son muchos los problemas que los traumatizan: La separación
de sus padres, los conflictos familiares, la carencia de lo necesario y muchas cosas más. Pero también hay otros
factores que llevan a los jóvenes a desear suicidarse, entre ellos, su físico, su posición económica,
por no tener lo que los demás tienen, o porque aquel joven o aquella
joven que los atrae no les da importancia etc. Motivos que para nosotros los adultos pueden carecer de importancia pero que
para ellos es algo trascendental que puede llevarlos al suicidio. Recientemente encontré en uno de mis cuadernos dos temas que escribí hace unos
quince años o un poco más, que quiero compartir con mis colegas Gestores de Semillas de Juventud Siglo XXI.
Con frecuencia conocemos jóvenes que han sido educados en una familia cristiana, con padres que les han dado la mejor
educación, les han inculcado normas morales y valores, y aun así no están exentos de caer en la
drogadicción,la prostitución o cualquier otro factor que destruya esos valores. ¿Que
está pasando entonces? Que no es suficiente que nuestra juventud tenga la mejor protección y la mejor
educación. Hay que estimularlos
con frecuencia, reconocerles sus cualidades, sus logros y lo que deben hacer para que sientan autoestima y no pierdan
su deseo de vivir. Es muy importante enseñarles
mecanismos de defensa para que aprendan a rechazar todo aquello que no les conviene. Es triste pero muy real ver que una persona que no tiene normas morales ni valores,
es capaz de inducir a un joven que aún no está preparado para enfrentar la vida y menos las consecuencias, hacia
el camino de su destrucción moral y física. Estamos en un mundo, y más aún,
en un país donde hay que guerrearse un puesto en un colegio, en una universidad , en una empresa, para poder
salir adelante. Nuestros jóvenes necesitan aprender a defenderse de esos conflictos que son una amenaza permanente
para ellos. OFELIA PEREZ Embajadora.
Semillas de Juventud Siglo XXI , Cartago Colombia
http://www.aveviajera.org/nacionesunidasdelasletras/id1085.html
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OPINION Por: María Hermilda Chavarría Londoño.
Es maravilloso leer estos
valiosos artículos que dejan grandes enseñanzas para la humanidad, tan ávida de buenas palabras y de
amor, haciendo buen uso de las redes sociales que nos permiten llegar al mundo. Cuántas veces los padres de familia creemos
que las comodidades exageradas, las libertades que se convierten en libertinaje y la falta de disciplina para los hijos, son
el mejor camino para que sean felices; no, estamos equivocados, el amor implica disciplina, sacrificio, entrega sin reparos,
es preocuparse por el otro y comprender que las cosas tienen un precio. Cuando les damos todo a nuestros hijos, no comprenderán
jamás que las cosas se ganan y que los padres no podemos pagarles algunas acciones que solo les favorece a ellos y
que es su obligación; siempre debemos explicarles el por qué de las cosas; por ejemplo:- debes ser muy responsable
en lo que haces, para lograr tus metas- Desde temprana edad, los padres debemos estar comprometidos con el bienestar de los hijos,
pero sin llevarles caprichos; porque al llegar a la adolescencia o madurez, ya no tienen el mismo apoyo de sus padres, se
tornan independientes y suficientes, pero no tiene la capacidad para definirse en el mundo, se sienten solos y es cuando aparecen
los amigos que en la mayoría de las veces, los conducen por caminos errados y sus vidas se tornan en un caos.
Padres
de familia, somos los mejores maestros del mundo, Dios nos regala su sabiduría para que seamos los grandes orientadores;
pero debemos buscar de Dios para que Él guíe nuestros pasos y nuestras vidas.
Pág . web. http://www.aveviajera.org/nacionesunidasdelasletras/id1011.html
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Fotomontaje: Diseño Editorial / EL TIEMPO-04 de junio 2017 , 12:00 La Red Social que más afecta la salud mental de los jóvenes Por: Catalina Cabrera Mantilla
Hoy es difícil imaginarse un mundo sin redes sociales. Estas plataformas, además
de ser un medio que facilita la comunicación, se han convertido prácticamente en nuestra vida. No es novedad
entrar a una de las plataformas más populares, como Facebook (con 1.150 millones de usuarios en todo el mundo) e Instagram
(con más de 700 millones) y encontrarse con todo lo que hacen los amigos, como las publicaciones de las fotos de la
fiesta de la noche pasada, los viajes que han tenido, las fotos con la pareja, los videos haciendo ejercicio o comiendo ‘saludable',
etc. El uso de las redes sociales
en los jóvenes y adolescentes se está volviendo cada vez más peligroso para su salud mental. La dependencia
de ellas afecta a alrededor del 5 por ciento de esta población y, de acuerdo con estudios, se han vuelto más
adictivas que los cigarrillos y el alcohol. Un reporte reciente de la Royal Society for Public Health (RSPH) del Reino Unido
revela que Instagram y Snapchat son las redes sociales que más afectan el bienestar de sus usuarios.
El reporte ‘Redes sociales, salud mental y bienestar de
los jóvenes', de la RSPH y el Young Health Movement, fue elaborado a partir de una encuesta a 1.479 personas del Reino
Unido entre los 14 y 24 años, en la que se les hizo a los jóvenes 14 preguntas sobre las cinco plataformas más
populares del momento: Facebook, Instagram, Snapchat, Twitter y YouTube. La encuesta tenía como objetivo descubrir
el impacto, tanto negativo como positivo, de estas plataformas en su salud mental y su bienestar. Para medir el impacto de estas plataformas se pidió a los
jóvenes que clasificaran en qué medida las redes sociales causaron una mejora o un empeoramiento en ciertos
factores relacionados con la salud. La clasificación se hizo de esta manera: -2 (mucho peor), 0 (ningún efecto)
y +2 (mucho mejor). Efectos
negativos en la salud En este informe se evidencia que los jóvenes que pasan más de dos horas al día
en redes como Facebook, Twitter o Instagram tienen más probabilidades de reportar una mala salud mental, que para el
estudio es la presencia de angustia psicológica (síntomas de ansiedad y depresión), pérdida de
sueño, problemas de autoestima, ‘ciberbullying' o acoso en las redes y síndrome de ‘fear of missing
out' (miedo a perderse de algo). "Ver
a los amigos constantemente de vacaciones o disfrutar de las noches puede hacer que los jóvenes experimenten el ‘fear
of missing out'. Estos sentimientos pueden promover una actitud de comparación y desesperación en los jóvenes",
de acuerdo con el estudio. Estos sentimientos alimentan en los jóvenes la búsqueda del perfeccionismo en redes
sociales mediante la sobreedición de las fotografías y videos que se publican en estas plataformas con el objetivo
de comparar sus vidas con las de otros. "Al
generar tanta dependencia a las redes sociales -explica Hernán Cubillos, especialista en psiquiatría de la Universidad
Nacional- llega un punto en el que esta adicción se convierte en el 100 por ciento de tu vida, y cuando algo negativo
ocurre en las redes sociales, como no tener los suficientes ‘likes' en una publicación, empiezan a generarse
síntomas depresivos en los jóvenes". La falta de sueño a causa de la adicción a las redes sociales también
es preocupante, pues uno de cada cinco jóvenes -de acuerdo con el estudio- se levanta en las noches para revisar en
su celular, tableta o computador sus notificaciones. El estudio advierte que la exposición a las luces led antes de
dormir puede interferir en los procesos naturales del cerebro que desencadenan la sensación de somnolencia, así
como la liberación de la melatonina, hormona del sueño. Lo anterior trae como consecuencia dificultades para
quedarse dormido, según el estudio. Snapchat fue catalogada con un -1 por los jóvenes por empeorar su calidad
de sueño. La percepción
de sí mismo y la construcción de autoestima también se ven deteriorados por el uso constante de redes
sociales como Instagram y Snapchat. De acuerdo con el estudio llevado a cabo por la RSPH, Instagram fue catalogada por los
usuarios con un puntaje de casi -1 en lo que respecta a la imagen corporal. De acuerdo con María Victoria Pérez,
psiquiatra de la Universidad Javeriana, "en la adolescencia siempre es muy importante el tema de la imagen corporal,
pues es uno de los factores que hace más vulnerable este periodo por todos los cambios físicos y emocionales
que se presentan. Las fotos que se publican que tienen que ver con la exhibición del cuerpo, como por ejemplo ropa
de clima caliente, vestidos de baño, etc., demuestran que la persona que las publica quiere mostrar lo linda o lindo
que está, que va al gimnasio, que tiene curvas, etc.". Esta tendencia, según Pérez, va generando una comparación
constante entre los jóvenes y da lugar a una sensación de vacío o de ‘falso-self', que es la persona
que "reacciona satisfaciendo las demandas de la red social, ocultando el ‘yo real', creando un yo que se acomoda
erróneamente a las exigencias". Así
mismo, un fenómeno psicológico conocido como ‘saliencia', las ganas de llamar la atención y enterarse
de todo rápidamente, según Jaime Moreno, psicólogo de la Universidad de la Sabana, es una señal
de un comportamiento impulsivo en los jóvenes que, si dejan de estar conectados, empiezan a deprimirse por la sensación
de estar perdiéndose de algo. De
acuerdo con otros estudios, hay una alta probabilidad de que las redes sociales estén detrás del fuerte deseo
de las mujeres por cambiar la apariencia de partes de su cuerpo como la cara, el cabello, la piel, entre otras, después
de haber pasado un tiempo en Facebook. Es tan preocupante esto que, según la RSPH, alrededor del 70 por ciento de mujeres
de entre 18 y 24 años considerarían someterse a una cirugía cosmética. "Las niñas
empiezan a compararse con las demás, a sentir que no son lo suficientemente flacas o no están lo suficientemente
tonificadas y a pensar que no tienen el cuerpo ideal para publicar la foto", recalca Pérez. La sensación de estarse perdiendo algo o ‘fear of
missing out' es muy común en los jóvenes adictos a las redes sociales, que desarrollan comportamientos depresivos
al no estar conectados constantemente. Los jóvenes que desarrollan más adicción a internet y a las redes
sociales son las personas que tienen menos habilidades sociales, las más tímidas, según Hernán
Cubillos: "Estas son personas a las que la vida diaria no las satisface y encuentran en estas plataformas sociales un
‘lugar seguro' y personalizado para construir su identidad". .Para moderar el uso de las redes sociales entre los adolescentes, las recomendaciones van directamente
hacia los padres, que deben establecer límites a sus hijos frente al uso del celular y de internet. Psicólogos y psiquiatras recomiendan a
jóvenes y adolescentes que participen en actividades que desarrollen sus habilidades sociales, como el deporte,De acuerdo con estos especialistas, las redes sociales no deberían
ser usadas por menores de 14 años, pues es importante que el niño o niña desarrolle habilidades sociales
en la vida diaria y no en la vida virtual. También se debe cuidar el contenido que se publica en las redes (medir el
impacto que puede tener cada publicación en los demás) y tener cuidado con las personas que se agregan. Lo ideal
es tener un contacto real con las personas con las que se interactúa en las redes. CATALINA CABRERA MANTILLA Escuela de Periodismo Multimedia
EL TIEMPO
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La educación positiva
brinda a los padres las herramientas para educar a sus hijos con base en valores éticos. Por: Simón Granja 28 de mayo 2017 , 12:00 a.m.Es normal que los padres les exijan
a sus hijos que sean muy buenos en el colegio y cumplan con notas excelentes. Pero ¿qué tanto se les exige
para que sean buenas personas?
Niños saludables y felices, honestos, resilientes, compasivos, generosos,
solidarios y optimistas. Condiciones ideales que debería cumplir todo niño (y todo ser humano). Sin embargo, la búsqueda de la excelencia
académica -sumada a que muchos padres y profesores no saben cómo guiarlos en esas otras áreas de la vida,
más ligadas a la psicología, la ética y las humanidades- hace que dicha tarea esté aún
por resolver en muchos casos.
La educación positiva o de carácter es una propuesta pedagógica
que busca orientar la formación de niños y jóvenes no solo en las áreas tradicionales, como el
lenguaje, las ciencias y las matemáticas, sino en competencias que desarrollan mejores personas, que contribuyen al
desarrollo de sus comunidades. Según esta pedagogía, el carácter de las personas es algo que se desarrolla
y no algo con lo que se nace.
Warren Symonds, director de la Escuela Preparatoria Mount Barker, en Australia, preocupado
por el desarrollo de sus estudiantes y consciente de los desafíos que enfrentan los jóvenes y de las estadísticas
que sugieren que un cuarto de ellos sufren síntomas de enfermedad mental, empezó a usar la psicología
positiva para generar resiliencia y hacer frente al estrés de la vida.
Los resultados han sido evidentes
en los cuatro años que lleva implementando esta pedagogía. Según Australian Learning, los datos de la
herramienta de medición del bienestar adoptada en Mount Barker muestran una mejora del 7 por ciento en el bienestar
de los estudiantes.
Symonds encontró que algunas investigaciones demuestran que mejorar el bienestar de
los estudiantes incrementa el rendimiento académico y reduce las ausencias escolares; disminuye el estrés y
la ansiedad y aumenta la autoeficacia, la autoestima y el optimismo. Por ejemplo, en 2009, Sin y Lyubomirksy realizaron un
meta-análisis de 51 intervenciones de psicología positiva (IBP) y encontraron que los IBP aumentan significativamente
el bienestar.
Así lo expone Tom Harrison, director de educación del Centro Jubilee del Carácter
y las Virtudes, de la Universidad de Birmingham, institución pionera en el mundo en investigación y aplicación
de la ética en colegios, universidades y empresas en el Reino Unido y otros países.
Según
Harrison, la tendencia mundial en la educación es que las escuelas y las universidades formen a los estudiantes
para que respondan pruebas y evaluaciones. Pero -dice el experto- la formación académica debe desarrollar y
potenciar ciertas virtudes. Por ejemplo, las morales, como el servicio a la comunidad; intelectuales, como la curiosidad
y la creatividad; y virtudes de rendimiento, como la diligencia y la perseverancia.
El desarrollo de estas virtudes
o habilidades sirve para que las personas puedan tener éxito, pero también bienestar, según el experto;
y agrega que la ciencia de la psicología positiva ha demostrado que pueden ser enseñadas y aprendidas con
métodos científicos medibles. "Las fortalezas del carácter no se centran en traer beneficios
para el individuo, como por ejemplo que sean líderes, sino que también debe tener un impacto en la sociedad
para el bien común", explicó Harrison.
El experto, que estuvo recientemente en un evento en
Bogotá, invitado por el Instituto Florecer -dedicado a la difusión de la psicología positiva en Colombia-,
expresó que este modelo pedagógico en el país es necesario ante el inicio del posconflicto.
Esta
tendencia pedagógica está creciendo. A Colombia llegó con el Instituto Florecer; y a otras partes del
mundo, con el trabajo que hacen desde la Universidad de Birmingham. Su éxito se debe también a que llega a satisfacer
ciertas necesidades de las empresas.
Países avanzados del mundo en materia de educación -como Singapur,
el Reino Unido, Corea y Australia- han hecho cambios estructurales en las políticas públicas para integrar el
bienestar y la felicidad como un programa institucional que promueve la aplicación y el desarrollo de este tipo de
habilidades.
Laszlo Bock, antiguo responsable de Recursos Humanos de Google, afirma, en su libro ‘Las reglas del trabajo', que el éxito del buscador está en las personas con las
que trabajan. Y explica que, más allá de mirar el cartón de graduación, se fijan en capacidades
como liderazgo, trabajo en equipo, creatividad, lealtad, honestidad.
Según Andrea Ortega Bechara, creadora
y presidenta de la Fundación Instituto de Ciencias de la Felicidad Florecer -también lo es de la Asociación
Colombiana de Psicología Positiva-, "raramente se enseñan en las universidades capacidades como la resiliencia,
el trabajo en equipo o la comunicación asertiva".
Estas capacidades -sigue la experta- hacen de los
trabajadores personas flexibles y capaces de tomar decisiones acertadas en contextos difíciles, que pueden transformar
los retos y problemas en oportunidades para mayor desarrollo y crecimiento. "Las empresas que perduran en el tiempo
son las que fortalecen estas competencias. Se requiere un liderazgo muy claro", expresó Ortega.
Las virtudes de rendimiento, como la diligencia y el liderazgo, están algo más claras; se conocen como las
competencias blandas. Sin embargo, las virtudes no lo están tanto. Para Tom Harrison, la forma en que se plantea la
ética surge a partir de la virtud de Aristóteles, pero fundamentalmente de cómo se responde en el diario
vivir.
Supongamos que en un jardín infantil hay una pelea, y el profesor pregunta qué pasó.
Ahí existe la opción de que el niño sea honesto y cuente que su amigo le pegó al otro, o que se
base en la lealtad con sus compañeros y no confiese lo que pasó.
"En la solución de ese
tipo de dilemas se encuentra la sabiduría cotidiana, que es la que nos permite encontrar una respuesta basada en el
instinto y en cómo lo han formado a uno", insiste Harrison.
Es ahí cuando entra la formación
en la casa y en las escuelas. Aunque Harrison y Ortega coinciden en que el rol de la familia es clave. "Nosotros
florecemos como individuos cuando nos encontramos rodeados de una cultura que nos lo permite hacer".
¿Cómo aplicarla? Ortega presenta estas recomendaciones para que los padres apliquen la educación
positiva en la formación de sus hijos:
Creer en sí mismo. Los niños ven el mundo desde
el lente de sus padres. Si el padre es pesimista, el hijo seguirá esa tendencia. El propio florecimiento y bienestar
de los padres guían a su hijo.
Potencializar las fortalezas. Vivimos en una sociedad en la que es escaso
el refuerzo positivo. Por ejemplo, cuando a un niño le está yendo mal en una sola materia, pero en las demás
le está yendo bien. Entonces, los padres generalmente buscan refuerzos para lo que va mal. Y lo ideal es identificar
qué está haciendo bien y maximizarlo y fortalecerlo. Estamos enfocados en lo malo y no en lo bueno.
Concordancia con la escuela. Los valores familiares deben estar acordes con los de la escuela. Por ejemplo, en un partido
de fútbol del colegio, el entrenador les dice a los niños que jueguen limpio, pero desde las gradas uno de los
padres le dice a su hijo que empuje a los otros. Si esa dicotomía se presenta, la trasmisión de valores no será
consistente.
SIMÓN GRANJA Redactor de EL TIEMPO
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