ESTHER GONZALEZ SANCHEZ |
|
DOCENTE ESCRITORA DELEGADA CULTURAL UNILETRAS INTL. |
ESTHER GONZALEZ SANCHEZ CELEBRANDO EL IX ANIVERSARIO
DE SU PRESENCIA EN UNILETRAS Estoy aquí:
Y
en tu pórtico de palabra gloriosa y elocuente y en tu tallo arbotante de paz y de concordia, un matutino sol acaricia
mis umbrales. Quiero reconocerme en la redonda geografía de tu abrazo y que sea en tus mareas, UNILETRAS, donde pierda
un día la memoria.Ya
integrada a este Foro Internacional que extiende sus ramas literarias por el dolmen universal de las letras, me dispongo
a colaborar en todo lo que sea necesario y a propender la difusión deñ verbo para proyectarlo
a todos los confines que asilan poetas, escritores y artistas, en salmo esplendente que lleve a un lucero brillante de utopías
y realidades, de paz, de trabajo y solidaridad constante en el mundo venidero.Esther González Sánchez Vigo-España
|
A UN VIEJO OLMO Silencioso, absorto, enjuto y aliñado por la fauna agresiva del tiempo, permaneces inmóvil osamenta con el verso de ayer hundido en la aspereza. . ¿A dónde te volviste?, ¿En dónde está la medida briosa de tus brazos, la savia abandonada, la cuchara de hojas, los frutos y semillas de los frutos y las secuencias puras de tu esencia primera? . algo muere un poco más allá de ti mismo. . Nadie te reconoce Se
te cae el poema y voces de chiquillos que
no llegan a ti. ©
|
INDIGENTE Te sorprendí
en la calle igual, como si fueras semejante a una madrugada entre paredes. Traías la costumbre de ser sin un estrépito y enterrada en el borde
de los ojos una mina de estrellas. Rozabas los lugares extrañado
en portones levantado a los sitios y asomado a ventanas que dan a los
océanos. El mundo era una patria y también un volcán santuario
de titanes y cantos gregorianos afinando el indulto de ser pobre. Yo
te reconocí enhebrándote lívido a un pulmón
en cuclillas y viéndote pasar a cuestas con el atlas desnudo
de tu cuerpo y caminando torpe de musgos y humedades. Llevabas demacradas
las pasiones y tu ojo derecho perdió en un naufragio. No supe
más de ti; mas luego me dijeron que te hundiste en sus aguas y
te llevó aquel frío a morir en la calle. © Esther
González Sánchez 2020
|
BREVE BIOGRAFIA
Esther González Sánchez,
profesora, nació en Catoira, provincia de Pontevedra (España) y actualmente reside en la ciudad
de Vigo, en la misma provincia. Desde muy temprano desarrolló su interés por la poesía saliendo al encuentro
de la misma en recitales y otras intervenciones poéticas a través de programas de radio y televisión
local. Ha participado en
antologías de España y exterior y en la actualidad colabora en numerosas revistas virtuales de difusión
internacional. Autora del poemario “Alma Peregrina,”en
este momento prepara el que será su segundo libro que llevará por título “Raíces”. Ha recibido la distinción Premio Bronce al Compromiso y Trabajo por la Paz. En la actualidad es Miembro de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles
Miembro Honorífico de ASOLAPO-Argentina Vicepresidenta de ASOLAPO en España
<estgonsa@hotmail.com>
|
|
|
***** MUJER DESCONOCIDA Me hubiera gustado conocerte, recoger tus manos
abnegadas y pedirte perdón por las mías, pero ibas ajena, vencidos los ojos acaso ensimismada
en el paisaje de otros ríos, de otras tierras que no nos pertenecen y traía anclados tu mirada.
Niña mujer o mujer niña de
arenas sin parques te leías triste en un asiento; yo iba contigo pero no pude encontrarte: tu cansancio viajaba lejos, mucho más lejos que el mío. Lo siento. No pude regalarte una sonrisa.
HACE TIEMPO Mientras, sueño, tiento, abro la ocupación de miel de aquellos días y el collar de
sus hebras golpeándome en el pecho.
Hace tiempo
visito la tristeza de días sin sonido, que se prefieren solos, como anemias de empeño funeral y mieles arrugadas; y hace tiempo también que sostengo las
cúpulas de un silencio maduro. en que se refugió la procesión de un vino atrás
sembrado y se guardaron las manos que colgaban racimos de luz entre mis vides como si fueran lámparas
de uva. Y fue
su último brillo -el que apaga y sepulta el temblor de la estrella- quien cubrió de desnudez mi vestidura. precisándome en piel de las montañas después de los incendios. Mientras,
sueño, tiento, abro la ocupación de miel de aquellos días y el collar de sus hebras golpeándome
en el pecho.
Esther González Sánchez
|
|
|