La clave del éxito Acto I En el mundo ya todo está escrito,en efecto, al alcance de los poderosos, hay tecnología que puede salvarnos a todos pero es escondida por estos tramposos. Si eso es así, ¿por qué sigues buscando la idea genial, que te hará renunciar a tu trabajo y te permitirá viajar a cualquier lugar? En el mundo ya todo está repartido, si surge algo que sobresalga del sistema, inmediatamente es comprado o adquirido, todo, absolutamente todo, está en manos de los Illuminatis ungidos. Si eso es así, ¿por qué sigues buscando la idea genial, que te hará renunciar a tu trabajo y te permitirá viajar a donde te lleve
el azar? En el mundo ya todo está definido, socialismo o capitalismo da lo mismo, tonto no es el que silba sino el que voltea a mirar. Si eso es así, ¿por qué encomiendas el futuro a palabras como, emprendimiento, empoderamiento o resiliencia? Pañitos de agua tibia o contentillo, pensar que se tiene oportunidad en el Nuevo Orden Mundial, todo, absolutamente todo, está en manos de un reptiliano neoliberal. Si eso es así, tener éxito es equivalente a sobrevivir; lo lograste, aún respiras, no obstante vienen muchos años más resistiendo al poder que hay detrás. Si eso es así, adiós al sueño de renunciar al trabajo y conocer el mundo... con razón se vive con desaliento profundo. Ante semejante crisis existencial, pensamientos que no llevan a nada, la depresión inundó mi conciencia, "el gobierno es muestra de putrescencia, purulencia y malevolencia", la vida no tiene sentido, solo el suicidio puede sacarme de ésta decadencia.
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Acto II De repente, del cielo
cayó un rayo que
impregnó el ambiente con olor nauseabundo, era un diablo rojizo y tremebundo, y como no me miraba con risa siniestra, sus muecas inspiraban burlas y fiesta. "Ustedes los humanos nos parecen muy raros, a carcajadas nos tumbamos cuando los miramos, hacen algo que no comprendemos, y si no me crees, ¡apostemos!". "Lo
tienen todo y se quejan, tienen
la solución y se enredan, a
un problema, otro le crean, mi
amo los adora y los desea, forjadores
del caos que tocan algo y lo desbalancean". "Aprieta el gatillo y déjame cumplir mi tarea, voy a sepultar tu cadáver en brea, nadie te extrañará, nada alterarás, porque tu esencia solo le interesa a Satanás, ¡hazlo!, en el infierno hay diversión
ya lo verás". Un momento pequeño demonio, ya que te veo dichoso, aceptarás mi desafío, menudo imp ambicioso, tengo derecho a un acertijo, según los ritos del infierno, plantea
un enredijo. "Está bien, está bien, no me preocupa, basta con recordar lo que sentías ayer, ¿cuál era esa idea que te iba a
volver millonario?, ¡conocer
muchos países es un plan extraordinario!, el sarcasmo no puede faltar en tu epitafio". "Para que veas
que soy misericordioso, las
pistas te las dará alguien que se ha vuelto famoso, Bill Gates se
hizo rico porque a corta edad le
encantaba programar. Mark Zuckerberg no pensó en ser acaudalado pero hackear lo dejó fascinado. Jeff Bezos no calculó tener mucho dinero, tan solo distribuir libros era su sueño". "Ya
debes tener una idea que
la fortuna no se hereda, por
lo que a cambio de tu alma deberás
responder con calma, ¿cuál
es la clave del éxito?". El tiempo comenzó a correr y para sorpresa mía, éste diablo parlanchín me hizo entretener; me sentí ridículo con toda la energía
que desperdicié, ya
que desde joven la opulencia codicié. Por su forma de ser, el diablillo fanfarrón me hizo recordar que de niño solo me dedicaba a jugar, a imaginar, danzar, aventurar y bromear, fue la única etapa en la que tuve felicidad. ¿Si
el fin de la existencia es ser feliz, por qué olvidamos la niñez? Te doy las gracias por devolverme al pasado y recomponer mi vida, la respuesta no está en tus palabras porque sé que juegas conmigo, puedo ver mi salvación en tu cara, son tus gestos, tu actitud, debes tener muchos años pero actúas como un chiquillo. Disfruta
lo que haces, diviértete, a eso le llaman amar, a eso le llaman pasión, si te agrada, deja que las cosas fluyan, busca inspiración en lo que te gusta y no permitas que el fracaso sea una excusa. Eso
decía mi padre cuando íbamos al parque y ahora tú me invitas a jugar travieso personaje, olvidémonos del acertijo mi nuevo amigo, la mejor motivación es tener entretención, la historia tiene sabor si hay diversión. A
pesar de que un demonio distorsiona, te regocijas tanto que me impresiona; sé cuál es la respuesta, es más, no hay pregunta, lo veo en ti, no hay pregunta, maldita tendencia a generar dudas que impiden vivir, por el pretexto de decir que sabemos y controlamos todo. Qué
vergüenza, hasta
hace unas horas era
más consciente un niño que yo, miedo era lo que tenía, miedo y pena en reconocer que no tenía ni idea qué hacer con mi vida y con mi ser. Ya veo, no hay clave
ni hay éxito, no
hay una gran idea de emprendimiento porque lo que importa es madurarla con entretenimiento, el solo hecho de reír es lo que nos brinda un nuevo aliento.
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Acto III
Es el testimonio de lo sucedido
aquella noche Señor Juez, hace ya tres años que volví a nacer y como dice Dave Mustaine, a la calle salgo con un ángel de mi lado y un diablo en el bolsillo.
Atrás quedó el afán de ser galán, de ser el primo uomo que está por encima de la capa de ozono, en el retrovisor quedó el deseo de mostrar mis días como si no fuera un fariseo.
Mi amor ya no es la prima donna ni el millón de vistas que tiene la querendona, porque le dije no a la apariencia y le dije no a la avaricia; ahora intento ser otra persona. Ya no me atrae
el Club Bilderberg ni
le presto atención a la élite, porque mi vida, no
es el fruto de una conspiración y mi incapacidad de comprender la realidad no se puede medir con especulación.
Ya entiendo por qué pensaba así; mis amigos fueron las pantallas y mis ideales lo que veía en los influencers con sus patrañas, tuve que caer muy bajo para extrañar lo que alguien normal suele añorar.
Y tA los millennials nos robaron la niñez; no tuvimos contacto físico y ninguna amenaza llegó a un punto crítico, en el colegio nadie nos quiso pegar y ninguna cometa se nos perdió al volar, no supimos lo que es sentir miedo. Y tampoco supimos lo que es luchar
por un balón, ni
la satisfacción que trae el
ganar por diversión; a
los millennials nos robaron la niñez y por eso rechazamos la distracción.
Craso error, porque entonces a las cosas no les damos valor, y algo tan sencillo como jugar entre el barro sin el escudo de lo virtual, que es donde se adquieren defensas, lo tendemos a trivializar.
Se acabaron los tintes fatalistas con los que suelen hablar los que siempre han estado bajo protección, y voy a vivir como mi padre me insistió, pase lo que pase, a todo momento hay que sacarle un poco de emoción.
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