Reposaré en tu memoriami imagen (...)y estaré en ti".Augusto Frederico
Schmidt: "POEMA"CANTO A TU TESTARUDO EJEMPLO
Desde el recuerdo de
tu cuerpo inerte
¡Canto!
Canto a mi cotidiano valor de ti aprendido.
Ese valor heredado de tu estirpe de gigante que me sirve
para no claudicar impotente ante
el misterio de la muerte,
retornar al diario trajín
de amar la vida
y,
seguir entre muros de hiel y abismos de mieles,
soñando y trabajando,
trabajando y soñando
con la utopía,
con el mundo de amor que nunca encuentro.
Aún las lágrimas
no han podido saltar, y...entonces
¡Canto!
Porque mi corazón estupefacto y necio
como el tuyo se resiste a llorar y reflexiona,
para gritar igual que tú
lo hacías
permanente
y terco,
al
valor de la tenacidad,
la
dignidad, el decoro,
a
la honradez del pobre, del hombre probo,
del valiente.
A esa necedad tuya de ser digno y nunca claudicar de miedo,
menos de vergüenza.
Flaco y frío el ceño en posición
de reto estabas.
Te
vestí con la ropa del sepelio
y te vestí de mi testarudez
de siempre, para merecer tu nombre.
Ese nombre del hombre que hasta cerrar los ojos a
la vida
le
cantó al sueño de llegar valiente allá
donde nadie conoce y todos temen.
Allá donde te esperaba el amor de la maestra
rural,
la
virgen de tus rezos y arrepentimientos,
tu María Luisa, tu "Canche",
mi madre radical ejemplo,
femenina reina del hogar, la escuela y el servicio.
Por eso ¡canto!
Te canto y no puedo llorar aunque
me urja hacerlo.
Porque
tus regaños y consejos duros de firmeza
no me dejan recurrir al llanto,
aunque recuerde tus pies tiesos e inertes,
tus ojos señoriales y cerrados, tu pecho abierto
para recibir el beso
de
esta hija subversiva y necia, tu prieta, tu primigenia obra,
tu retrato, tu desobediente y terca hija que aún canta,
para enfrentar el miedo de ya
no poder contradecirte,
como
cuando bravo y triste por amor recriminabas
su lucha a muerte
contra el enemigo del pobre y del humilde.
Entonces viejo,
mi Jesús terrenal,
nada santo.¡Seguiré cantando!Y, cuando las lágrimas
indiscretas se presentenlloraré cantando y cantaré llorando.No de miedo, no de pena, no de inconsecuente.Las lágrimas serán
de orgullopara
no defraudarte y recordar tu talante,tu valor siempre presente, testarudo y firme.Porque el canto de mi vidanecesita la firmeza de tu ejemplo.
La testarudez de tu carácter.
Y cantando a tu nombre y tu recuerdo
sentiré de nuevo la alegría
en este solitario corazón que necesita
recordar eternamente tus suspiros y postreros canturreos,
para alborozar el sentimiento,
volver de nuevo a tu cadáver.
Pernoctar en el frío de
mis manos acariciando tu mortaja.
Continuar la obra que sin proponerte comenzaste
en este pecho mío resistente,
que busca el mundo de amor que nunca encuentro.
Y... si como tú muero resistiendo
al miedo con un canto.
Ten
la seguridad que eres tú quien canta en el momento.
Porque el recuerdo de tu honradez,
tu perseverancia, tu necedad de ser auténtico
y congruente,
tu
sentido de la dignidad y tu amor por el prójimo,
me tomarán de la mano.
Cerraré los ojos, sin cerrar el corazón a la utopía.
Y, allá Tú y tu
"Canche" abrazarán a esta tu"prieta".
Y, juntos los tres, como una trilogía de terrenal historia
cantaremos a Dios, al misterio,
a la vida
verdadera (¿quién lo sabe?)
Y entonces, reconciliados y felices
celebraremos la eternidad del bien, para seguir luchando.
Aura Violeta Aldana SaracciniDedicado a mi padre
Jesús Aldana Mazariegos (Q.E.P.D.) en el Día del PadreTomado del
Poemario "Palabras Juntan Sueños"Segundo Lugar en los Primeros
Juegos Florales CentroamericanosCelebrados en León, Nicaragua, 2000.