Alma Fardada
Idealizando honra a pátria,
o soldado com bela farda,
sai
do aconchego da família.
Beija sua mãe
e seu pai,
abraça os irmãos.
Seu orgulho é ferido
diante
do horror da guerra.
Matança desenfreada.
Pessoas que nunca viu.
Sua
mente contesta
a insana ousadia
que dilacera sua alma.
Obrigação
cruel
vendo inocente morto
por sua arma atroz.
O desespero
o consome.
Não era esse o ideal.
Não há honra no sangue inocente derramado.
Nem na bela cidade devastada.
Sua
alma sangra
o funesto fel da ignorância.
Corrói seu coração
o momento de lucidez
com
a imagem de sua família.
A aflição
lhe assombra.
Sentindo-se monstro insano e sanguinário.
Fugirá de repreensão dos olhares.
O julgamento do amor e compaixão
é um mártir insuportável.
Suas
lágrimas de dor
rastejando entre os corpos abatidos.
Condena-se ao inferno
ao
se deparar com o sangue,
de um corpo meigo e pequeno,
que nem pensamento tinha
de
toda a angustia que sentia.
E no seu último suspiro,
um grito mais que profundo que a alma,
dilacerando suas entranhas,
o
soldado com aquele frágil
corpo em seus
braços,
grita para o mundo:
CHEGA DE GUERRA!
E sua tradução
Alma fardada
Idealiza honor a
la patria,
el soldado en uniforme hermoso,
deja la comodidad de la
familia.
besa a su madre y a su padre,
abraza a los hermanos.
Su orgullo está herido,
siente el horror de la guerra.
matanza rampante.
que nadie nunca ha visto.
su mente se angustia
la audacia demente
perfora su alma.
Cruel obligación
matar inocentes
la de su arma atroz.
La desesperación lo consume.
ese no era su ideal.
No hay honor en derramar sangre inocente
no en desbastar la hermosa
ciudad
su alma sangra
la hiel funesta de la ignorancia.
Corroe su corazón
el momento de lucidez
ante la imagen de su familia.
La a aflicción lo
persigue
sintiéndose monstruo loco
sediento de sangre.
Huirán en reproche las miradas.
el amor y la compasión
es un martirio insoportable
sus lágrimas de dolor
arrastrándose entre los cuerpos sacrificados...
Se siente condenado al infierno
cuando se enfrenta con la sangre,
de un cuerpo pequeño,
delicado
que ni siquiera había sentido
toda la angustia que vivía.
Y en el último suspiro,
el grito profundo en el alma,
laceró sus entrañas…
El soldado con el cuerpo
en sus brazos,
gritó para el mundo:
¡NO MÁS GUERRA!