´Un viaje a la Grecia antigua para encontrar "La quintaesencia de la poesía"
Por Pilar Vélez
"Donde quiera que voy encuentro que un poeta ha estado allí antes que yo".
Sigmun Freud.
El ser humano se comunica
con su entorno vaciando su naturaleza interior en un flujo de energía que se renueva y circula constantemente. En el
campo de las artes, los individuos exteriorizamos no solo nuestra apreciación por la belleza, sino también las
emociones, la sabiduría y la "esencia" que nos habita y que canalizamos desde nuestro interior.
En ese entendimiento sobre el universo, las antiguas
doctrinas advirtieron que además del aire, el fuego, la tierra y el agua, un elemento "extraño" moraba
o sucedía en el ser humano, y no era el éter. ¿Se trataba entonces, de un quinto elemento y que en el
caso de los poetas, pudiera ser la poesía?
Si la poesía fue -o es- parte de un proceso de evolución social y espiritual, que a la postre le dio
vida, no lo sabemos; como tampoco podemos asegurar desde el punto de vista científico, que la conciencia y/o el espíritu
son reacciones químicas de nuestro cerebro; o que cada ser humano, además del cuerpo físico, tiene una
parte intangible, a la que llamamos alma.
Volviendo a la poesía, simplemente sabemos que está..., que vive, porque la sentimos y se manifiesta
a través de la misma existencia y por la creación del Hombre. Es inimaginable su alcance y proyección.
A los filósofos de la antigua Grecia les debemos
las primeras reflexiones que se conocen sobre la poesía; junto a esta herencia, están otros invaluables aportes
y fundamentos que nos dejaron sobre política, filosofía, arte, medicina e historia. Estudiaron el pensamiento
lógico y la verdad y, en torno a esta búsqueda, la poesía se convirtió en el epicentro en que
convergían importantes revelaciones y perspectivas del conocimiento, que a pesar del paso del tiempo, aún mantienen
vigencia entre los temas de conversación de muchos eruditos, no eruditos, apasionados, investigadores y, por supuesto
y antonomasia, los cultores del género.
Es de gran valía anotar que la historia de lo que hoy conocemos como poesía lírica, tiene su génesis
en la palabra griega lyra, instrumento musical creado por Hermes o Polimnia, y como los griegos atribuían
la belleza a actos de los dioses y las musas, Erato, la musa griega de la poesía, se encargaba de ejecutarla.
Los versos eran cantados y acompañados de bellas melodías que elevaban el acto a lo sublime.
He de acotar que, entre las acepciones actuales en
las que se ajusta "poesía lirica", es la versificación rimada, de gran sentimiento, etcétera.
Para los poetas
y los que amamos la poesía, es necesario que nos volquemos hacia su origen etimológico para entender el porqué
del aspecto sagrado que esta sugiere. El vocablo poesía, que viene del griego poiesis, significa creación
y, por lo tanto, abarca un significado más insondable de lo que comúnmente apreciamos o conocemos. En El
Banquete, el filósofo Platón (427 - 347 a.C.), define poiesis como "La causa que convierte
cualquier cosa que consideremos de no ser a ser". Lo que podría expresar que poesía es la creación
completa y dentro de ella, se encuentra todo proceso creativo en cualquiera de sus formas. La vida misma es creación
y un ciclo que va de la nada a la existencia, de lo mortal a la inmortalidad. Los griegos vieron en la poesía un concepto
profundo en el que se incluían temas como la lucha del hombre por la inmortalidad y el ciclo de la vida. Hablaron
de la existencia de un movimiento que iba más allá del ciclo temporal del nacimiento y la decadencia. «Ese
movimiento puede ocurrir en tres tipos de poiesis: (1) natural a través de la procreación sexual, (2)
en la ciudad a través de la consecución de la fama heroica y, por último, (3) en el alma mediante el
cultivo de la virtud y el conocimiento». Sumergirnos en estos fundamentos filosóficos, sería interesante
para entender lo que encierra cada tipo de creación; pero para efectos de este ensayo, permitámonos la licencia
de limitarnos a la poiesis que se da en el ser humano (poeta, artista), cuando sirve de prisma para descomponer ese
"movimiento continuo creativo" como si se tratara de la luz y reflejarlo en forma de poesía y arte.
Platón en su famosa obra La República, muestra
la conexión que existe entre la poesía y la filosofía, y distingue tres tipos de poesía o subgéneros:
la poesía imitativa (teatro), la poesía no imitativa (el autor habla en nombre propio) y la épica (mezcla
de la voz del autor con otras voces), que obedecen más a una dimensión de marco filosófico y metafísico
que literario, pero que nos permite apreciar como la poesía lo permeaba todo y como esta ejercía un papel protagónico
en diferentes planos artísticos, sociales y hasta de índole religiosa. A pesar de que los griegos, fueron
los primeros en hacer estas reflexiones, la poesía data de mucho tiempo atrás.
Para apreciar una mayor dimensión de la poesía
épica, es digno que incluyamos que es la que se encarga o traduce en versos (y en narrativa) los acontecimientos relevantes
como guerras, acciones violentas, etc.
Entre los poemas más antiguos que se conocen está Gilgamesh, de Sumaria, que fue escrito en caracteres
cuneiformes sobre tablas de arcilla unos 2000 años a.C., y en Egipto se encontraron jeroglíficos escritos en
forma de poesía que datan aproximadamente de 25 siglos a.C. También los cantos de la Ilíada
y la Odisea, atribuidos a Homero, un druida ciego (según algunos historiadores) que iba por los pueblos cantando
las históricas hazañas épicas ocho siglos a.C., formando parte de la tradición oral para ser transmitidos
de una forma más efectiva. El hombre antiguo usó el lenguaje poético como una herramienta para transmitir
la historia y el conocimiento. La poesía garantizaba ese "traspaso" de cultura entre las generaciones. En
la actualidad, no se aleja de su origen y tradición.
La historia documentada nos permite conocer la obra de grandes poetas; entre ellos sobresalen los romanos Virgilio,
con su famosa obra la Eneida en el siglo I a.C.; Lucrecio, Catulo y Horacio, este último llamado "El
maestro de la oda". Entre los griegos sobresalen Hesiodo (600 años a.C), Calino de Efeso, Arquiloco y a
la poetisa Safo, de Lesbos, del siglo VII a.C. de quien se conservan 650 versos. Pertenecía a una sociedad en la que
se preparaba a las mujeres para el matrimonio y que fundó la "Casa de las servidoras de la Musas", en que
las jóvenes aprendían entre otras actividades a recitar y cantar poesía. Según la versión
histórica, la poeta mantenía relaciones amorosas con sus discípulas, por lo que deviene el término
lesbiana a la relación homosexual entre mujeres.
Oda a Afrodita, diosa del amor, lujuria y la sexualidad, es una de las piezas más destacada de
la poetisa, en la que habla de un eros homosexual y del amor que ella siente por una persona en particular. Los versos de
Safo revelan su personalidad, se capta su delicadeza, suavidad y espiritualidad.
¡Oh,
tú en cien tronos Afrodita reina,/ Hija de Zeus, inmortal, dolosa:/No me acongojes con pesar y tedio / Ruégote,
Cripria! /Antes acude como en otros días, Mi voz oyendo y mi encendido ruego;/ Por mi dejaste la del padre Jove / Alta
morada./ El áureo carro que veloces llevan / Lindos gorriones, sacudiendo el ala, Al negro suelo, desde el éter
puro / Raudo bajaba./ Y tú ¡Oh, dichosa! en tu inmortal semblante / Te sonreías: ¿Para qué
me llamas?/ ¿Cuál es tu anhelo? ¿Qué padeces hora?/ -me preguntabas-/ ¿Arde de nuevo el
corazón inquieto? ¿A quién pretendes enredar en suave / Lazo de amores? ¿Quién tu red evita,
Mísera Safo?/ Que si te huye, tornará a tus brazos,/ Y más propicio ofreceráte dones,/ Y cuando
esquives el ardiente beso,/ Querrá besarte./ Ven, pues, ¡Oh diosa! y mis anhelos cumple,/ Liberta el alma de
su dura pena;/ Cual protectora, en la batalla lidia / Siempre a mi lado.
Es importante resaltar que Aristóteles en el siglo IV a. C., es quien
elabora una amplia teoría literaria en su obra Poética, en la que reconoce otros atributos de la poesía,
entre ellos la armonía y el ritmo. Se dice que en la época de Aristóteles, tanto la ciencia como la poesía
lírica se escribían en forma de verso y que poeta era cualquier persona que escribiera en verso. Aristóteles
hace una diferenciación entre los que escriben literatura y los que escriben historia: "No corresponde al
poeta decir lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, esto es, lo posible según la verosimilitud o la
necesidad. En efecto, el historiador y el poeta no se diferencian por decir las cosas en verso o en prosa (...) la diferencia
está en que uno dice lo que ha sucedido, y el otro, lo que podría suceder. Por eso también la poesía
es más filosófica y elevada que la historia, pues la poesía dice más bien lo general y la historia,
lo particular."
Tenemos pues un buen comienzo en el que la poesía es reconocida como fuente e influencia para las artes y para
la vida misma. El poeta tenía la capacidad, el don o el regalo de los dioses para proyectar, conjugar y anticipar;
era libre de expresar su percepción e imaginación sobre el universo, sin tener que comprobarlo o justificarlo
a diferencia de los filósofos. Los poemas de gran belleza eran considerados como obras de los dioses e inspirados a
través de las musas. "Los poetas profieren cosas grandes y sabias que ellos mismos no entienden" dijo
Platón. Creaciones inspiradas que están profundamente ligadas al razonamiento filosófico sobre
problemas fundamentales; tales como: la existencia, la belleza, la verdad, la mente, la moral y la sabiduría. Temas
que son ampliamente abordados y expresados por los poetas de todos los tiempos.
La poesía y la filosofía tienen lazos muy estrechos y hasta podría
resultarnos controversial el delimitar cual es el área de influencia de cada una; si es en la misma fuente que se cosen
el pensamiento, la razón, el poema, la metáfora, el concepto, la imaginación, los sueños, la inspiración
y la realidad. En la antigüedad, se razonaba sobre la verdad, la imitación y el amor a la sabiduría y se
le dio a la poesía no imitativa un carácter influyente, porque se entendía que estaba más cerca
de la verdad.
En la República,
Platón le dice a Glaucón: "La poesía imitativa nos hace viciosos y desgraciados a causa de la
fuerza que da a estas pasiones sobre nuestra alma, en vez de mantenernos a raya y en completa dependencia, para asegurar nuestra
virtud y nuestra felicidad". Platón se refiere a la necesidad de promover otro tipo de poetas,
es decir los épicos y los liricos, dado a que su creación es auténtica y su voz es directa, en ella el
poeta no está "protegido u oculto" bajo la figura o la voz de otro personaje.
Cuando escudriño sobre estos principios, desde
mi óptica de poeta, me asaltan muchas preguntas... ¿No será que ambos, el poeta y el filósofo,
hablan de lo mismo en diferentes formas? ¿No será acaso que "creación" y "amor por la
verdad" son parte de la misma búsqueda y que eso que los antiguos "llamaron inspiración de las musas"
no es más que el ser interior proyectando verdades a través de un lenguaje estético?
Podríamos disertar sobre estos planteamientos,
preguntarles a los filósofos... Quizás ellos ya encontraron las respuestas que los poetas ya encontramos, pero
que según Platón no entendemos.
El filósofo se encuentra con la condición abstracta de lo que es el origen de la inspiración en
el poeta. Para Platón, "El poeta es una cosa ligera, halada, sagrada; él no está en disposición
de crear antes de ser inspirado por un dios, que se halla fuera de él, ni antes de haber dejado de ser dueño
de su razón; mientras conserva esta capacidad o facultad, todo ser humano es incapaz de realizar una obra poética".
La poesía
"del poeta", se exterioriza a través de palabras, y estas de por sí, ya tienen sus propios
misterios y universos; cuando su propósito es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético
en forma de versos o de prosa, decimos entonces, que se trata de poesía y que un poema viene a ser la composición
literaria. En esta última, los pensamientos han sido finamente hilados desde lo más profundo de lo que somos.
No nos resulte pues extraño que Freud, el "padre del psicoanálisis", se haya encontrado con que muchos
de sus temas de estudio, hubiesen sido ya explorados y "expresados" por los poetas y los filósofos de todos
los tiempos. ¿No sabrán acaso los poetas, que la poesía es innata al ser, al sentimiento, al
pensamiento y a la existencia? Lo es, por antonomasia.
El espíritu poético es sagrado para los que amamos esa
sublime creación. A ese regalo que nos confieren los dioses, le adjudicaríamos también la sensibilidad
y la sabiduría que hace posible que tanto los poetas como los amantes de la poesía podamos conectar esos puntos
invisibles de un lenguaje lleno de imágenes, voces, figuraciones y transfiguraciones, proyecciones, simulaciones y
experiencias, que para otros es incomprensible o carente de significado. Percibimos la verdad de un poema, sin atarla
a la realidad propia y sin justificarla a nuestro razonamiento. La verdad del poeta se acepta en una dimensión más
amplia que el pensamiento lógico.
Los poetas ignoramos cual es la neurona que se activa, o la "musa" (si existe) que nos arropa con la inspiración
creadora; la que de repente y sin exactitud, ese "algo" en nosotros vibra... y nace la "creación".
Sentimos que desde cualquier cielo (y no nos importa cuál) fluye la inspiración y solo nos dejamos llevar por
ella para plasmar nuestras verdades.
Recorremos el camino ya hecho y con ojos nuevos nos maravillamos de lo que ya existe, pero que es desconocido para
nosotros. Cada poeta descubre lo descubierto, lo creado, y lo manifiesta como una obra nueva. Para que la magia creadora (de
la poesía) se repita perenne, nuestra "quintaesencia" estará en aquellos textos que buscan, encuentran
y/o rescatan la verdad y tienen la visión de amplias y profundas dimensiones. Hay que merecer lo que dijeron los sabios
Platón y Aristóteles, cuando reconocieron en el poeta ese poder divino de ir hacia donde la historia no puede.
Hay una quintaesencia en todo lo que existe. En cosmología, se refiere a la energía oscura como parte de la
densidad del cosmos y la curvatura del espacio...
¿Será que la poesía es el reflejo humano de esa quintaesencia? Es el universo que habitamos construyéndolo,
reconstruyéndolo... o a la inversa... a nuestra manera. ¿Qué opina usted?
La
poesía es la quintaesencia del pensamiento humano, de la creación artística.
El súmmum de los sentimientos expresados en versos.