EL ÁNGEL DEL PARAJE VACIO
El hijo ha venido hoy
a ordenar el equipaje
Listas para el envío:
una caja con lanas
e hilos
tejidos
y retazos
Otra con acuarelas
pinceles
bocetos
y decenas de cuadros
empezados
Al lado
las canastas que guardan
el árbol
las guirnaldas
y los esplendorosos ángeles
de Navidad
Hoy resolví
desbaratar la alcoba
Mi oso y yo
nos instalamos en el suelo
En un frasco de mermelada
puse dos girasoles
y encendí una vela amarilla
La fotografía del amado
que aún no abrazo
me acompaña en el vacío
junto a una lámpara
rezagada
y un ángel de alabastro
con los ojos cerrados
Se acentúan
los pasos
en el corredor
de la soledad
Es el miedo
y
la pérdida
es un paraje de invierno
esta casa
no mía
Una estación
de fuga
al vuelo
de lo incierto
LA HUIDA
No sé cómo me llamaré ahora
Este es un canto de abandono
a todas las cosas
Tal vez no hay huellas
a mi espalda
Dispersa
en la memoria
de las calles
Desaparecerá
mi cielo
suspendido
Fragilidad de mis dedos
que no lograron asirse
Arrodillada
junto a mis sábanas blancas
con un suplicio
de vientre herido
gimo por mi rincón
de hogar
No alcanza
el grito débil
a reflejar
el amargo lamento
de la huida