SIMBOLISMOS DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO
Irene Mercedes Aguirre, Buenos Aires, Argentina
El mes de diciembre tiene "aires" distintos a los del resto del año. Esto ocurre
especialmente por los simbolismos que asoman en la trajinada vida cotidiana , a través de distintos indicios: arbolitos
que surgen en las vidrieras, luces, colores, formas, adornos, pesebres, imágenes, el Niño Dios, los Reyes Magos,
etc. etc.. Se trata de una invitación colectiva para sumergirnos en emociones y volver a escuchar relatos tradicionales
que no se ajustan a los pensamientos más concretos y operativos que generalmente ponemos en acción diariamente.
--Lo que ocurre es que las fiestas navideñas nos retrotraen a otras épocas y a otras imágenes de hace
mucho tiempo que aún despiertan ecos en nosotros, aunque muchas veces aparezcan bastante modificadas.
Lo cierto es que hay un enorme simbolismo en la Navidad y el Año Nuevo. Una restitución
de la justicia en el mundo pues el Rey de Reyes nace en el sitio más humilde, en un ámbito poco apto para dar
a luz a un niño y mantenerlo en las condiciones más convenientes para su salud y protección. --Asimismo,
hay un claro reconocimiento de las augustas figuras de los personajes de las representaciones navideñas. Porque la
estrella está iluminando el sitio y los Reyes Magos vienen a adorar a Jesús desde enormes distancias.
El ambiente que circunda el lugar es opresivo, ya que hace poco tiempo ha tenido lugar la conocida
Matanza de los inocentes, ordenada por Herodes ante el temor de un Rey que le disputara su poder terrenal.
Pero no es ese el propósito de tal nacimiento: "Mi Reino no es de este mundo", dirá
Jesús más adelante. Aquí puede apreciarse la dificultad que nos traba a menudo la comprensión
de los símbolos: los tomamos al pie de la letra, los despojamos de su valor indicial y espiritual y los "materializamos"
sin darnos cuenta que si tratamos al símbolo de esa manera, se disuelve en el aire y pierde su sentido. ...El Año
Nuevo marca el fin de un año y el comienzo de otro nuevo. Es el momento dónde Cronos conjuga los tres tiempos:
el pasado (el año que se va), el presente (el instante de cruce con el nuevo año) y el futuro (abierto hacia
adelante, hacia otras posibilidades, esperanzas e ilusiones).
Si
levantamos las copas en un gesto de re-ligamiento entre todos los humanos, nos permitimos abrir el paso a otras oportunidades
de diálogo, consenso, armonía, solidaridad y paz en el mundo. Entonces, al percibir esta fuerza simbólica
tan profunda, las fiestas navideñas cobran un sentido extraordinario y nos insuflan energía y potencia a todos.--Si
nos quedamos meramente en el comer y el beber sin atender al significado, se pierde la dimensión simbólica de
estas fechas y se empobrece su festejo.---Dejemos que el espíritu de la Navidad y del Año Nuevo nos brinde su
riqueza simbólica y su potencia espiritual.
Plegaria
de Navidad
Te pido que no dejes a mi copa
vacía
¡Que este divino néctar que me nutre, hora a hora,
permanezca conmigo, en la noche y
el día,
y el amor me sostenga con la fuerza de ahora!
Te pido que me alientes en la constante lucha
para que crezcan fuertes mis retoños de vida,
para que se disipe, en aquel que me escucha,
cualquier malentendido, o el dolor de una herida.
Te pido que mi afecto nunca se vuelva helado
para cualquier persona
que de mí necesita,
que el amigo me encuentre siempre firme, a su lado,
en los momentos tristes, cuando el
llanto palpita.
Te pido que los años me
brinden sólo canas
que avejente mi cuerpo y se arrugue mi piel,
pero que me enriquezca en acción y
en mañanas,
mientras de mi clepsidra, la gota sepa a miel.
Te ruego que me enseñes a no ser rencorosa
y que nunca me falten dignidad ni conciencia
cuando
los golpes crueles que tú guardas, celosa,
se abatan sobre mí, ¡al fin de mi existencia!