Mi ruego es... ¡PAZ!
María del Rosario Gómez Balbuena
Nervaduras vacías, de rendido hartazgo. Hoy la mano tendida es plañidera.
Mano
del mundo. A la que acerco un sol de nueva vida.
Inerme, persigo aquél instante...
El instante que unieron
los lamentos, en búsqueda insaciable de culpables.
PAZ...Tan venerada y tan ausente. Preciosa joya de mis días vivos
Capacidad de dar,
sin tener mucho. Momento muerto de mis musas frías
PAZ...Tan venerada y tan ausente. Juramento hipocrático y doliente.
Vulnerado el tejido.
¿A dónde ha ido cada paso perdido?
¿Quiénes son los que te alejan de tu sino?
¿Son
acaso los cóndores que emigran, en vuelo de titanes perseguidos?
¿O es nuestro hermano mismo quien atesora
el propio desatino?
¿Mi propio hermano con daga maloliente? ¡Déjenme que lo niegue una y mil veces!
¡Dejen que grite y el universo estalle! ¡Que los demonios callen!
Paciencia en la conciencia de SER NADA.
Conciencia, en la paciencia de ser poco
PAZ. ¡Tan hostigada! Y tan ausente por aquella inconsciencia de ser lodo.
PAZ...Tan venerada y sólo en la palabra hoy vigente.
Por ESA PAZ, tan deseada y tan ausente. Por toda la impaciencia
en el tenerte
Por ésta, mi conciencia de buscarte. Te invito a entrelazar las manos
Y a encontrar un lenguaje
diferente. ¡A cambiar este grito desolado!
Te invito a SER aquello hoy rechazado. Que nos hable de lenguas compartidas.
De conductas buscadas. ¡De presente! Te ofrezco SER, aún desde la nada.
¡Y a estar juntos! Porque
juntos construiremos EL SER TODO.
Te invito desde mi ingenuidad naciente: A ser huella. ¡A ser surco en aquel lodo!
A desplazar la oscuridad reinante. ¡A brillar! Aún sin sol resplandeciente.
Con tu cruz y mi cruz. Que es nuestra cruz... Porfía de una memoria
incandescente.
¿Mi propio hermano hiriéndome de muerte? ¡Que los demonios callen!
Déjenme
que lo niegue una y mil veces. ¡Y que mi grito estalle!
Por aquéllos que no están y son presente.
Hoy te invito. ¡Te ruego hermano mío!
Por ESA PAZ tan herida y tan presente. A la vez tan ansiada y tan ausente.
¡De rodillas
te ruego! Aún sin verte...Recíbeme en la angustia de hoy, latente.
Y nutre a mi esencia de ser luna, de
la fuerza de ESTAR, aún a oscuras.
Esperanza de un mañana en rebeldía. Espejo de otra luz. De nueva
vida.
En esa búsqueda camino con mis soles. Y desmayo por tu lejanía...
Camino ese destierro con mis sueños. ¡Y mi ruego agiganta las
gargantas!
Por los vientres que abriste en las montañas. ¡Por la voz de los hielos del silencio!
Por
las aguas heridas en tu ausencia. Por mis niños con hambre de mañana.
¡De rodillas te ruego hermano mío! Y me entrego, piel a piel,
en la porfía.
Nervadura genial del nuevo mundo. Fénix de oro para mis cenizas. Por la paz, tan hostigada
y tan vigente. Por nuestra paz que ha sido tan herida
A la vez tan deseada y aún ausente... ¡Te imploro,
bendito renacer del todo!
Nutre
a mi esencia de ser luna. De la fuerza de ESTAR aún a oscuras.
Sabiendo que mañana, en la porfía,
construiremos con tu sol, la nueva vida.
Fanatismo
que mal nos haces
RAFAEL NEGRET
UNILETRAS COLOMBIA PANAMA
Fanatismo religioso y fanatismo político,
de espíritu,
cuerpo o alma;
profano, demencial, apocalíptico.
Conjeturas absurdas... pura histeria,
no encuadran
ni en el cielo ni en la Tierra.
Muladar
de injusticias, venganza, desenfrenada pasión;
ciega desesperanza tanteando el despeñadero,
terrorismo,
violencia, insensatez, crucifixión,
tinieblas, dudas, insondable sumidero;
negación del corazón
y la razón.
Extremos
perniciosos y obcecados que hieren en la faz a la verdad,
pisoteando los derechos, los valores, apelando a la torpe terquedad.
La verdad no es bien cautivo al despotismo, ni existe verdad única, rotunda,
la vida no es tan sólo de
materia, ni tan sólo es espíritu absoluto,
la vida es más excelsa y más recóndita
que la rústica materia al peso bruto,
tan compleja al extremo casi mudo de espíritu y materia haciendo
un nudo.
Autoritarismo de
izquierda y de derecha, negación de la ciencia
y la política,
oscurantismo que por toda causa acecha
dejando a la conciencia paralítica.
Dogmatismo ignorante y oprobioso, causante de desgracias
y de guerra,
tan sólo ha vuelto
al hombre peligroso y ha bañado de sangre nuestra Tierra.
Que mal nos haces execrable fanatismo:
de la totalidad, al totalitarismo,
de la verdad
al sectarismo,
de la sabiduría a la intransigencia,
de la flexibilidad a la intolerancia.
Morir y hacernos polvo en este suelo,
son
despojos de nuestra noble realidad,
pero otras briznas también se van al cielo
iluminando cual fanal la oscuridad.
La vida es más sublime, un sólo
hito,
si al espíritu lo abrazamos con materia,
si al morirnos fecundamos nuestra Tierra
y proyectamos
el alma al infinito...