Quizás
Quizás porque sabemos
que la vida es muy corta,
nos la pasamos siempre
con el llanto en los ojos.
La posibilidad
que damos
al instante feliz,
es mínima.
No es que nuestra ilusión
sea estar siempre tristes,
permanecer
sin romper con el hielo
de conocer el fin.
No, no es eso.
Es que
no advertimos el júbilo
a través de las sombras,
derrochando lo andado
como camino exánime.