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Sin
nombre
Bajo tu sombra
caminan los pueblos,
esperando bienestar, paz y sosiego.
La imagen ideal de dioses y reyes,
todos aquéllos que dicen perseguir
estrellas
de justicia.
Bajo
tu sombra, otras realidades.
Procurar
la vida multiplicada en la miseria;
tomar de esas vidas la sangre,
para alcanzarte, sin escrúpulos.
Alcanzarte, en el propio beneficio
o en el
de un grupo clasista,
o un sector exclusivo.
La mentira, invocando la voluntad divina
para arrastrar muchedumbres.
Bajo tu sombra, detonaciones abruptas.
Armas empuñadas
con sabios pretextos;
Veneno esparcido en el aire, el agua,
la tierra, los alimentos;
por los que dicen tener
la razón.
Débiles
que sucumben en angustia agónica.
Miseria que se trasmite de padres a hijos.
Somos los "bonsái"
de un destino elegido,
por algunos.
Ignorancia,
búsqueda extrema,
de placeres ocultos y promiscuos.
En nombre del amor, o de nuestro Dios,
nuevas formas de esclavitud se esgrimen,
bajo
tu sombra.
Dinero en manos
sucias,
que lucen blancas y perfectas.
Uniformes
serviles de la mano de acero.
El zapato pesado, que pisa las piernas,
de los inocentes;
esgrimiendo símbolos
quiméricos y
muchas promesas incumplidas.
¿Por qué te crearon?
¿Por qué eres necesario?
Es que la horda de los pueblos,
no tiene
entendimiento...
Porque
existe el arriba y el abajo.
Los muchos y los pocos.
Los buenos y los no tan buenos.
Las reglas, las normas
y lo perfecto.
La libertad y el libertinaje.
El orden y el caos...
Esclavos de nosotros mismos,
creamos nuestro propio monstruo.
Primero en fuero
interno,
después sobre los tronos,
ovacionados y admirados.
En los labios y en el intestino,
en el regente la fecundidad
y en la insanía.
Confusión que cae
en la lluvia fría
y sobre nuestros cuerpos inertes...
Magníficos
y estúpidos.
Autor: Graciela María Casartelli
Córdoba,
Argentina, Abril 2011.