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TRUCO Dos parroquianos Juegan su tedio. Cuarenta cartas Suman los puntos Con los porotos Graves del truco. Un perro manso Los acompaña. Todos se olvidan De sus asuntos. En el café El tedio es mucho. El mostrador Del viejo bar. Horas vacías Mirando el humo. ¡Qué solos beben Su
envido y truco! Igual que un barco Perdido el rumbo. Jorge Castañeda Valcheta (RN)
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EL POEMA
El camino y el árbol, La acequia y el agua, Los últimos
pájaros Volando en bandadas. El viento y las hojas Jugando encantadas Y algunas estrellas Hermosas
y pálidas. ¡Y
yo qué solito Rumiando palabras! Los niños que juegan Tras de mi ventana Y el camino largo Corriendo distancias. La noche que viene Buscando mañanas Serenas las horas De dulces nostalgias.
!Y yo qué solito Rumiando palabras! La mesa dispuesta: El vino y la hogaza, La fuente sabrosa Y el agua en la jarra. La ocasión invita con sutil bonanza Y una luz amena Alumbra las almas. ¡Poema
te dejo, Seguimos mañana! Jorge Castañeda Valcheta
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http://jorgecastañeda.fullblog.com.ar JORGE
CASTAÑEDA N.
Descalzi sn Valcheta (Río NegroPatagonia Argentina Escritor y poeta nacido de padres rionegrinos en la ciudad de Bahía
Blanca y radicado desde al año 1973 en Valcheta (RN), Argentina.Tiene 11 libros publicados, pertenece a varias instituciones
y academias mundiales y es conferencista de medios patagónicos. Ejerce el periodismo tanto radial como es crito.
Entre otras distinciones es "Ciudadano Ilustre de Río Negro", "Cónsul de Poetas del Mundo"
y "Embajador Universal de la Paz", Unesco, Ginebra.
A
UNA MUJER CON SOMBRERO Sobre
un cuadro de Amedeo Modigliani
¡Cuánta tristeza en los ojos!
¡Y
cuánto hastío! ¡Y la mano con el dedo En el mentón del rostro Sesgado y frío! Rojo,
amarillo y negro Y el vestido y el cabello Y el círculo sombrío Del ala del sombrero. Si
miramos a la mujer La mujer nos mira. Y tal vez el pintor En su atroz
desvarío. Jorge Castañeda Valcheta
LA MUJER CON ALCUZA Me persigue por las noches Con tenaz obsesión. Ya
no me sorprende Con su silencio quieto. Yo la espero resignado Y ella solo me mira. O me parece. Es la mujer con alcuza. Si estoy recostado en mi cama Dormitando o leyendo De pronto se aparece Vestida
como siempre. Se tiende frente a mí. Sube la pared Hasta suspenderse Cerca del cielorraso. Es la mujer con alcuza. ¿Por qué me miran sus ojos? ¿Qué
significa el color de su rebozo? ¿Por qué cuando despierto Por las madrugadas La encuentro? ¿Acaso el pintor Ha compuesto este retrato Pensando en mí O en don Dámaso Alonso? Es la mujer con alcuza. Su misterio me perseguirá siempre. ¿Qué lleva en su recipiente? ¿Agua o aceite?
Jorge Castañeda
AMIGA NO TE VAYAS Amiga no te vayas, quédate con la tarde Tan llena de arrebol. Que nada
te acobarde. Ni mi estar siempre triste
ni mi forma de ser. Soy así con mis cosas, tú lo debes saber. Hay una paz contigo que no puedo explicar. Años de marchar juntos, de
tanto caminar. Amiga no te vayas. El
sol se esconde herido Pintando los mimbrales. Pronto habrá fenecido El día. Y otros afectos vendrán con sus premuras. Tristezas y
alegrías. Nostalgias y ternuras. Debemos
estar juntos como buenos hermanos El corazón en paz y serenas las manos. Amiga no te vayas. Sé cómo los racimos Dorados del verano. Que
lo que no dijimos Nos una más que
todo. Florecerá el rosal En los huertos furtivos y más allá del mal Y del bien estaremos. Más allá de la puesta Del
sol y del ocaso será todo una fiesta. Amiga
no te vayas. La mesa está dispuesta. Jorge
Castañeda Valcheta (RN)
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,Difundir y promocionar toda la actividad cultural y literaria en la Patagonia Muchas gracias
poeta por incorporar a los escritores del fin del mundo, de esta exótica región de la Patagonia donde se cuecen
habas y legumbres. Donde se caen las palabras de toda cartografía y la poesía levanta sus cuarteles.
LAS RAICES DE LA VIDA
He de volver a las raíces Como ellas
a su sustento Para acopar
por arriba En un pedazo
de cielo Y
crecer con el nutriente Sagrado de los afectos Poemaa delo mes. 3.2013
ECLESIASTES Yo voy juntando estrellas en la noche callada Y me brillan las manos con clarísima luz. Yo maneo al lucero en plena madrugada Y la traza conozco donde marcha la Cruz. Yo sé que las Marías encuentran su morada En el cielo más bello que se ha visto en el Sur. Yo conozco las huellas del puma predador Y voy por las picadas llevando mi verdad. Yo he mirado la luna en todo su esplendor Cuando viste de plata su clara vanidad. Yo presiento en el aire el inquieto rumor Que viaja en el cielo con voz de tempestad. Yo
levanto las piedras pulidas por el río Y me subo a los montes del último confín. Yo viajo con el viento como si fuera mío Y abrevo en las vertientes un alba de carmín. Yo conozco los nidos en el peñasco frío Donde remonta el águila con su vuelo sinfín. Yo conozco los vados del río en la espesura Y del mar impetuoso he gustado la sal. He mirado los pájaros que vuelan en la altura Y pesado en mis manos la roca mineral. Yo sé que hay en las cosas una cierta ternura Y también muchas veces una pizca de mal. He visto muchas cosas y todo es vanidad Dice el Eclesiastés. Y también el hastío Que en el alma nos deja no encontrar la verdad. Ser falibles y pobres, menguado todo brío, Esperando la barca que con cierta ansiedad Para siempre nos lleve en las aguas del río. Jorge
Castañeda
LAS RAICES DE LA VIDA He
de volver a las raíces Como ellas a su sustento Para acopar por arriba En un pedazo de cielo Y
crecer con el nutriente Sagrado de los afectos. He de volver a las raíces Que brindaron mi concierto Para ser un poco
sombra Y que me miren de lejos. Tal vez halle algún pájaro Su solaz y su contento.
He de volver a las raíces Y a su hontanar secreto Para crecer en grandeza Cuando lo exija el momento Y no parecerme al tamo Que
se lo llevan los vientos.
He
de volver a las raíces Que trabajan en silencio Oscuras de tanta tierra Pero firmes en su intento. ¡Sólo se arraiga en la vida Teniendo buenos cimientos!
Jorge Castañeda Valcheta (RN).-
Soy un ratón más junto a otros miles que saliendo subyugados de sus cubiles
y de sus agujeros vamos en pos de la música embriagante del flautista de Hamelín. Me observo escuchar embelesado
en los días redondos de mi infancia la siringa del afilador y adivino las chispas de la piedra de afilar sobre el acero
brillante de cuchillos y tijeras. Con el perdón de Rubén Darío y su responso, como otro Verlaine
de estos tiempos "le doy a la siringa agreste mi acento encantador". Quiero glosar a Pan, el dios griego de
la fertilidad y los pastores, habitante de Arcadia, del que proviene el término "pánico", portador
de cuernos, largas orejas y patas de carnero que al perseguir a una ninfa para someterla, la pérfida se convirtió
en caña dejándolo amargado y melancólico hasta que con el correr del tiempo a falta de mujer, bien pudo
decir el sátiro, buena es la siringa. Escucho en el cañaveral como aquel viejo campesino los sonidos del
viento en las cañas quebradas y a la mañana siguiente con mis propias manos voy dando forma y sonido a la zampoña.
Tocando mi flauta me siento como el encantador de serpientes del bello cuadro del aduanero Rousseau. Flauta dulce quiero
decir, nunca amarga. Como la piritaña que hacen los muchachos alegres con las cañas del alcacer. O de carrizo,
de cebada, de azúcar, de calabaza, de hueso de llama, de piedra. Fístula. Tibia. Flauta. Quiero hablar
con el silencio. Soplar la flauta vertical del pinkillo. Darle a la quena las notas agrestes de su paisaje. Acariciar la boca
redonda del sikus como los labios morenos de una mujer campesina. Hacer brotar del cuerpo pequeño y apretado de la
pifilka el canto perdido de los viejos mapuches. Tener la boca grande para tocar la armónica que también
se llama flauta. Quiero reunir muchos flautistas para que dancen los pueblos. Para hipnotizar a los incautos. Para que
la cobra lentamente salga del encierro de su cesta de juncos. Para librar a los poblados de las plagas de ratones y otras
sabandijas pequeñas y molestas. Para enamorar a las ninfas en la espesura de los bosques. Para mi propio concierto
y regocijo. Para que el viento pase por sus tubos y toda la música del Olimpo baje a la tierra para alegrar el corazón
de los hombres. Flauta, flautín, zampoña, siringa, fístula, caña, tibia, hueso, sikús,
quena, pinkillo, pifilka, armónica, dulce o traversa, simple o compuesta, artesanal o mecánica. Quiero
escribir esta crónica en su homenaje. Que le broten notas a las palabras. Que la música escape del papel. Que
la crónica raye en el elogio descarado. Que tenga todo el tiempo del mundo, hasta que las velas no ardan o simplemente
"hasta que le suene la flauta al burro".
email,jorgecastaneda20032000@yahoo.com.ar
COMENTARIO DEL POEMA
En estos versos
sencillos y totalmente cálidos, el autor realiza una enumeración de elementos simples del quehacer cotidiano
(la mesa dispuesta, el vino y la hogaza, el agua en la jarra) unidos a elementos del paisaje que lo circundan (el árbol,
el camino, las acequias, los pájaros, las estrellas) en contrapunto con la soledad del poeta que los observa y los
incorpora a su alma la cual siempre aparece mencionada como "rumiadora de palabras".En este poema intimista y totalmente
respetuoso de la vida cotidiana, nos presente, una vez más su visión simple y valorativa de la ida porque "siempre
una luz amena, alumbra a las almas".En notable, por lo que destaco, de que modo, esa referencia por las cosas sencillas
le otorgan comunicabilidad a su poesía, que nunca recurre a juegos artificiosos, superfluo`o vanos, lo cual ya es de
por sí, algo encomiable. Profesora Cristina Montero Rosario - Santa Fe
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