LUCAS BUCHILLON Y SU VALLE
DE LAS GARZAS
Memorias en la mira de Ernesto R. Del Valle
...con voz engolada y
en pose teatral, ¡oh juventud!
Recuerdo que al final de la década del 60, comenzaron a crearse los Talleres Literarios en la provincia
Camaguey, tarea que llevó a cabo el dramaturgo y poeta Romulo Loredo. Su carisma
y dotes de investigador llevaron a Rómulo a ser el fundador de este
evento literario. Con sus más de cuarenta años supo rodearse siempre de la gente joven y así, con esa
cualidad de promotor, se fundaron los talleres literarios en la región portuaria
de Nuevitas, al noreste de la provincia, dirigido por el hoy novelista
Enrique Cirules, entonces incipiente estudiante de bachiller. En Morón quedó fundado, junto al de la Cabecera
de la provincia un Taller Literario fuerte en participantes dirigido por
el gordo Segundo Leyva Casay, con la particularidad de que era el primer
Taller de Decimistas en toda Cuba. En
Ciego de Avila, despuntaron los hermanos Doblado, talentosos y refinados poetas que transitaban el camino de la Literatura con suma atención profesional.
En
esas visitas a los Talleres tuve el gusto de conocer, precisamente en Morón, al entonces estudiante universitario,
Raúl Rivero
hoy periodista y mejor poeta; al poeta decimista Raúl Ferrer, conocí al exelente poeta Pablo Armando Fernández,
a quien muchos años después, en 1998, fue mi compañero
inesperado, sorpresivo pero accidental, en mi vuelo hacia Sto. Domingo,
tuve el placer de escuchar consejos del poeta nicaraguense Ernesto Cardenal, y participar en conferencias y recitales donde conocí a muchos que comenzaban, como yo a "creerse" poetas y leíamos
nuestros versos con voz engolada y en pose teatral, ¡oh juventud!
Y
conocí a un campesino autodidacta en lo más intrincado de la campiña cubana, en Tamarindo, Florencia,
un lugar que nunca se mencionó ni en mis clases de Geografía.
En las asiduas visitas a Morón, fue precisamente Segundo Leyva quien habló
a Rómulo de cierto campesino inválido que era autodidacta
y escribía décimas. El caracter de Rómulo, su trabajo creador y su olfato le hicieron ver que allí,
en ese hombre había talento, programó un viaje a
Tamarindo.
Y fuimos. Aquel
rostro lleno de surcos, aquella mirada penetrante y alerta, aquella sonrisa ingenua, franca y transparente, unido a aquelcuerpo delgado y mustio, nos estremeció a todos. Estabamos
frente a Lucas Buchillon Carvajal (1935-1977) . Un accidente a los
18 años lo dejó para siempre sentado en una silla de ruedas pero su talento y dedicación lo hizo merecedor en 1974, de la mención Género Decimas, en el concurso 26 de Julio de las FAR
con su libro "El Valle de las Garzas" Aún hoy, en Tertulias y Peñas Literarias se lee estas
décimas de Buchillón. Los demasiados viajes, el hacer y deshacer
equipajes aquí y allá, me han hecho perder la impresión de esta obra pero en mi memoria han quedado algunos fragmentos que quiero dejar aquí para finalizar, uno de ellos
dice:
" "El Valle donde nací/
cuando
besa el sol su falda/
es un tazón
de esmeralda/
con la tapa de
rubí/ Tanto de verde bebí/ al nacer, que en mi camino/ de nómada campesino,/fui
cantando a su verdor/ como el que brinda
el licor/ en verde copa de vino."
El verde es, no deja lugar a dudas, el "leit motiv" de esta obra en décimas, nada más
elocuente que este otro pequeño fragmento que me viene a
la memoria:
"Ahora mi valle si es
De un verde, verde, muy verde
Porque jamás se le pierde
el verde verde que ves.
El verde verde que ves." Quizás a muchos la
repetición intencionada de este adjetivo, no les guste pero cuando se lee la totalidad de las décimas, vemos cómo, en nuestro interior brota una fuerza que va fundiéndose a la belleza
de "EL VALLE DE LAS GARZAS".
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